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JOSÉ GARCÍA SÁNCHEZ. Una prueba más de que la oposición no necesita contrincantes porque los se vencen a sí mismos, no enemigos porque suelen aniquilarse solos fue el hecho de que el presidente de la Cámara de Diputados, Santiago Creel Miranda, debió soportar dos horas de regaño por ocultar que negoció la presencia de militares armados en el recinto legislativo, pero descartó renunciar a la presidencia de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, como se lo exigieron Morena, PT, PVEM y MC, por “romper la institucionalidad” y tratar de atribuir al Ejecutivo la intención de que el Ejército quisiera entrar al pleno.
El morenista Carlos Ortiz Tejeda, señaló al respecto: “¿Por qué lo victimizamos, aunque lo merezca con creces? Que se quede y se destruya con su pedantería. Que no se vaya, si no puede con la presidencia de la Cámara, ¿cómo va a poder con la Presidencia de la República?”
Creel argumentó que se atenía a la decisión de la Junta de Coordinación Política sobre su presidencia, a sabiendas de que sólo puede ser destituido por dos terceras partes de los diputados presentes.
Se dijo preparado para la Presidencia de la República, sin embargo, es evidente que nunca debió ser funcionario púbico ante el desconocimiento de los protocolos de los símbolos patrios. Esta es la segunda vez que muestra desconocimiento del protocolo.
En el 175 aniversario de la Gesta Heroica de los Niños Héroes, la esposa del Presidente de la República, Beatriz Müller, debió intervenir para que dicho acto se realizara de manera correcta, al quitar del lado del Jefe del Ejecutivo al diputado Creel.
El desgaste de Santiago Creel fue suficiente como para dejarlo sin candidatura a la Presidencia de la República, porque primero acordó con la Secretaría de la Defensa Nacional que los efectivos se presentaran armados al Palacio Legislativo. Luego se acogió a la prohibición de que ningún legislador puede entrar armado al recinto, para decidir que la escolta y la banda de guerra se quedaran en el vestíbulo.
Los panistas ya olvidaron cuando tomó posesión Calderón de la Presidencia a escondidas y entrando por la puerta de atrás, con el recinto lleno de militares para su protección personal. Ahora sólo trata de desgastar al Ejecutivo y repeler siempre a los militares por consigna. Tampoco puede olvidarse la concesión que otorgó a 450 nuevos casinos una semana antes de dejar Gobernación y el desfalco por 800 millones al Fonden.
La presión que ejerce el PAN sobre todos sus militantes de repeler todo lo que tenga que ver con militares confunde a los más panistas en el proceso político actual contradicciones y mucha improvisación, que los coloca con mayor fragilidad aún, por salir del discurso político y entrar a la reciente tradición del rechazo irracional y la descalificación injustificada.
