ROMPECABEZAS/ Olvidos inducidos

ABEL LUNA ESPINOSA

LA RAZA HUMANA hemos cambiado al paso del tiempo, y como parte de ello las personas no quedamos aparte, verdades de Perogrullo pero que siguen teniendo validez. La memoria, por naturaleza, tiende al olvido de muchos hechos, acciones y personas, aunque también puede ser inducida; es decir, los recuerdos poco o nada agradables son soslayados, la mente suele protegerse de esa manera de las memorias dolorosas.

Así de las páginas de la prensa escrita rescatamos: “En México cerca del 98 por ciento de los delitos quedan impunes y la inmensa mayoría de las víctimas ya ni siquiera los denuncian para no sufrir la humillación y la agonía de aquel dicho español que señala que el colmo de la infamia es la de ser ‘tras de cornudo, apaleado’ y por ello, este vía crucis cotidiano ya sólo sirve para nutrir el escándalo mediático de cada día, que morbosamente nos relata el horror en el que se ha convertido la vida de 11 millones de víctimas que cada año sufren algún delito”

Esta amplia cita tiene como autor al doctor Alejandro Gertz Manero, con el título “Reino de impunidades”, fechada en febrero de 2006, y parte de quien ha sido secretario de Seguridad Pública a nivel federal y de la Ciudad de México, procurador general de la República y, a la extinción de este organismo, desde 2019 es el fiscal General de la República.

Entre sus muchas actividades y funciones, e inclusive fue impuesto en el Sistema Nacional de Investigadores aunque no tuviera las calificaciones adecuadas. Y sin dejar de lado las pugnas con la familia Jenkins acerca de la Universidad de Las Americas Puebla.

Ahora, brotan las interrogantes después de esos conceptos acerca de la seguridad del país, ¿hasta dónde la FGR ha cubierto fehacientemente sus compromisos de acuerdo con esas afirmaciones de su titular?, ¿hasta qué punto ello ocurre, o debe involucrarse a los ministerios públicos y las diversas corporaciones policiacas del país?  Las omisiones conducen a las injusticias y ahí está el caso de Emilio Lozoya, entre otros más.

LA MEMORIA TAMBIÉN me trae al encuentro (desde 1988) las palabras del doctor Thomas Gleaton, presidente y cofundador del Instituto de Recursos Paternos para la Educación sobre las Drogas, de Estados Unidos, quien afirmó -ya desde ese momento-en que una de las alternativas para la erradicación de las drogas era mediante la participación conjunta de padres de familia, escuelas y gobiernos.

Desde el aspecto básico y trascendental de la comunicación en la familia para evitar que niños y jóvenes caigan en el flagelo de las drogas, porque -decía el especialista en un enlace de comunicación vía satélite- entre los 5 a los 12 años los muchachos están expuestos a caer en la drogadicción.

El entrevistado mencionó que los medios de comunicación son elementos vitales en esta lucha, ya que los enervantes se perfilan la mayoría de las ocasiones como la salida fácil para huir de la realidad y evadir obligaciones.

Por el lado de los padres, dijo Gleaton esa mañana, los comportamientos autoritarios e impositivos son sumamente negativos para la erradicación de conductas proclives de este tipo de vicios por parte de los hijos.

En ello es sumamente trascendental la comunicación entre padres e hijos, entre alumnos y maestros, entre escuelas y gobiernos.

El constante y recurrente tema de los narcóticos tienen larga data, y desafortunadamente los gobiernos, tanto el de aquí como el de los Estados Unidos, por malos ejemplos, no han podido detener ese flagelo para la salud y la economía binacional a pesar de los cientos de declaraciones y porque sigue la corrupción en muy diversos niveles y sectores.

Ejemplo de lo anterior es la ineptitud (simulada, pero que forma parte de esa cauda corrupta binacional), de esa retórica gubernamental que deja millones de dólares a quienes siguen enriqueciéndose a costa de millones de viciosos, en todo el mundo y la impunidad sigue floreciendo entre los funcionarios públicos que deberían cumplir con sus obligaciones y aplicar la ley (aunque suene a repetición) sin distinciones.

Pero el gran problema de las drogas es que ha crecido como fuente de corrupción aquí y allá y su aumento desmedido ha sido acompañado por la proliferación de bandas de delincuentes, quienes reciben armas por la frontera norte; y de la hipocresía de congresistas estadunidenses que acusan solamente a México en el cruce de drogas siendo que en su territorio han muerto – y siguen- miles de viciosos diariamente, sean los menesterosos callejeros o los relucientes y trajeados ejecutivos de empresas y entre los pasillos del Capitolio.

DESDE EL PRIMER día de 2018 la Residencia Oficial de Los Pinos pasó a convertirse, por orden presidencial, en Complejo Turístico, donde en sus primeras semanas recibió a más de 100 mil visitantes.

Los Pinos dejó de ser, así, el espacio particular en donde vivieron los presidentes de la República desde Lázaro Cárdenas del Río, quien renunció a asentarse con su familia en el castillo de Chapultepec, hasta Enrique Peña Nieto.

Un esfuerzo interesante por darle a la población más espacios de esparcimiento en la capital de la República, tratando de ofrecer a los capitalinos más alternativas aparte de la sangría cotidiana que arrojan muchos medios de comunicación electrónica, tanto abiertos como de paga.

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