CARTAS DESDE CHICAGO/ Candidatas y candidatos tóxicos

“No hay cosa que haga más daño a una nación como el que la gente astuta pase por inteligente.” Francis Bacon/ Filósofo y político inglés (1561-1626)

ROGELIO FAZ

Chicago, Illinois, USA. Se acercan las elecciones para elegir presidenta o presidente tanto en México como en Estados Unidos, y con ello las campañas electorales que, en lugar de aportar ideas en bien de la democracia, buscan las preferencias pasionales.

Independientemente de que toda política, político y aquellos hombres vestidos de mujer o mujeres vestidos de hombre (esto para expresarse correctamente de acuerdo con las normas políticas modernas), tengan buenas propuestas para enfrentar los retos que requiere un país dígase progresista, liberal, socialista, conservador, etc., deben de estar acordes a las posibilidades. Lo demás es demagogia.

Quién postula a quién

Antes era indispensable el respaldo del partido que los postulaba. Con el tiempo, la personalidad de las candidatas, candidatos o candidates se impone y lo que importa es el arrastre o carisma así sea incongruente.

Los partidos pasaron a segundo término y eso implican otros resultados. Como llevar un país al traste y sigan contando con el apoyo de sus simpatizantes.

Si las promesas de campaña rebasan posibilidades reales y capacidades personales; se cae en demagogia o mentira o, ambos. Entonces, el electorado no tendrá opciones y se verá atrapado a elegir entre quien despierte los resentimientos y venganzas, además de debilidades y errores de los rivales, pero no necesariamente propuestas viables.

Por quién no votar

En el caso de EU es evidente que hay personajes que buscan estar al frente del país y cuentan con esas características desestabilizadoras, pero tienen el apoyo de sus seguidores así digan sandeces. Y lo que es peor, los azuzan contra sus adversarios políticos. Una clara evidencia de enfrentamiento, por sentido común se eliminan solos.

En el caso de México. Ya no se cantan tan bien las rancheras, ahora para conseguir el voto del amor -el amor al caudillo se paga con votos-, así use el insulto como arma de despecho. Otra evidencia de descalificación.

Quizás estas líneas no le aporten nada nuevo para tomar la decisión mas acertada, sin embargo, hay algo que debemos de tomar en cuenta, sino es para elegir al mejor candidato, candidata o candidate, si al menos tóxico.

Si aquel, aquella o aquelle no tiene las características indispensables de cordura, respeto y congruencia, por muy buenas ideas que aporte no servirán por buenas que sean.

No hay que confundir la astucia con la inteligencia en la política que engatusa al electorado. Así de simple, no votar por el más toxico por astuto que parezca. Y un buen gobierno necesita de inteligentes, la astucia es complemento.

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