“La verdadera bondad del hombre
sólo puede manifestarse
con absoluta limpieza y libertad
en relación con quien no
representa fuerza alguna”.
Milan Kundera
ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez
Si algo le abrió la puerta a López Obrador en el 2018 fue la corrupción rapaz, la inoperancia y el robo cínico de los partidos políticos en el sexenio de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, a eso había que sumar la violencia por el crimen organizado, la desesperación de la ciudadanía se volcó en el voto de castigo para los partidos y se le dio a López Obrador el beneficio de la duda porque no quedaba de otra.
La historia ya la conocemos, en el sexenio de los que se dicen superiores morales no se terminó con los corruptos solamente se transformaron y ejemplos hay varios en la 4T, pero también en los gobiernos estatales y municipales y esos son de todos los colores. Así que nada o muy poco han cambiado las cosas y el dirigente panista nos da un ejemplo de cómo se reparten las posiciones cuando van con otros partidos, vaya eso no es novedad, pero el reparto de direcciones de escuelas, notarías y hasta la transparencia del estado los pinta de cuerpo entero.
Si Peña Nieto prometió un nuevo PRI y luego vimos los resultados de su administración, ahora son los tiempos de Alejando Moreno Cárdenas y Marko Cortés que han demostrado una y otra vez como entienden a la política, eso sí se abanderó en decir que todo es por el bien de México igual como hacen los morenos, así que aquello de que “no somos iguales” solo es el discursillo del tabasqueño, un bonito dicho porque en los hechos están cortados por la misma tijera.
Aquí se lo he dicho, la alianza opositores va a tener muy pocas oportunidades para posicionar cerca de Claudia Sheinbaum a Xóchitl Gálvez y la semana pasada era una de esas. Primero, le ganaron la votación y sacaron a Ernestina Godoy de la FGJCDMX y vaya que les dolió. Segundo el repudio por los escándalos de la ministra Batres. Tercero, el reportaje sobre el tráfico de influencias de Bobby López Beltrán en el Tren Maya para beneficio de sus cercanos. Y cuarto, la denuncia de Sanjuana Martínez sobre los moches que le pidieron para la campaña de Sheinbaum.
La aspirante de la Alianza Xóchitl Gálvez es quien reciente los hierros de las dirigencias y hay que decirlo, difícilmente encontrarán la combinación de tantos factores a su favor, pero lo echaron por tierra, incluso en las encuestas algunas detallan que Sheinbaum se encuentra 10 puntos arriba que la hidalguense, pero otras como la de El Financiero colocan a la exjefa de gobierno con 22 puntos por encima de la panista.
Que no se olvide que las marcas PRI y PAN son asociadas con conceptos negativos como violencia, corrupción y contra ello tendrá que ir la incipiente Xóchitl Gálvez quien debió haber hablado fuerte y hasta exigir que Marko Cortés pusiera la renuncia sobre la mesa, eso hubiera sido un manotazo y hasta hubiera mandado el mensaje de cero tolerancias, pero no lo hizo fue tibia y cotorrona como suele ser.
No son pocas las voces que piden que Marko Cortés deje la dirigencia de PAN por el daño que le hace a la aspirante y por dar armas a López Obrador y a los suyos para el golpeteo, con esos tropiezos Cortés terminó jugando del lado del presidente… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.