HOMO POLÍTICUS/ Socialismo y dictadura o libertad en democracia; el dilema electoral

“Cada sociedad, tiene el gobierno que merece”. Sabiduría popular.

JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ BLANCO

¿Qué elegiremos este 2 de junio?, el realismo nos obliga a identificar sólo dos opciones viables, la continuación del obradorato pro-socialista y dictatorial o el reencuentro con el diseño constitucional; veamos cada una.

LA OFERTA DEL OBRADORATO

Consiste en continuar con el adoratorio a un solo hombre, conducirnos al socialismo obsesionado por repartir dinero que no se produce y que se consigue prestado con deuda pública, en dominar a los otros poderes, a los organismos autónomos, orientando la política y economía nacional bajo intereses clientelares, sin equilibrios, gobernando en alianza con cárteles de droga y extorsión, discursando la política con “otros datos” desasociados de la realidad, inventando fantasías como superfarmacias, salud como Dinamarca, persiguiendo mafias del poder y expresidenes que no alcanza, construyendo odios sociales y contra fantasmas que no identifica y construyendo fidelidades a cambio de repartir contratos de obra y compras a placer entre amigos y programas sociales clientelares

Ese obradorato no tenía legitimidad para alterar la forma de gobierno, destruirlo y crear uno a su capricho, no tenía nuestra autorización para atacar a los otros poderes, para aliarse con los cárteles del narco y la extorsión, no la tenía para destruir la selva maya o interrumpir la construcción del aeropuerto de Texcoco ni para crear la oficina de la presidencia para el Beis bol, ni para convertir en albañiles al ejército, ni para organizar odas de egolatría en mañaneras que sirven de pedestal para las sandeces del Presidente y para que ponga a Chicoché.

Es el mismo grupo que destruyó la infraestructura de salud privando de este servicio a 50 millones de mexicanos, la que retiró el suministro de medicamentos en clínicas públicas, el que exportó narcóticos por conducto de SEGALMEX el que ha consentido millones de muertes violentas, desaparecidos, extorsiones, caos.

Es el gobierno que se instaló en el capricho y ocurrencias incompatibles con el modelo constitucional que juró respetar y que impuso dictatorialmente la militarización de tareas civiles, reformas legales y ataques a quién piense diferente, la que se robó dinero de fideicomisos y fondos, la que extinguió apoyos a la ciencia y tecnología la que abrazó a cárteles de la droga y se alió con ellos, la que utilizó al ministerio público como rotweiler para presionar políticos de otras fuerzas; es la opción del narcopresidente que aspira a prolongar su mandato usando a una títere como Claudia.

Traicionaron miserablemente el modelo constitucional que juraron cumplir, dieron un giro hacia el socialismo populista, sin el consentimiento de la sociedad, dispusieron de dinero mexicano para financiar proyectos de desarrollo en países socialistas como Cuba, Nicaragua o Bolivia, sin el consenso de los mexicanos y lo hicieron en lugar de ocupar esos recursos para México; dispusieron de nuestro territorio y modo de vida para introducir migrantes famélicos que huyen de países lastimados con populismos como el que están implantando.

Queda claro que no les hemos encomendado nada de eso porque el socialismo populista es retrógrada, no es una forma compatible con el modelo de convivir que hemos adoptado a lo largo de los años y que nos gusta como mexicanos, tampoco es compatible con el aspiracionismo meritorio ni con la esperanza porque todos los modelos socialistas en América y el mundo han fracasado y conducido a sus pueblos a la miseria y tristeza profunda.

Definitivamente, no queremos el intervencionismo del estado en cada cosa que hagamos o comamos, que decida los artículos de aseo que usamos en casa, o en lo que trabajaremos nosotros y nuestros hijos.

¡Nadie les dimos permiso para esos desvaríos!, No los elegimos para esquilmar los recursos que les dimos a administrar; los mexicanos no necesitamos que él Peje regale nuestro dinero.

¡Ya no más!

LA OFERTA DEL REENCUENTRO CON EL MODELO CONSTITUCIONAL

La opción que postula a Xóchitl Gálvez, se orienta por el respeto a las libertades y a la democracia, a la solidaridad con el indigenismo y grupos sociales marginados y a las clases medias, a los derechos humanos, se compromete a generar opciones a los marginados empoderándolos para salir de sus condiciones de pobreza; se pronuncia por las energías limpias, por el respeto a los valores ecológicos y por la incorporación de tecnología en el quehacer público, todas sus ideas, parten del principio elemental del respeto al orden constitucional y a la propiedad privada.

Esta opción nos ofrece vivir en la libertad diseñada en el orden constitucional, en democracia, armonía y congruencia con los presupuestos consensados con todas las fuerzas políticas, se compromete a respetar las libertades para que cada mexicano tome decisiones propias y se incorpore a las vías de desarrollo que le acomoden, apoyará a los aspiracionistas, ofrece un gobierno circunscrito a lo suyo, pero obligado a impulsar una apuesta por la mejoría de la educación científica, a combatir la violencia profunda que lastima a la sociedad, a generar condiciones de desarrollo.

Se compromete a alcanzar la universalidad en servicios de salud y a vincular con creatividad a la fuerza médica privada para llevar servicios de salud a todos los mexicanos, a garantizar el suministro de agua, creando nidos de lluvia e ingeniería ecológica.

Es una opción, en contraposición al obradorato, que ofrece aprovechar lo valioso que exista, es la alternativa que recoge las mejores causas que han dejado de atender otros gobiernos.

DELIBEREMOS.

La encrucijada entre ambas opciones, es injusta, porque, para empezar, ni los partidos ni sus candidatos debieran mandarse solos ni ostentarse como redentores, todos, tienen obligación de abrazar el modelo que establecimos en la Constitución a lo largo de muchas generaciones.

El obradorato, es un gobierno fracasado en seguridad, salud, respeto a los derechos humanos, es corrupto, mediocre y ególatra, insiste en caminar hacia el socialismo fracasado e injusto, en recaudar migrantes y alojarlos; sin ninguna duda, debemos repudiarlo.

La opción rebelde con Xóchitl es la que ofrece esperanza, respeto, tecnología, inteligencia y alegría para mejorar las condiciones de los mexicanos es la que armoniza con nuestra forma de ser.

Prefiero con mucho, elegir la esperanza, el respeto por las libertades, apoyar a un gobierno comprometido con el aspiracionista, con la educación y la modernidad tecnológica, con el respeto a los derechos humanos, a los valores en que creemos, en la solidaridad social auténtica.

Prefiero la esperanza de un retorno hacia a la cordura gubernamental con visión modernista, con una promesa de honorabilidad y cero corrupciones, que camine hacia los valores del respeto y seguridad.

Cuánto más porque, si las promesas de Claudia, si fueran auténticas, ya las habría intentado cuando gobernó.

Pero, empezando por los principios, ¿Qué clase de sociedad somos?, ¿En qué nos hemos convertido con la tolerancia a la corrupción?, ¿En qué mundo queremos vivir?, ¿Qué no es justo que ya mejoremos?, ¡Todos los políticos deben saber que el pueblo manda!, ¿Qué no?

7 de mayo de 2024

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