SILOGISMOS

 

CON PRIISTAS UNIFICADOS, CAROLINA PONE A PRUEBA TODO POR EL TRIUNFO

*  El reto: campaña cuesta arriba

ANTONIO ORTIGOZA VÁZQUEZ. Con el «Cónclave de Huejutla», Carolina Viggiano superó la primera y decisiva prueba: unificar a todas las fuerzas priistas. A partir del domingo tres de abril comenzará otra etapa en donde la tarea frontal es disminuir la desventaja, al menos la que muestra el sondeo de una casa encuestadora, frente a Morena y aliados.

Eso, porque en ese lapso de, digamos, eclipse -o algo parecido- que es el periodo pre-electoral, la nominada por la coalición «Va por Hidalgo» (PRI-PRD-PAN), enfrentó jaloneos, golpes disimulados, campañas subterráneas, que por cierto son comunes a todos los partidos, pero en el caso de Viggiano tuvo un costo relativamente alto, con la pérdida en encuestas de más de ocho puntos porcentuales, para un total 16.3 en este momento.

En cambio, la figura de Julio Menchaca en Morena y aliados, tuvo mucho peso en todo momento y los golpes de pre-campaña o bien fueron leves o los resistió sin consecuencias.

Ahora se las verán, uno y otro equipos de campaña, frente a frente, con los rasguños —o heridas, según el caso—, ya curados para dar la pelea por los votos.

En los últimos dos años transcurridos, si algo ha quedado en claro, es que una ventaja, inclusive amplia, puede no significar mucho.

Un caso ya emblemático es Nuevo León, donde una precandidata de Morena que durante meses llamó poderosamente la atención a nivel nacional y que se mostraba con aureola de invencible, comenzó a caer, por errores propios y por una campaña, muy cuesta arriba, de un candidato que había arrancado con menos de diez puntos en las encuestas.

La interrogante es qué tanto peso añadirá «El Cónclave de Huejutla» a la campaña de Carolina. En esa comida estuvieron tres ex gobernadores (Osorio Chong, Núñez Soto y Paco Olvera) además del gobernador en funciones, Omar Fayad Meneses; el presidente estatal del PRI, Julio Valera y muchos personajes de la política hidalguense que se consideran con peso específico, como una especie de «aristocracia estatal», como los hermanos Jorge y José Antonio Rojo García de Alba, de la dinastía fundada por Javier Rojo Gómez.

A eso se puede añadir el prestigio propio que pone en la balanza la candidata en sí misma, Carolina Viggiano.

Eso sí, pero por lo pronto, tiene una desventaja tan grande como 16.3 puntos en la encuesta telefónica de «Massive Caller«, con hueso muy duro de roer, como es el candidato de Morena, Julio Menchaca, ex priista con amplia y sólida experiencia en la política.

Por lo pronto, la moneda está en el aire y corresponde a los miembros del «Conclave de Huejutla», demostrar de qué pasta están hechos.

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