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JOSÉ GARCÍA SÁNCHEZ. Quien manda realmente en el PAN es Santiago Creel, por lo menos desde que Marko Cortés está al frente de ese partido. El pleito transmitido por televisión entre Lilly Téllez y Creel, deja sin posibilidades de sobrevivir en la política a la ex conductora de TV Azteca.
La venganza y misoginia están en el ADN de los conservadores, más aún en un personaje tan elemental como Santiago Creel quien maneja a su títere Marko Cortés, desde el 19 de noviembre de 2018, once días antes de que tomara posesión López Obrador.
Este acompañamiento en el tiempo de la dupla Creel-Cortés al Presidente también forma parte de la personalidad de ese partido, que nace precisamente para detener el camino hacia el socialismo por el que creyeron caminaría Lázaro cárdenas, sobre todo en 1939, año en el que nace esa organización.
Así se explica la extensión de mandato de Marko, su disciplina a los designios de los líderes panistas de antaño y, sobre todo, la política de contención del PAN, que con ello regresa a sus orígenes tratando de sabotear, como lo hiciera desde los primeros días de su nacimiento, toda decisión que emana del gobierno.
Lo que hizo Creel desde el PAN con López Obrador fue lo mismo que hizo Gómez Morín con Lázaro Cárdenas. Los resultados fueron diferentes, tuvo más influencia en 1939, que, en 2018, cuando el PAN surgía de una derrota electoral, luego de haber triunfado en dos sexenios. En aquellos años, Acción Nacional era una oposición sin antecedente en el poder; ahora, sale del marasmo que le impuso una derrota electoral apabullante, que, aunque lo muestra como segunda fuerza electoral exhibe una gran diferencia con el ganador.
Creel, como poder detrás del trono en el PAN, considera que debe ser respetado por toda su grey, incluyendo a Lilly Téllez, quien lo vio como poca cosa en una entrevista y lo convocó a formar parte de su equipo al tiempo que lo desacreditaba como posible candidato por no ganar elección alguna cuando compitió en las urnas.
Este desprecio de la conductora rebelde que había encarnado fielmente la voluntad de Creel de no permitir que gobernara Morena desde su curul, Creel lo castigará con la marginación de Téllez, a grado tal que la dejará huérfana de candidatura alguna para 2024.
El primer desaire que recibió, aparentemente de Marko la conductora, fue en la reunión del Consejo Nacional de ese partido, para reglamentar la elección del candidato presidencial, del 20 de mayo, según lo marca el estatuto de esa organización.
En esa reunión se habló de unidad, armonía y cohesión, conceptos que no incluían a Téllez ni por coincidencia. Así, por su ingenuidad de considerarse la favorita de la oposición, pagará con el olvido su afrenta al auténtico líder panista.
