LIBROS DE AYER Y HOY/ ¿Qué pasó con aquella Expropiación?

TERESA GIL. En 1980, hice cinco entrevistas exclusivas a grandes personajes que estuvieron cerca  de la Expropiación Petrolera el 18 de marzo de 1938, o fueron testigos cercanos a ella. Todos han muerto, pero dejaron su palabra. Uno de ellos, Valentín Campa, está en la Rotonda de las Personas Ilustres. A 85 años de aquel gran  hecho histórico y cuando se busca que el petróleo mexicano tenga nuevos bríos, vale recordar a los que estuvieron cerca o informados de aquel suceso y que dejaron su opinión antes de partir. Las cinco entrevistas fueron publicadas el 18 de marzo de 1980 en un suplemento de Unomásuno y en algunos casos como en el de Campa y Renato Leduc, han sido publicadas posteriormente. Las cinco entrevistas por su gran importancia de testigos históricos, algunos directos, como es el caso de Jesús Silva Herzog, asesor de Lázaro Cárdenas y el propio Campa que tenía derecho de picaporte en Palacio Nacional, las he concentrado en mi libro ¿Qué pasó con  aquella Expropiación? (Groppe febrero 2023), de edición limitada. En él  da con su prólogo, un bosquejo de lo que está pasando en el sector petrolero en la actualidad,  el destacado periodista Roberto Fuentes Vivar. Al libro agregué mi ensayo La muerte en la lucha por el poder, 9 artículos sobre el sindicalismo que fue y dos crónicas, una de las cuales considero histórica, la de los 60 años del Partido Comunista Mexicano.

LAS EXPERIENCIAS DE AQUELLAS  ENTREVISTAS HISTÓRICAS

De los cinco entrevistados, yo solo conocía de cerca a Valentín Campa y a Renato Leduc. Este fue cercano apoyo en la huelga que hicimos contra la revista Interviu en 1979. Había leído a Juan de la Cabada y lo conocía por sus guiones en películas. Sabía de la importancia de Silva Herzog y de la labor pública de Ricardo Torres Gaytán. A excepción de de la Cabada que la negó de entrada, todas las entrevistas fueron muy fáciles de conseguir. En la de Silva Herzog me acompañó el economista Luis Ángeles entonces jefe de la sección económica de Unomásuno. Como lo digo en la entrevista, en añadido, a Valentín lo entrevisté en el local del PCM en la calle Durango, y antes hubo una platica accesible, grata, con la entrega de su libro Mi Testimonio. Memorias de un Comunista Mexicano y la dedicatoria que me enorgullece. Con Renato me tomé unas cervezas en el bar Corinto  en un ambiente casi sombrío y con  un entrevistado que contaba como un joven galán sus anécdotas. Torres Gaytán me llamó la atención porque pese a su seriedad se balanceaba felizmente en su sillón, mientras daba sus opiniones y en determinado momento se puso a seleccionar puros, para enviarlos a un colega, dijo. La de Juan de la Cabada, que después aceptó, fue la más larga y la más alegre porque era un tipo muy agradable con su  cabellera totalmente blanca y su don de gentes. El mismo me leía las  calaveras que había escrito y algunas de las cuales se reproducen en la entrevista. Y la más emotiva por la ceguera que ya portaba y pese a ello  un hombre lleno de encanto y sencillez, fue la de Silva  Herzog, con el que todavía estaría platicando si no se hubiera cansado en su vejez ya avanzada…y su muerte un poco después. Las entrevistas no son muy largas pero si sustanciosas, porque son palabras históricas. Puedo decir que las cinco han sido unas de las experiencias más gratas de mi vida periodística.

OPINARON: DOS TRABAJADORES, UN FUNCIONARIO, UN POETA Y UN ESTUDIANTE

Todos a favor de la Expropiación: Juan de la Cabada trabajador de una empresa petrolera, Valentín Campa  trabajador y dirigente ferrocarrilero, con acceso a Cárdenas, Jesús  Silva Herzog funcionario que tuvo intervención directa, Renato Leduc que aunque andaba en París, “en busca de faldas” dio la versión europea de los medios, y Torres Gaytán estudiante de economía que iba al zócalo al relajo con otros estudiantes,  pero apoyaba la medida. En la entrevista se duele Torres Gaytán de cómo había caído un sector del sindicato petróleo  en la corrupción. En las entrevistas se conoce la actitud de las compañías hacia los trabajadores, las decisiones de Cárdenas  y hasta la traición que Campa cuenta del general Saturnino Cedillo defensor de las petroleras contra Cárdenas, que fue denunciada a partir del Partido Comunista Mexicano, vía Campa. Les comparto de Renato, la  anécdota que en el entorno de  la Expropiación vivió en Europa el embajador  Narciso  Bassols. Un despectivo funcionario italiano se rió porque consideró ridículo el nombre de Narciso. Pero éste le respondió:

”Mi nombre será ridículo, pero en México tenemos un embajador italiano que se llama Scarolle Speciale y no sabe uno si es diplomático o aperitivo”

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