*En reiterados actos públicos donde incluso ha estado presente la Coordinadora de los Comités de Defensa de la 4T, Claudia Sheinbaum, la militancia y ciudadanía le han manifestado su abierto rechazo como aspirante de Morena a la Cámara Alta, al todavía diputado federal, ligado a casos de corrupción en el sexenio del priísta, Enrique Peña Nieto, siendo funcionario de Pemex; quienes erróneamente lo apoyan desde las cúpulas morenistas, deben valorar que lejos de abonar, restará votos en las urnas a la causa morenista, en Hidalgo
ANTONIO ORTIGOZA VÁZQUEZ
Pachuca, Hidalgo. Especial de Expediente Ultra. Ubicado en el segundo lugar de las listas al Senado por Morena, el saltimbanqui Cuauhtémoc Ochoa no debe cantar victoria porque la militancia de ese partido le ha manifestado tres veces y en menos de un mes, su rechazo a encabezar las legítimas demandas del pueblo hidalguense en la Cámara Alta. Podría decirse que en este caso “el pueblo sabio” no se equivoca, pues conoce los antecedentes y malas artes políticos del ex priísta que fue parte del Consejo de Administración de Pemex en el gobierno de Enrique Peña Nieto, relacionado siempre con fraudes en la ex paraestatal y con las manos sucias en el manejo de empresas de manejos residuales, de las que obtuvo concesiones mediante un tráfico de influencias como ex funcionario de la Semarnat.
Cuauhtémoc Ochoa, lo sabe la sociedad hidalguense, formó parte del gabinete del ex gobernador Miguel Ángel Osorio Chong donde tampoco se destacó por ser un servidor público honesto y eficiente; su oportunismo político bajo las siglas del Partido Verde, es una de sus peores cartas de presentación y solo los ingenuos o neófitos en política, se atrevería a otorgarle su apoyo en las urnas.
Y si del lado tricolor y verdecologista, Ochoa salió con la etiqueta de veleta, en Morena las cosas no le pintan nada bien porque ante una militancia crítica que sabe distinguir entre un político forjado de la lucha social y otro que siempre ha estado pegado a la ubre oficial para enriquecerse, el todavía diputado federal ya recibió claros mensajes de que en el Movimiento de Regeneración Nacional nadie le apoya.
El primer aviso se lo dieron militantes morenistas a las puertas de la sede partidista de Pachuca donde el pasado 26 de diciembre, exigieron a su dirigencia estatal mostrara las pruebas de que Ochoa punteaba en las encuestas logrando los consensos suficientes para ser precandidato al Senado.
En lo que calificaron como una imposición y falta de equidad, y ante la imposibilidad de defender lo imposible, el líder estatal, Marco Antonio Rico ni siquiera se presentó a encarar o al menos ofrecer una respuesta a los inconformes.
Y pues cómo, si en cualquier encuesta seria Ochoa no solo resultaría reprobado ya no digamos por la militancia morenista, sino por cualquier ciudadano de a pie que le conozca, pues carece de la más mínima popularidad porque, como ya anotamos, nunca ha sido un político de a pie y menos un luchador social que haya dado una sola pelea al lado de la gente.
Pero los descalabros más fuertes para el morenista “hechizo”, se dieron el pasado quince de enero durante la realización de eventos donde estuvo presente la Coordinadora de los Comités de Defensa de la 4T, como el de Mineral de la Reforma cuando la ex Jefa de Gobierno de la CDMX, habló de los principios básicos de su partido como el “no traicionar al pueblo”.
En automático, los asistentes corearon su rechazo, al grito de: “¡Fuera Ochoa, fuera Ochoa”, animadversión que no pasó desapercibida para la Dra. Sheinbaum, y menos para el aspirante cachirul, que no pudo ocultar su contrariedad de ser exhibido nada menos que ante la aspirante presidencial, que encabeza las encuestas!
Con antelación, en otro evento verificado en Tulancingo, Ochoa cosechó otra tanda de descalificaciones donde se incluyeron desde los “¡Fuera, fuera ¡”, hasta los consabidos y reprobatorios “¡¡¡Buuuu¡¡¡”.
El “pueblo sabio” no se equivoca como tampoco la militancia crítica y realmente de izquierda de Morena, por lo que el chapulinesco Ochoa, aún no debe cantar victoria, pues más que sumar votos a ese partido, representará un rechazo generalizado en las urnas.
Es momento de que sus “apoyadores” que juegan las contras a los principios morenistas, rectifiquen el craso error de porfiar su apoyo a un político sumamente desprestigiado y antipopular.