Ciudad de México, 31 de julio (entresemana.mx). Hay palabras que mis hijos tienen prohibidas hasta en sus pensamientos. Siempre les digo que lo que se piensa es lo que se atrae. Mi terapeuta no se cansa de decirme que hablar de problema, malo, suciedad, enfermedad, por comentar algunas de las palabras que ya me enseñó a cancelar, no suman en nada a mi proyecto de vida, en mi energía y en mis resultados.
Algo así creo que sucedió cuando en 2017 en la capital todos hicimos un simulacro, en medio de la conmemoración del 19 de septiembre de 1985. Éramos tantos recordando el sismo, temiendo y entristeciéndonos, que a lo mejor mi asesor emocional tiene razón y atrajimos con nuestros poderosos pensamientos el fuerte movimiento de la tierra. Por eso creo que sería mejor hacer los simulacros en cualquier otra fecha y no precisamente en esa.
Pero hay un tema presente del que debemos tener mucho cuidado. Me refiero al discurso oficial de austeridad republicana al que ahora se suma el de pobreza franciscana, como políticas para terminar con la corrupción. Llevo varios días tratando de entender cómo pueden incorporarse esas dos frases en un proyecto que debería estar enfocado a la riqueza y el desarrollo de nuestro país y de todos los mexicanos.
De manera propagandística los proyectos del gobierno siempre incluyen la justificación de ir en contra de la corrupción, situación que se puede cuestionar, dado la alta cantidad de contratos que ha dado por adjudicación directa y no por concurso, en donde si intervienen varios filtros para evitar la corrupción y que los procesos de compra gubernamentales sean transparentes, con reglas claras y ganadores expuestos al escrutinio. Pero ahora, se nos cayó el sistema de Compranet.
Bueno, volviendo al tema de primeros los pobres, recordemos que el actual gobierno canceló los poco más de 26 mil millones de pesos, según investigación de Forbes, de los fondos para atender los desastres naturales, ya que consideró que eran “instrumentos plagados de corrupción”.
De nueva cuenta se culpa al pasado, tratando de justificar con anticipación cualquier falta de resultados en la política actual.
Las quejas de quienes perdieron sus viviendas con el huracán Agatha en mayo pasado, a quienes la Secretaría de Bienestar decidió ayudar dándoles el dinero de manera directa, ya empiezan a sonar, ya que a muchos no les alcanzó lo que recibieron, porque la pérdida no fue solo el lugar donde vivían, sino también de su negocio, la tierra en la que cosechan o las calles donde vendían la pesca.
Será interesante conocer el resultado de lo que esos 30 mil beneficiarios pudieron cubrir con el apoyo económico y así calificar con mayor claridad esta política de repartir cheques con la que sustituyo a los fideicomisos y programas anteriores para evitar el robo. Aquí el tema es que la gente que perdió su casa y su modo de producir, en muchos casos que es lo que se necesita recuperar.
CINTURONAZO. Indigna que por errores de las autoridades deportivas, no haya podido llegar a tiempo la selección femenil mexicana de futbol americano a representarnos a Finlandia. Vergüenza debe dar quien sea responsable, porque muchos se deslindan, de que se haya tenido que cancelar el partido entre México y Gran Bretaña, programado para inaugural del Campeonato. Bravo por las chicas que alzaron la voz, porque su esfuerzo para estar presentes nadie se los quita.