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MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ FARÍAS. La terca costumbre nos indicaría que Claudia Sheimbaum es la única e inefable corcholata destinada a la silla presidencial.
Ella misma repite el mantra «cuando yo sea presidenta «… ¿Y si no fuese así? Si nos atenemos a la emoción, el presidente estaría imponiendo a quien considera su «hechura», pero si esto toca a la razón y al instinto, el presidente tendría solo dos opciones, Adán Augusto y Ricardo Monreal. ¿Y Marcelo? Lo tienen por traidor, pero esa es otra historia.
López Obrador, zorruno, sabe que su año negro no será este, ni el que le sigue, sino el séptimo de su gobierno. Una vez que el sexenio concluya deberá enfrentar la cacería que en su contra y en la de sus hijos se soltará. Sus vástagos han sido el objeto de una de las investigaciones más detalladas en los EUA sobre un sin fin de actos de corrupción, atados a una red de negocios que seguramente los llevará a la cárcel, pero no solo aquí, sino en los EUA… .¿Que hace José Ramón López Beltrán en México? ¿Por qué abandonó los EUA y las comodidades de la casa gris?… la sombra de delitos fiscales lo persiguen allá. Andrés Manuel López Beltrán, Andy, anda por las mismas, amafiado con sus cuates en cientos de transas y lo que hasta el momento no se ha relevado, (se lo digo yo), con hilos conductores de esos negocios con la doctora de la ciudad.
En pocas palabras, el nivel de vulnerabilidad del presidente será mucho mayor, los tigres heridos volverán para cobrarle todas las agresiones en su contra y en eso, los del norte le tienen preparado un meteorito Anti dinosaurios.
¿Creen ustedes que el mandatario podrá seguirse burlando desde su rancho, ya sin el aparato de las mañaneras?
¿Es Claudia, garantía del blindaje que su creador necesita? Seamos francos, la ciudad de México se la «tragó» políticamente…. ¿Puede el mandatario estar, cien por ciento, seguro que su hija política estará a la altura de un ataque de nivel nuclear?
El presidente es hoy el hombre más poderoso, pero en un año (o menos) dejara de serlo.
Claudia, con una ciudad de México que la repudia por hacer mal su trabajo difícilmente podría estar a la altura. Quedan dos personajes que han demostrado estar hechos para el salvaje campo de tiro de la política, Adán o Ricardo, y de los dos, solo uno está constituido no solo para resistir ,sino para conciliar …Adán es muy Andrés Manuel, muy su compadre . Ricardo es producto de la autoconstrucción, del estudio y digamos, un cirujano, un reconciliador, un estadista con suéter de profesor universitario, pero igual o más astuto que el propio López Obrador.
En serio ¿No se hagan bolas, es Claudia? López Obrador no es tonto y la duda debe estar taladrándole la cabeza… una vez que se vaya, ¿A quién le encargará a los niños ?
