REFLEXIONES DE UNA MUJER CONTEMPORÁNEA/  El duelo

 

Dayana Rodríguez

Ciudad de México, 07 de agosto  (entresemana.mx). Cuando nos pasan cosas que nos duelen, es como si la vida nos diera una bofetada, nos hace parar para enfrentar aquello que tanto miedo tememos perder. Inmediatamente solemos negar el hecho y después nos acompañan muchas emociones en el proceso. Emociones que muchas veces no queremos sentir, porque duelen, porque no son fáciles, ahora entiendo que las emociones se deben sentir y enfrentar, meterlas bajo el tapete es solo posponer algo que tarde o temprano tendremos que afrontar, la ventaja de hacerlo en el momento es que podemos entender el motivo por el cual las estamos sintiendo, y así es más fácil dejarlas fluir.

El dolor es inevitable, a todos nos van a pasar cosas que nos duelen, pero también es un gran maestro para poner en práctica todo aquello que hemos aprendido, a implementar todas esas herramientas que la vida, terapia y las personas a nuestro alrededor nos han enseñado; no es fácil, es complejo, pero no deberíamos evitarlas, nos vienen a enseñar.

La pérdida de alguien amado en nuestra vida nos para en seco y nos detiene para  entender que la vida y la muerte son parte del equilibrio, todos llegaremos ahí, no importa tu condición económica o social, nada nos va a librar de ella. Estamos formados como vagones de tren para llegar a nuestra parada final (suena muy fatalista), pero también nos recuerda que mientras estemos en este plano terrenal tenemos oportunidad de conocer cosas nuevas, de experimentar, de disfrutar. Es irónico como muchas veces vivimos como si fuéramos a hacerlo para siempre, nos preocupamos y nos enfocamos en cosas tan negativas que solo son una pérdida de tiempo, si lo piensas, ¿De qué sirve preocuparse? ¿Eso va a solucionar el problema? al final lo que va a llegar y va a ser, será, así nos preocupemos más o menos eso no cambiará nada.

Perder a alguien duele y duele mucho,  hay días mejores que otros. Nos sacude, nos desequilibra y pensamos que nunca saldremos de ahí, pero si se sale, cada uno a su tiempo y a su ritmo. Algunas veces es necesario parar para comprender, parar para resurgir, y es cuando nos damos cuenta que realmente no hay emociones malas o buenas, solo son emociones y que incluso aquellas que más nos lastiman son necesarias para entender que siempre se puede retomar el camino.

A las personas nos da miedo o evitamos el tema de la muerte, por ideas que nos hemos forjado, pero si crees en Dios, sabes que la muerte es un paso, un ascenso hacia un lugar mejor, es cumplir nuestra misión en la vida y regresar a dónde realmente pertenecemos. La vida es un viaje, una transición, un paso a algo más grande.

Miedo, incertidumbre, dolor, tristeza, entre otras, son parte de un proceso de duelo, no les tengas miedo están ahí para decirte algo, escúchalas, es más fácil que se vayan si les prestas atención.

Permítete llorar, es una forma de darle un descanso a tu ser.

Lo sé, por momentos te puedes llegar a sentir desorientado, sin rumbo, no comprendes lo que está pasando y no importa la edad que tengas, nunca estamos preparados para estos momentos, pero también nos recuerda que somos mucho más fuertes de lo que creíamos y que con el tiempo dolerá menos.

Si estás pasando por algo así, te puedo compartir lo que me dijo mi psicóloga y espero te sirva y es, que te permitas sentir tus emociones, no negarlas, no evadirlas, tómate tiempo para comprenderlas en que sentirte triste también será normal en este proceso y que si hay alguna situación que te hace sonreír no te sientas culpable, echa la culpa a la basura, toda emoción que sientas está bien, pero no descuides tu salud y tu cuerpo, recuerda que es la máquina que nos hace funcionar. Si sientes que esto te sobrepasa no esperes tiempo y busca ayuda profesional para que esté proceso sea más llevadero.

Si tu alma hoy está dolida, practica la paciencia contigo, y recuerda que todos los momentos pasan, sean buenos o malos y con el tiempo aprenderemos a vivir con este duelo y vendrán buenos momentos, porque así es la vida.

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¡Qué tengas un excelente domingo!