Citibanamex: un pistoletazo en medio de un concierto
CÉSAR VELÁZQUEZ ROBLES (Sinaloa). El anuncio de la venta de Citi-Banamex sonó como un pistoletazo en medio de un concierto. En un país como el nuestro, en el que el capital financiero florece y afianza redes que les garantizan muy altas tasas de ganancia –las que los bancos no obtienen en sus países de origen–, resulta por lo menos extraño y sorpresivo saber que sus dueños quieren irse del país. Los grandes bancos, los que llegaron en lo que ha dado en llamarse “segundo desembarco”, BBVA y Santander, entre otros, junto con el que ahora está a la venta, controlan y dominan gran parte del mercado financiero. El banco resultante de la fusión-absorción del Banco Bilbao Vizcaya y Argentaria, y que capturó a Bancomer, ha hecho su agosto en México, de donde obtiene un tercio de sus beneficios totales.
Citi-Banamex extrae anualmente utilidades del orden de los dos mil millones de dólares, que derivan de una cuota de mercado de un 15 por ciento más o menos. Sus relaciones con el poder político si bien puede decirse que no pasan por un momento excelente, tampoco se desenvuelven en un marco de tensiones derivado de un discurso endurecido como el que impera hoy en la vida política nacional. En suma, el capital financiero, que como todos sabemos no tiene patria, va a lo suyo, y lo suyo no es la política, la disputa del poder, sino la seguridad jurídica de que el gobierno les asegure las condiciones adecuadas para su reproducción ampliada. Entonces, ¿cuáles son las razones por las que este banco decide vender todos, todos, sus activos?
Los especialistas han recreado las consideraciones formuladas por la dirección institucional de la entidad bancaria. Aducen que no es una política nueva de Citigroup, sino que se ha puesto en marcha desde hace tiempo, y empezó en más de una decena de países asiáticos y en algunos países de América Latina, y que todo ello forma parte de una estrategia global para deshacerse de todo tipo de operaciones de banca de consumo. Si, puede ser, pero no hay ninguna explicación racional para la retirada de una entidad bancaria que tiene en México su segunda fuente de utilidades, y en donde cuenta con casi 1 mil 300 sucursales, atiende a más de nueve millones de clientes y tiene alrededor de 40 mil empleados. En la banca de consumo la competencia interbancaria es brutal y despiadada, y dado el avance tecnológico en muchas de las operaciones de entidades que han roto las barreras del mercado, reduce la competitividad de los bancos tradicionales en tarjetas de crédito, en hipotecas, en apoyos crediticios a micro, pequeñas y medianas empresas, lo que les puede obligar a dejar este segmento de mercado y orientarse hacia otros renglones en los que está garantizada su competitividad.
Pudiese ser esa una razón por la que haya decidido vender el changarro, como dice Salinas Pliego, quien ya se ha anotado para comprarlo, pero quizá solo estamos ante la apariencia del fenómeno, sin llegar a su esencia. Digamos que esta explicación podrían ser los árboles que nos impiden ver el bosque, y creo que habría que hurgar en otros campos para encontrar las razones reales de su abandono de la plaza. El asunto, por supuesto, va a dar para mucho. Habrá especulaciones, muchas de ellas descabelladas, otros con una base más racional, algunas bastante sofisticadas.
A esas explicaciones no podemos ni debemos ser ajenos. ¿Que no nos interesa el asunto, y que es tema de los grandes consorcios financieros y de los grandes oligarcas? Claro que nos debe interesar. El mercado financiero es la parte más sensible de todo el aparato productivo, y es precisamente ahí, en el ámbito financiero, donde empiezan las manifestaciones más agudas de las crisis que dificultan los procesos de reproducción del capital. Y ya sabemos quiénes son los grandes ganones y los grandes perdedores. Los gobiernos lo saben: las entidades financieras son muy grandes como para dejarlas caer, así que las inyecciones de recursos masivos son las recetas más comunes. Todo ello a cuenta de los que no tienen ni siquiera una acción, y que son los que tienen que cargar con la deuda durante largos e interminables años. No vayamos muy lejos. Ahí la deuda que se tiene con el Fobaproa y ahora IPAB.
El INE y la campaña de defensa promovida por Coparmex
En días pasados, el sindicato patronal anunció, frente a la campaña de desprestigio y deslegitimación contra el Instituto Nacional Electoral (INE) impulsada desde las más altas esferas del poder político, el inicio de una campaña de defensa de una institución central en la construcción y defensa de una sociedad democrática. Llamó mi atención la convocatoria, no porque no puedan ni deban hacerlo los empresariados agrupados en la Coparmex, sino porque entiendo que es una tarea que corresponde desplegar a los partidos y a la propia sociedad civil. Es evidente que, ante partidos realmente inexistentes como oposición y ante una sociedad civil débil, y que en estos tres años últimos ha sido lastimada, humillada y agraviada, organizaciones como la citada asuman la tarea de defensa del árbitro electoral. Es verdaderamente penoso que una entidad empresarial, un sindicato patronal, que no es propiamente representación de la sociedad civil, asuma una tarea que en sentido estricto no le corresponde, lo cual, sin embargo, hace más valioso y digno de reconocimiento la movilización que ahora promueven.
Los partidos de la oposición siguen dejando pasar las oportunidades de movilizar a amplios sectores de la sociedad mexicana. Una entidad como el INE, que regula la competencia por el poder político, que garantiza la equidad, imparcialidad, objetividad, certeza e independencia de los procesos electorales, tiene que ser defendida por quienes protagonizan esa contienda, porque saben que así, al garantizarlas, el poder tiene un horizonte temporal.
El llamado a la movilización que puede leer íntegro en el sitio www.coparmex.org.mx, “es a detener la embestida contra el INE”, y apuntan que “no es democrático sino autoritario intentar minar y debilitar al árbitro electoral”. “Yo defiendo al INE: celebramos, nos unimos y llamamos a la movilización ciudadana para defender al INE porque eso implica defender también nuestras libertades: de expresión, de emprender, de educar y, desde luego, de elegir”.
Y el remate: En tres décadas de existencia, el INE ha demostrado que es una institución sólida que ha garantizado el avance de México hacia la democracia. Lanzamos una señal de alerta: hoy nuestra democracia está en riesgo por la violencia política, por la infiltración de la delincuencia, el desencanto de algunos electores y por la ambición de algunos personajes políticos; pero frente a ello somos millones los mexicanos que decimos #YoDefiendoAlINE y que daremos pasos al frente -ni un solo paso atrás- en la consolidación de nuestra democracia.”
Porque como estoy totalmente de acuerdo, y convencido de que lo que hace ahora la Coparmex es una tarea ineludible y responsabilidad de los partidos políticos, he firmado el llamado que hace el INE en defensa de nuestras libertades. Punto.