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Futbol y violencia: una red de complicidades circulares

CÉSAR VELÁZQUEZ ROBLES (Sinaloa). Los dramáticos acontecimientos de este sábado en el estadio Corregidora, de Querétaro, son la expresión más descarnada de la profunda descomposición moral que recorre una parte de nuestro cuerpo social. Las bandas delincuenciales se han apoderado de un espacio vital donde los ciudadanos sencillos, de a pie, hacen parte de su existencia, a donde acuden en familia para disfrutar de al menos un par de horas de entretenimiento y ocio.

Ahora ni eso. Habrá que refugiarse en sus domicilios o acudir a los estadios como si se fuese a una guerra, dejando a buen resguardo a la mujer o a los hijos para evitar que sean víctimas del vandalismo desbordado, la irracionalidad y la violencia rampante. Es cierto que ha habido actos todavía más violentos y brutales que los que vimos este fin de semana, con decenas de muertos o que han provocado conflictos armados entre naciones, pero ello no quita un ápice a este modo bestial de relaciones de las que sobre todo en el ámbito deportivo, pueden recogerse a estas alturas ya muchas muestras en los estadios del país.

Lo primero que advierto como espectador, aficionado y observador de algunos asuntos de la vida pública, es la existencia de una red de complicidades circulares que tiene amplias ramificaciones: una, entre los dueños y directivos de clubes con los eufemísticamente llamados “grupo de animación”, que no sino en su gran mayoría bandas porriles que se han apoderado de una parte del espacio público, que por su beligerancia verbal y su capacidad de intimidación física –actúan en bloque para agredir o evitar ser agredidos—ahuyentan a los seguidores, que en el graderío buscan establecer la mayor distancia posible con estos energúmenos. Tienen tanta fuerza que se convierten en una especie de “grupos de presión” frente a los clubes, con capacidad de chantaje, con fuerza para influir en la contratación o despido de técnicos y jugadores, a lo cual los directivos no pueden oponerse, so riesgo de terminar exhibidos permanentemente o ser víctimas de alguna agresión.

Los directivos más o menos entienden que la brutalidad que encarnan estos grupos porriles, y hay una norma liguera que en México prohíbe la presencia de estos “animadores” en los estadios. Pero como muchas otras, que hacen que tengamos un “país formal” y un “país real”, esta no funciona. Y no funciona por lo señalado supra, de tal modo que directivos de clubes, dirigentes de las ligas y todo tipo de federativos se hacen de la vista gorda para pasarla bien. A ver cómo le hacen ahora con este espectáculo dantesco para rendirle cuentas a la FIFA, único poder real al que parecen rendirle cuentas cuando las cosas se pasan cuatro pueblos.

Pero si esta relación de los grupos con clubes, directivos, ligas, medios, es de por si nefasta, nociva para una convivencia respetuosa, parece haber ahora un nuevo actor en esta relación siniestra. Me refiero a la presencia de grupos extralegales, alegales o ilegales que gravitan ya sobre el funcionamiento de estas barras. Leo en un chat lo siguiente:

“De acuerdo a información del Grupo Reforma, la batalla campal registrada ayer en el Estadio La Corregidora, en Querétaro, habría tenido un origen ligado al narcotráfico y el huachicol. Trascendió que un líder huachicolero de Querétaro, conocido como ‘El Beto’, llevó a parte de su equipo de sicarios para enfrentarse con un miembro de la barra ‘51’ del Atlas, quien a su vez estaría ligado al cártel Jalisco Nueva Generación.

“Según un informante al interior de la barra de Querétaro, fueron los allegados al ‘Beto’ quienes comenzaron con la trifulca; la violencia de los métodos utilizados para someter a los barristas del Atlas, que incluyeron desnudarlos y amarrarlos de manos, ‘delatarían’ su conexión con actividades ilegales.

“Llamó también la atención entre la presunta complicidad entre barristas del Querétaro y la policía local, quienes les permitieron entrar al estadio con objetos punzocortantes, tubos y palos. En varios metrajes, se aprecia una total inacción  por parte de los elementos de seguridad  del estadio, quienes incluso le abren la puerta a los barristas locales para ingresar en la zona de visita”.

De ese tamaño están las cosas en el mundo del futbol. Esta eventual línea de investigación no puede ni debe desdeñarse. No hay nada de conspiranoico en ella. Si en verdad estas fuerzas están gravitando en el balompié, que Dios agarre a todos confesados.

POLITEiA está en el horno

El número 79 de la POLITEiA, la revista del pensamiento político, está en el horno, lista prácticamente para salir al público. Como siempre, los materiales que se incorporan en esta edición son de gran calidad, y constituyen una excelente contribución al mejoramiento de nuestra capacidad de reflexión y análisis de la realidad política, económica y cultural de la entidad.

El ejemplar abre con un ensayo revisitado de Carlos Calderón Viedas, “Un marxista en Sinaloa”, una historia intelectual sobre una de las grandes figuras de la vida política y cultural del estado, que cubre un importante periodo de transformaciones del país a la sombra del cardenismo: Enrique “Guacho” Félix, figura universitaria señera, que ocupó el cargo de secretario general de la ahora Universidad Autónoma de Sinaloa,  durante el rectorado de otro hombre brillante, el doctor Solón Zabre Morell.

Luego de este ensayo, vienen cuatro materiales de extraordinaria mentefactura que se dedican a reflexionar sobre los caminos a recorrer por Sinaloa para recuperar su capacidad de crecimiento, romper con la mediocridad de los últimos años y preparar a la entidad para enfrentar los desafíos del cambio que está en marcha. “Sinaloa, en busca del camino perdido”, es el título genérico bajo el cual se agrupan los ensayos de César M. Valenzuela Espinoza, José Santos Maradiaga, Arturo López Flores y Sergio Inzunza Rosales, cuyos planteamientos sin duda contribuirán a enriquecer el debate en la perspectiva de la presentación del Plan Estatal de Desarrollo 2021-2027.

En la parte final del número 79 de la revista, se incluye un ensayo de Edgar Francisco Hernández Cervantes, sobre la iniciativa de reforma energética que impulsa el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y cierra con un cuento firmado por Alfonso Olivas Salas, “La metamorfosis según la madre de Kafka”.

Todos, excelentes textos. En estos días estará en circulación. Como siempre, confiamos en la legión de lectores y amigos que tiene POLITEiA para que circule con entera libertad.

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