Entresemana Información entresemana que forma opinión
>> Andrés Manuel López Obrador ha señalado que no cambiará su estrategia de abrazos, no balazos, que va muy bien.
>> Los grupos armados tienen aterrada, a la población, con su demostración de fuerza armada y capacidad de fuego
RIGOBERTO ESPEJO. El presidente López Obrador expresó desde su “plañidera” que los sucesos ocurridos en varios estados de la República son hechos aislados y propagandísticos, y reiteró que México está en paz, que la población está en calma y que su estrategia de “abrazos y no balazos va muy bien”
No obstante, la demostración de fuerza y de capacidad de fuego por parte de los cárteles de la delincuencia organizada se repiten en varias localidades; siembran temor y pánico entre la ciudadanía y reflejan el fracaso del gobierno federal, no solo en materia de seguridad, sino también en el terreno económico.
Existe un alto grado de inflación y cero crecimiento del producto interno bruto, los incidentes violentos entre la población y las manifestaciones en las giras que realiza López Obrador reflejan el malestar social y estas se acumulan y se suman a las cada vez más a la abultada lista de factores de riesgo que afectan a las empresas productivas, a las organizaciones sociales y a las instituciones políticas.
Todo por la grotesca estrategia presidencial de abrazos, no balazos, que impiden a las fuerzas del orden, así sean de cuerpos de seguridad civiles o militares. Ambas han sido humilladas, secuestradas, desarmadas, y expulsadas de algunas ciudades
La estrategia del tabasqueño de no agresión a la delincuencia beneficia más al crimen organizado o improvisado; y los cuerpos de seguridad han fracasado en su principal misión: la de garantizar la seguridad de los ciudadanos y de las instituciones.
Ya nadie se inmuta por los asaltos en las carreteras de cuota o federales, tanto a vehículos particulares como a los que transportan alimentos o materiales de construcción.
A lo largo y ancho del territorio nacional se suceden bloqueos carreteros, la industria del huachicol esta más activa que nunca. No solo en los estados de Hidalgo o Veracruz, también se han descubierto ordeñas en ductos ubicados en la ciudad de México, en alcaldías como Iztacalco y Cuauhtémoc.
La amenaza del entonces candidato AMLO en el sentido de que, si le hacían fraude, se soltaría el tigre y el no estaría para dominarlo.
Ahora el tigre está suelto y el México bronco está listo para despertar ante la incapacidad presidencia y de la mayoría de sus colaboradores. Algunos de ellos orientados a hacer campaña, que atender las obligaciones para los que fueron nombrados: son las “corcholatas” Claudia Sheimbaun Pardo; Marcelo Ebrard Casaubon y el primo Adán Augusto López.
Y el “olvidado” zacatecano Ricardo Monreal Ávila, que hace campaña presidencial. A pesar de que no está en el ánimo de fratricida Andrés Manuel
Existen varias demostraciones del despertar del “México bronco”, que, ante la incapacidad de las fuerzas del orden, se hacen justicia por propia mano en donde los presuntos delincuentes son linchados, y en ocasiones quemados vivos, ante la presencia de los uniformados que solo son espectadores ante esos hechos ominosos.
Llama la atención la saña de los delincuentes en contra de las llamadas tiendas de conveniencia; la quema de vehículos particulares y de patrullas, de la exhibición de su fuerza letal, de aislar comunidades enteras y de retar a las Fuerzas Armadas.
Ante la descomposición social, el presidente con ínfulas de dictador aprovecha su pulpito para reiterar que vamos muy bien”; organiza acciones distractoras, como la aseveración del subsecretario de Gobernación, el marrullero Alejandro Encinas que “descubrió” que los 43 estudiantes de la escuela normal están sin vida.
Pocos recuerdan que Encinas pretendió la gubernatura del estado de México con una credencial de elector con domicilio en el distrito federal. El mismo método aplicado por Andrés Manuel López Obrador, que fue electo jefe del entonces Distrito Federal a pesar de que su credencial electoral fue expedida en el estado de Tabasco. De tal palo tal astilla
En tanto el país se envuelve en llamas, el presidente de “todos los mexicanos” crea otros temas que distraen la atención, como la detención de Murillo Karan, como presunto responsable de una serie de delitos relacionados con la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapan.
La impericia del tabasqueño para dirigir los destinos de nuestra gran República la tiene al borde de un estallido social.
Y para tratar de frenar el descontento, AMLO entrega más responsabilidades a la secretaría de la Defensa Nacional.
El tigre está todavía dormido, pero las torpezas presidenciales le jalan cada vez más los bigotes al felino