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JAVIER ESQUIVEL DÍAZ. La mayoría de las mujeres que ejercen un cargo de elección popular en México y que utilizan las redes sociales tienen mayor aceptación e interacción digital que los políticos tradicionales.
En un estudio exploratorio realizado hace unas semanas por una consultora mexicana en la que se analiza una muestra aleatoria a nivel nacional de cuentas de regidoras, legisladoras locales y federales con su contra parte masculina, se observa que son las mujeres las que mayor interés generan en los consumidores de temas políticos.
La participación de las políticas mexicanas en las redes sociales de mayor consumo nacional les ha generado mayor presencia digital y mejores resultados que la de los hombres en política.
La interacción digital en redes como Instagram y Facebook de las mujeres en política les genera mayor nivel de conocimiento de sus marcas personales y en menor grado de aceptación digital. No solo destacan por conseguir más votos en las elecciones, sino que generan mayor confianza al hacer propuestas.
El carisma, la simpatía, la forma de vestir, de hablar, la personalidad y el cuidado físico y el arreglo personal son algunos de los factores que explican este fenómeno, pero sin que éstos sean los más importantes.
Las nuevas generaciones de mujeres en política son jóvenes que empezaron sus carreras no hace muchos años y están más acostumbradas a moverse en el entorno digital. La mayoría de ellas conocen los alcances de la red.
Su experiencia digital les permite aumentar su influencia y magnitud de incidir en los asuntos públicos, pero sobre todo en su capacidad digital de influir en los gobernantes tanto de sus partidos como los de oposición.
Las redes sociales de las mujeres en política están llenas de potencialidad para lograr cosas favorables por su sociedad, más que agrupación de intereses, simpatías o amistad o generar visibilidad artificial a sus partidos o conyuges.
No obstante, el no actuar con la visión y planificación que implica una estrategia de comunicación política podría obsequiarles no conseguir la rentabilidad electoral que otorga ser reconocida socialmente y con alta intención de voto además de ser percibidas y observadoras con la lente de la frivolidad y la apariencia.
Para fortalecer la habilidad digital que ahora cuentan y trasladarla al siguiente nivel de “Gobernautas y ciberpolíticas” -términos usado por algunos autores investigadores de la comunicación- se requiere transitar de la difusión de contenidos informativos a la comunicación estratégica en tres ejes:
1) La gestión social mediante el uso de sus redes y plataformas sociales que les permita recibir demandas populares, darles control y seguimiento y, por su puesto, difundir masivamente la solución.
2) El activismo digital y llamado a la acción para defender causas sociales, promover ideales político electorales, articular voluntades e incluso propiciar protestas digitales.
3) Medición del humor social y expectativas ciudadanas. Hoy las redes son el mejor termómetro para conocer y detectar las necesidades y preocupaciones más urgentes de la gente. El tener esa información, la big data sistematizada otorga mayor visión de lo que se puede y no hacer con los recursos que tienen.
Si hoy en la actualidad las mujeres en política que usan las redes sociales de manera informativa ya llevan ventaja, imaginemos a ellas con nuevas metodologías y mejores estrategias de comunicación política. Sencillamente serán imparables e invencibles electoralmente.
Una correcta estrategia no solo potenciaría su popularidad, sino que también robustecería su efectividad para el servicio público y la función pública.
@Javoesquivel
