SOSPECHOSISMO/ Los presidenciales fierros en la lumbre

>> Lopez Obrador observa las riñas entre sus más cercanos, como Scherer Ibarra y Gertz Manero 

>> La idea de adelantar la lucha por la sucesión originó encono entre tres de los más serios aspirantes 

RIGOBERTO ESPEJO. Andrés Manuel tiene varios fierros en la lumbre, por su escasa habilidad para resolverlos se tiene que refugiar en sus acostumbradas homilías llamadas ya las “plañideras” en la que se asume como víctima de sus errores presidenciales.

Además de enfrenar la división que existe entre sus principales colaboradores, de la corrupción descubierta de su fiscal federal Alejandro Gertz Manero y su confrontación con el ex consejero real, Julio Scherer Ibarra

No conforme con sus problemas internos, desvía grandes recursos económicos hacia naciones que tienen regímenes dictatoriales, (Cuba, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, etc.) y la cereza del pastel, poner en “pausa” las relaciones diplomáticas con España y responder la opinión del ´parlamento europeo, al que calificó a sus miembros como “borregos”, injerencistas, ignorantes.  Todo en tono bravucón.

Tiene pendiente atender los asesinatos de alcaldes, y de periodistas, la proliferación de cárteles de la droga y el dominio que ejercen en gran parte del territorio nacional; el aumento de los energéticos (gas, gasolinas, diésel, energía eléctrica, etc.) son problemas que por su falta de capacidad no ha podido (ni podrá) atender ni solucionar.

Además, que tiene que resolver (por medio de su dedazo) el nombre de quien lo sucederá en la silla presidencial, decisión que alteró la vida nacional, al destapar muy anticipadamente, la sucesión presidencial, y dar a conocer un ramillete de sus subordinados.

O una vez que dé a conocer su “real decisión” quien resulte designado para ocupar la silla del águila deberá tendrá revertir los torpes decretos del Peje, como el regreso a la residencia presidencial de Los Pinos, sin embargo, no se debe olvidar que en un arranque autoritario solo resuelva ampliar su mandato dos años, o de plano, con el apoyo de las bayonetas, buscar la reelección

Fiel a tu costumbre de ofender a sus subordinados, el zafio tabasqueño calificó como “corcholatas” a quienes –según su escaso criterio–, son los más adecuados a sucederlo en el máximo poder.

Esa trascendente decisión se ha vuelto el talón de Aquiles (Magaña García) que lo tiene de mal humor, con el rostro más avejentado, y sin ánimo para administrar a esta gran nación, por su incapacidad, su ostracismo.

Entre el grupo de “corcholatas”, sobresale el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon, que es el funcionario del gabinete morenista más experimentado de éste y de los más recientes gobiernos.

La carrera del Canciller ha estado marcada por una serie de altibajos, cambios de humor, de acusaciones y que resolvió con un lapso de autoexilio en Francia, con recursos que no ha revelado.

Se menciona que hizo su “cochinito” con el presupuesto de la línea dorada, la numero doce, la que se desplomó en la avenide Tláhuac con más de dos decenas de fallecidos y que su principal competidora, la hija política del presidente Claudia Sheimbaun Pardo, se ha dedicado a culparlo de la tragedia.

La eventual ventaja de “Chelito” es que tiene una larga relación de complicidad o de amistad con el tabasqueño, que data de la administración de Carlos Salinas de Gortari.

Para “despejar” el emblemático Zócalo, recibió de manos de Marcelo Ebrard, entonces secretario de Gobierno del DDF, la nada despreciable cantidad de siete mil millones de pesos de viejos pesos, (siete millones de nuevos pesos) de parte de Manuel Camacho Solís, que ya se sentía sucesor de Carlos Salinas.

De esa entrega surgió la conexión López Obrador-Ebrard Casaubon, recompensada con creces con la candidatura a la Jefatura de Gobierno del DDF para Marcelo, apoyada por AMLO EN 2006).

Tras conocerse esta historia, ahora queda más que claro el vínculo tan estrecho entre AMLO y su Canciller, quien se “auto destapó” – en Palacio Nacional y frente al tabasqueño- como aspirante a la Presidencia por Morena para 2024, con la esperanza de la bendición presidencial que otorga a quienes le entregaron “favores financieros” en años pasados.

Más que alianza política, es complicidad personal.

Marcelo tiene 63 años, y ya una vez se achico ante el Peje; tuvo que ceder la candidatura presidencial, pese a que en las encuestas internas tuvo buena ventaja para decidir la candidatura entre él y López Obrador, pero al hacerse la valoración de quién de los dos tendría más posibilidades de ganar, aventajaba al tabasqueño.

Hoy, con su loco afán de ser candidato presidencial, le ha tocado hacer de canciller y corregir los dislates presidenciales en materia diplomática; e iniciar una demanda en los Estados Unidos, en contra de los fabricantes de armas, o fungir o fingir como secretario de Salud, en la compra de las vacunas anticovid.

Sin embardo, el Peje, ladino, taimado y marrullero como es, impulsa con especial predilección a su nuera, Claudia Sheinbaum Pardo, (tuvo un romance con Andrés “Andy” López Beltrán; de esa relación procrearon un hijo.

La actual jefa de gobierno, es y ha sido la funcionaria de todas sus confianzas.

Tuvo la responsabilidad de atender y vigilar la construcción del viaducto elevado, que por cierto los muy elevados costos están todavía bajo resguardo.

La regente cree que tiene la bendición del presidente, actúan por consigna; imita los desplantes e insolencias de su suegro y emite copia fiel de los discursos presidenciales.

Ya se observa ya un enfrentamiento entre Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, dos de los tres aspirantes fuertes de Morena a la Presidencia de la República.

Marcelo ha tenido que soportar la hostilidad en el tema del desplome de la Línea 12 del Metro. que costó la vida a 26 personas

Desde el inicio, los consejeros de la Regente, filtraron la versión que la tragedia se debió a la premura del entonces jefe de gobierno de la ciudad, Marcelo Ebrard por inaugurar la “línea dorada”

Esa rivalidad es alimentada no sólo por el equipo de la jefa de Gobierno, sino por funcionarios de la Presidencia de la República alienados a la causa de Claudia, entre ellos el vocero, Jesús Ramírez Cuevas.

Marcelo ha sido leal al presidente y muy eficaz en el ejercicio del gobierno. Pero se percibe que los dados están cargados, por ahora, a favor de Claudia.

El canciller soporta las ideas trasnochadas de AMLO, y se contradice en las decisiones de Ebrard como cuando un día antes de la quinta toma de posesión del dictador de Nicaragua Daniel Ortega Saavedra, filtró la cancelación de la participación a la ceremonia de Martín Borrego, director de América del Sur.

Pero al día siguiente, López Obrador desacreditó la decisión y ordenó el envío de un representante, el cual terminó siendo un funcionario de la Embajada en Managua

El todavía secretario de Relaciones Exteriores, al abrir sus aspiraciones tiene claras dos cosas. La primera, que no va a ceder a las presiones de López Obrador y respaldar a Sheinbaum. La segunda, que no tiene espacio para crecer en Morena.

Para 2024 tendrá 65 años, y 71 en 2030, si volviera a achicarse ante López Obrador. Sus cercanos señalan que Ebrard ha dejado claro que esta sucesión será la última en la que compita.

Un tercer aspirante, es el senador de Morena Ricardo Monreal, que ha dado señales de que no va a ceder a las presiones.

El experimentado ex gobernador de Zacatecas, que ha militado en todos los partidos políticos, a excepción del Partido Acción Nacional, también ha soportado las intrigas emitidas desde el Palacio Nacional, y de los porristas de Claudia, sobre la responsabilidad del senador por la derrota de morena en la ciudad de México

La intriga dio resultados y trajo consecuencias:

AMLO puso distancia de Monreal, que, a pesar del congelamiento del Peje, repite que será candidato presidencial por Morena, no importa que tenga que lidiar con la “consentida”

Con la decisión tomada por López Obrador por de la Regente, la pregunta es cuándo se irán de Morena los otros dos aspirantes serios a la candidatura presidencial: Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal.

El presidente abrió el juego, y mencionó a otros de sus colaboradores como aspirantes presidenciales, tal vez solo por ello prurito de provocar ambición entre todos ellos, como:

La secretaria de Energía, Rocío Nahle; la de Economía, Tatiana Clouthier, el exrector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, y el embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma.

Se tiene la impresión de que estos funcionarios serán comparsas en la lucha por el pinche pleno poder y el peje ha repetido su cantaleta de que “el pueblo decidirá quién será el candidato de su partido en las próximas elecciones” y en consecuencia será el próximo presidente de México.

www.entresemana.mx