PICOTAZO POLÍTICO/ ¿La UNAM no se toca?

MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ FARÍAS

Cuando se repite el cántico de que la UNAM no se toca, en clara referencia al proceso de sucesión en rectoría y la posibilidad de una colonización de morena, me viene a la mente lo que se dijo del Instituto Nacional Electoral, «el INE no se toca » y terminó siendo manoseado como pasamanos del metro.

El INE es un apéndice del gobierno.

La UNAM corre ese mismo riesgo, que banderas como el de la autonomía de cátedra o las pistas de librepensadores terminen siendo cosa del pasado. El desmantelamiento de sus corazas es sistémico, el presidente López Obrador generó muecas de rencor hacia su alma Mater y aunque el rector Enrique Graue resistió, digamos, de manera decorosa, no fue lo suficiente como para hacer pensar que se había sudado la camiseta peleando en el terreno de la política.

La máxima casa de estudios no pasa por su mejor época, vamos, hasta en lo deportivo se respira mediocridad, basta ver a el equipo de fútbol  de los pumas y la corrupción imperante por casos de protección a presuntos abusadores sexuales, ¿no acaso es reflejo de la falta de un líder que sepa poner orden en todos los aspectos?

La  UNAM se juega su futuro, con la aduana en dónde se tendrá que decidir, por la vía de la junta de gobierno, quien habrá de conducirla los siguientes cuatro u ocho años.

La UNAM representa un reactor social de la mayor importancia para el país, con una matrícula estudiantil en dónde más del 80 % de sus alumnos provienen de las clases bajas, siendo la casa azul y oro, el gran pivote de crecimiento económico para miles de familias de escasos recursos . La UNAM no solo tiene que ser  ese vestíbulo académico, sino la sala más poderosa del pensamiento y la investigación,  que con nuevos liderazgos  rompa la tabla que la coloca entre las cien mejores del mundo, pregunto ¿por qué no dentro de las primeras cincuenta?

Los nombres de 17 notables pesan, pero uno solo es el que adquiere la estatura de capitán de navío ,para las sinuosas aguas del siguiente sexenio, el director de la facultad de derecho, Raúl Contreras, quien  es un universitario de  tiempo completo, un doctor en derecho con la experimentada mano política, misma que debe ser premisa para el cargo de rector, pues sin las habilidades para las negociaciones ni la piel para resistir los ataques , cualquier rector se convertirá en anécdota y no en el guía que la UNAM requiere.

A nadie conviene que la universidad nacional se incendie por actos de desgobierno o que se vea sometida a un régimen que promueva su desmantelamiento, arrebatándole independencia y la necesaria balanza del pensar con libertad, para ello, el doctor Raúl Contreras es quien más se menciona, no solo para defender, sino para empujar el crecimiento del territorio puma, el doctor Contreras es un estadista.

La máxima casa de estudios ha esperado mucho  una nueva era, vigorosa y de recuperación de ese orgullo azul y oro.

Presidencia de la República siempre querrá tener a la UNAM en un puño, ha sido así en el pasado, lo traman para el futuro, y la vida académica, la dignidad puma no puede quedar en medio de futuras guerras, es tiempo, pues, de GENERALES con experiencia en batalla y en política, que impriman un nuevo espíritu de orgullo ,con autoridad en el difícil mundo de las leyes.

Si quieren que la UNAM no se toque, en la junta de gobierno se deben fajar faldas y pantalones…sino, ahí está el ejemplo de INE.

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