JUEGO DE PALABRAS/ Las mujeres en los conflictos armados

YANETH TAMAYO ÁVALOS

SemMéxico, Querétaro, Querétaro. En los conflictos armados, miles de civiles desarmados mueren o resultan heridos a consecuencia de ataques inesperados y deliberados contra sus hogares, mezquitas, escuelas y hospitales.

Las bombas, cohetes o balas que reciben, son las principales causas que se registran, cuando se contabilizan a las víctimas.

Sin embargo, en los conflictos bélicos es común que se use como arma o táctica de guerra, la violencia sexual contra las mujeres e infantes, cuya finalidad es provocar terror y humillación a las poblaciones consideradas enemigas, de tal forma que se desmoralicen y desestructuren socialmente.

La violencia sexual, y en especial las violaciones y la esclavitud sexual, sigue formando parte de numerosos conflictos armados, este tipo de violencia ha sido percibida tradicionalmente como natural e inevitable, y,  por consiguiente, aceptada e invisibilizada.

Como estrategia de guerra, la violencia sexual se refleja en, esclavitud sexual o prostitución forzada, que puede incluir matrimonios forzados; tortura sexual en los interrogatorios de los prisioneros, empleada con frecuencia por las fuerzas y grupos armados estatales; las violaciones sistemáticas, habitualmente colectivas y públicas, que tienen como fin aterrorizar y castigar y que suelen formar parte de políticas de “limpieza étnica y religiosa”. *

Esta estrategia es una violencia planificada que no solo afecta a las víctimas, sino también a las familias y a las comunidades a las que pertenecen.

Desde un análisis de perspectiva de género, se ha observado que la violencia sexual, como táctica de guerra, es una forma de ejercer dominio y poder contra la población hostigada, en donde hombres y mujeres (adultos e infantes) sufren agresiones sexuales perpetradas por varones; ambos casos, responden a patrones de género.

En el caso de varones abusados por otros varones, los agresores buscan feminizar y humillar al enemigo, al destruir su masculinidad ejercen relaciones de poder que los degradan. Por lo general, estos casos son mínimos.

En cambio, las mujeres, niñas y niños son quienes principalmente sufren abusos sexuales y quedan en situación especial de vulnerabilidad. Las violaciones masivas de mujeres y embarazos forzados tienen fines políticos de “limpieza étnica y/o religiosa”, y en otros casos son un método de intimidación a la población conquistada y de recompensa a sus soldados.

Desde una dimensión colectiva, el cuerpo de las mujeres, se considera propiedad masculina y propiedad de la sociedad, por medio de la violencia sexual se transmite un mensaje de humillación y poder.

Es decir, mediante el cuerpo de las mujeres no sólo se ejerce un control sobre ellas, sino que este control se hace extensivo a toda la sociedad enemiga. Las mujeres víctimas de la violencia sexual evidencian el poder que sobre su sociedad tiene el enemigo.

Así pues, la violencia sexual, más que motivada por un deseo sexual del victimario hacia la víctima, obedecería a la voluntad de destruir el tejido social y familiar de una comunidad determinada. **

En contextos de conflicto armado, estas violencias pueden intensificarse y ser más invisibles.

Desde la documentación de la organización Médicos sin Fronteras, se ha señalado que la sexualidad se convierte en un espacio simbólico de lucha entre los actores involucrados.

A partir de experiencias internacionales (como Etiopía, Sudán, Sierra Leona y algunos países de Centroamérica), se ha podido inferir que los actos sexuales de carácter violento y sin consentimiento son riesgos inevitables en tiempos de guerra, convirtiéndose la violencia sexual en una forma de intimidar y silenciar, sobre todo, a activistas y dirigentes.***

Los recientes conflictos armados han evidenciado que las vidas de miles de personas, en especial de mujeres y niños, han quedado destrozadas debido a la situación catastrófica que  los ha devastado.

Las facciones políticas que se disputan el territorio de los países en conflicto han dado muerte a miles de personas en ataques de artillería, pero no han evidenciado las consecuencias y horrores de otras formas de violencia.

El terror, que empuja a cientos de miles de mujeres y niños a abandonar sus hogares, los hace propensos, ha sufrir abusos durante su huida o en los campos de refugiados.

Los conflictos armados son realidades profundamente marcadas por las estructuras de género, presentes en cualquier sociedad. Mientras no se dé visibilidad a las violaciones de los derechos humanos de las mujeres e infantes, estos quedarán impunes y formarán parte de la cifra negra que no se cuenta en las guerras.

https://www.cerac.org.co/assets/files/guerrayviolencias/Libro_CERAC_.pdf

** https://escolapau.uab.cat/img/qcp/violencia_sexual_guerra.pdf

*** https://www.msf.mx/nuestro-trabajo/contextos-de-accion/conflictos-armados/#:~:text=En%20zonas%20de%20guerra%2C%20Médicos,a%20quienes%20más%20necesitan%20ayuda.

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