AMALIA MARTÍNEZ AUSTRIA
Jacala, Hidalgo. La percepción social de los gobiernos todos, nace del buen o mal SERVIR. Es un hecho que el ambiente político actual se define revuelto. La historia se escribe distinta, donde partidos que habían sido hegemónicos perdieron liderazgo. Pero hay que decirlo, también la presencia de figuras que no representan fuerza, la preparación necesaria para convencer, para gobernar.
Los partidos políticos carecen de unidad real. Intereses personales o de grupo complican el panorama dentro de sus filas y las próximas elecciones se vislumbran con sorpresas. Las próximas elecciones generales del 2 de junio de 2024 serán seguramente una confrontación entre la continuidad de las políticas de López Obrador y una oposición que no termina de acomodarse y que intentara aprovechar parte del descontento de la población.
Aún es temprano, pero es un hecho que la figura presidencial de AMLO es indiscutiblemente importante. Se ha convertido, a pesar de llegar en poco tiempo al término de su mandato como un Presidente querido por una gran parte de la población. Negarlo resulta poco objetivo. Agregando que en su recién visita a México, el Secretario de Estado del gobierno de Estados Unidos John Kerry destacó “que hay sabiduría en el liderazgo del presidente de México porque quiere cambiar errores del pasado por el bien del pueblo”
López Obrador, terminara su mandato siendo uno de los presidentes más fuerte y poderosos. Inteligencia que hay que aceptar llevo a muchas figuras de su partido Morena a colocarse en posiciones de poder en los distintos órdenes de gobierno.
Y la pregunta cabe, ¿en las próximas elecciones en 2024 alcanzara su presencia y liderazgo para volver a convencer a los electores? Lograrlo en un partido que hoy denota división, y el deseo de muchos aspirantes de encabezar no solo en las cúpulas, si no en los distintos entornos a lo largo y ancho del país.
Porque, es claro, el pueblo ya no es fácil de engañar, exige por derecho lo que considera justo y hoy aprendió a votar por la figura, y ya no tanto por el partido.
Es así que, desde lo local, desde donde nacen los gobiernos más cercanos a la gente, en los municipios, la efervescencia y las negociaciones en lo obscurito aparecen. Más cuando no existen aún quienes encavecerán esta contienda próxima y que a todas luces, no será fácil, en especial en el ambiente dividido que se observa.
Porque mire Usted, entre “querer” y “poder”, hay una gran diferencia, con un abismo aún más grande entre decir y hacer.
Muchos no nos explicamos, no se requiere ser tan gran analista para darse cuenta, que los candidatos son de memoria corta, son olvidadizos vaya, esto por decirlo de la manera más correcta. Pierden el piso, la dirección, son absorbidos con una especie de virus de desconfianza, de ego mal entendido.
Se olvidan de Servir, y hacerlo bien, con determinación, visión, con las ganas verdaderas de hacer cambios que mejoren la vida del entorno todo, de sus gobernados.
Con el pretexto de que no hay suficientes recursos, limitan apoyos, no dan la cara, no abren su puerta ante la necesidad, no son empáticos y absurdamente pierden la gran oportunidad de que al gobernar, los sentimientos de equidad y justicia social, sean en realidad el fin no solo propio, si común entre el equipo que eligieron para convencer, para resolver.
Sí, 2024 se visualiza revuelto.
En tanto todos los órdenes de gobierno, aquellos que tengan aspiraciones no entiendan, que tienen una misión; trabajar en la misma dirección y al hacerlo más allá de sus distintos colores y sus estatutos, su mayor deber implica dar prioridad al “bien hacer” “el bien servir” tal cual pirámide, ninguno puede dejar de hacer su parte. No actuar en forma correcta, única, consensuada, desquebraja la solidez del todo. Provoca un efecto domino que lleva a la ausencia de cualquier posibilidad de éxito. Todos desde su espacio, afuera y dentro de él, deben hacer “su trabajo” ver con respeto y seriedad las distintas formas de pensar, finalmente gobiernan ya sentados en el poder para todos.
Es una pena que olvidan estar disponibles, tal cual lo hacen en campaña, y hacer que su equipo de trabajo, haga lo mismo para evitar que su labor sea empañada por personas que minimizan cualquier problemática y que con lenguaje dulzón, convenenciero, los elevan tan alto hasta hacerlos sentir inalcanzables, cuando al tiempo, la caída puedes ser desastrosa y definitiva.
Hoy lo sabemos, la historia reciente lo narra, los tiempos han cambiado, así como la manera de ver las cosas, más vale aprender a “escuchar” y dar prioridad a lo importante y priorizar no solo en convencer, si no en cumplir con acciones sus dichos.
Desde lo interno de cada partido político, desde las alianzas convenientes que logran. Desde su afán por ganar “como sea” los aspirantes en estas próximas elecciones de 2024, deben tentarse “tantito el corazón” para semblantear a que se está dispuesto. Ha pasar a la historia como personas justas o seguir en el juego político, que hay que decirlo, tiene a muchos lugares del país, sumidos en la falta de desarrollo y con carencias en educación, empleo, con una gran deuda histórica que duele, y aun nos duele a muchos.
Los juegos del poder pueden llegar a ser macabros, aun cuando la política es la posibilidad del bien servir, muchos no se han cansado, ni lo harán, en tratar de mantenerse en los círculos de poder, sin dejar espacio para nuevos rostros que con distinta visión podrían mejorar las cosas.
Es cuanto.
Jacalamultimedios.com