EL OTRO DATO/ Xóchitl “incendia” al país o bájate de la contienda

JUAN CHÁVEZ

Para López Obrador, el debate “fue bien, requetebién”. Eso declaró la noche del domingo en Mazatlán, a donde había llegado para observar el eclipse total de Sol al día siguiente.

Fue hasta el martes, sin embargo, cuando su reacción tardía, sin citarlo así, culpó a su candidata Claudia Sheinbaum por la catarata de crítica que Xóchitl Gálvez dejó caer contra su gobierno.

En su conferencia matutina el tabasqueño se dijo agraviado y se mostró muy molesto por lo que ocurrió en el debate de las candidatas presidenciales.

“Qué mal estamos en salud, sin reconocer absolutamente nada, qué mal en educación, qué mal en todo. Aun así, no pudieron dejar mal –yo no estoy hablando del partido– lo que se ha hecho en el combate a la corrupción”, dijo con sarcasmo.

Le echó la culpa a las preguntas de la gente para ocultar que su enojo es con la candidata de Morena, porque las preguntas son eso, preguntas, y la sustancia está en las respuestas.

El presidente, en su ego indetenible, no entiende que Claudia es candidata de Morena, no vocera de él.

Su trabajo ahora es ganar votos, no perderlos.

Le molestó a AMLO que Claudia no le “reconociera absolutamente nada” de su legado en combate a la corrupción, educación y salud.

De inmediato la candidata se puso manos a la obra para contener los daños que le podría provocar la herida del hipersensible ego presidencial.

En un mitin dijo que en el debate había defendido a la 4T con alma y corazón.

Si así se pone AMLO de enojado y no logra contener su irritación porque Sheinbaum no hace exactamente lo que a él le gustaría que hiciera, cómo se van a poner las cosas si ella gana la Presidencia.

De paso, López Obrador le dio la razón a Xóchitl Gálvez, que dijo en el debate que a su contrincante la pusieron “no para ser corcholata, sino tapadera”.

A Xóchitl la cuestionan los críticos políticos.

Uno, le lanzó la pregunta: ¿hay vida después del debate?

Yo le digo a Xóchitl, te saliste con tu “domingo 7”, porque demostraste incapacidad ya no para noquear a Sheinbaum, sino para darle una pelea real y buscar el “nocaut técnico”.

“La dama de hielo”, como la nominaste, será la presidente porque tu tuviste demasiada contemplación para no aplastarla con las acusaciones que le endilgaste por los 26 muertos en el Rebsamen y los otros 26 en el desplome de la Línea 12 del Metro… aun cuando los dictámenes internacionales acusan “falta de mantenimiento” en el gusano naranja.

Ahora Xóchitl, el camino es la acusación directa ante el ministerio público federal, con las pruebas en los audios que tienen algunos periodistas, desprendidas del jaqueo a los archivos de la Defensa Nacional.

Hacer que Gálvez crezca requiere más que rezos y buena voluntad, requiere de una candidata que conecte y emocione, y eso no está pasando.

Es cierto que Claudia Sheinbaum tampoco emociona, que no le saca una risa a una hiena y su tono monocorde aburre a un camello. La diferencia es que ella va ganando, por quince, veinte o treinta puntos cada una de sus encuestas, pero va ganando. No necesita meter más goles, basta con que no le anoten en su portería y por lo que vimos en el debate los opositores, Xóchitl y Máynez, no meten gol ni en portería abierta.

El gran reto que tiene ahora Gálvez es mantener el ánimo en su campaña. Después de un primer mes donde no fue capaz de cambiar las tendencias y un primer debate que no convenció, el riesgo es que los colaboradores comiencen a acusar cansancio y desánimo. Si bien es cierto que matemáticamente la elección no está resuelta y que queda mes y medio de campaña, también lo es que a esa cruzada le urge un golpe que le regrese el ánimo.

Dice el dicho que no hay que cambiar de caballo a medio río. La tentación de quien necesita alcanzar es a cambiar todo y suele ser la peor de las decisiones porque desbarata la moral del equipo y genera contradicciones internas. Cuando es el mensaje, los cuchillos largos salen a relucir mucho antes. El triunfo tiene muchos padres autoproclamados, artífices de la victoria que se cuelgan las medallas hasta de lo que no existió; la derrota no tiene madre, nadie quiere cargar con ella ni hacerse responsable de los errores.

Te preciso Xóchitl: Necesitar ser tú, la que con sus frases irónicas se encumbró a la candidatura. No juegues a ser otra. Convenciste como te retrataste al principio. No exagero: Requiere “incendiar” políticamente al país y demostrar verazmente que nunca has pertenecido al PRI, PAN o PRD. Tendrás la fortaleza para llegar a La Grande, si te apoyas en la ciudadanía que está contigo. No la decepciones, búscala, agrúpala. Haz crecer el “voto rosa”.

Ya metiste a Claudia como “La Dama de Hielo”, no la saques del congelador. ¡Haz nieve con ella! Nieve que a la mayoría que necesitas les guste, la disfruten…

Recuerda que en política, como en el amor, se vale todo.

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