HISTORIAS EN EL METRO/ Taxi driver

Ricardo Burgos Orozco

Ciudad de México, 10 de enero (entresemana.mx). Hace unos días fui a esperar a un familiar al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Su llegada estaba prevista para las 12 del día. Me fui con buen tiempo; tomé el Metro desde la estación Zapata, transbordé en Centro Médico hacia Pantitlán, luego la Línea 5 amarilla que va hasta Politécnico para llegar a Terminal Aérea.

Al caminar hacia la salida observé que había varias personas, más que de costumbre, en los pasillos y en los andenes con sus maletas; se notaba que llegaron de algún destino nacional o internacional y prefirieron tomar el Metro para ahorrar en taxi.

Le pregunté a un hombre que venía con su pareja y sus hijos — apenas podían con sus maletas — por qué no pidieron algún auto de las aplicaciones móviles como Uber o Didi. Me contestó que ya no los dejan entrar y los autos de alquiler del aeropuerto son muy caros.

Al llegar a la puerta 1 observé que había una fila muy grande de personas esperando en la zona de taxis. Se notaba la desesperación de varios de ellos. Un joven que venía de Canadá me dijo que al llegar se encontró con la noticia de que no podía pedir coche a través de su aplicación y “aquí estoy haciendo fila desde hace media hora”.

Mientras esperaba a mi pariente en la llegada nacional, leí en internet que hay una guerra entre taxis del aeropuerto y de las aplicaciones conocidas como Uber, Didi y Cabify. Los primeros han armado manifestaciones para evitar que les roben la clientela y los segundos con su insistencia de ingresar sin restricción como lo estaban haciendo hasta hace poco.

Tal vez alguno de los líderes de los taxis corrió el rumor de que la Guardia Nacional iba a hacer operativos en los aeropuertos para impedir que ingresaran los autos alquiler de aplicación. Sin embargo, el subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, Ricardo Peralta declaró hace unas semanas que no existe nada de eso, pero confirmó que la ley es muy clara para las restricciones de acceso siendo los aeropuertos zonas federales.

Es así que ningún tipo de vehículo privado puede prestar servicio de transporte a no ser que tenga concesión federal como es el caso de los taxis amarillos fuera del aeropuerto.

Hasta antes de esta restricción, miles de pasajeros nacionales y extranjeros salían de sus respectivos vuelos, se colocaban en cualquiera de las puertas del aeropuerto tanto en la terminal 1 como en la 2 y solicitaban el auto con su aplicación. Ahora ya no lo pueden hacer y deben alquilar los taxis locales con tarifas excesivas, según algunos viajeros con quienes platiqué.

Los conductores de autos de aplicación dejan a sus clientes en las afueras del aeropuerto para evitarse problemas. No tengo idea cuándo empezó la restricción, pero recuerdo que a principios de 2021 todavía podían entrar.

Un poco retrasado arribo el vuelo de mi pariente desde Chihuahua; en cuanto lo recibí de inmediato me dijo ¡Pídete el Uber! No, compa, hoy nos vamos en Metro, le contesté.

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