ENTRELAZANDO/ 5 de junio

GERARDO CONDE. De las seis elecciones locales: Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, a celebrarse el primer domingo de junio de este año; el inquilino de Palacio Nacional ha mostrado un interés personal, en: Hidalgo, Oaxaca y Tamaulipas.

En el caso de Hidalgo, su propósito es romper el cacicazgo priista y que mejor oportunidad, que sea alguien ligado al llamado “grupo Hidalgo” que ha gobernado por décadas la entidad.

La pugna desatada entre Omar Fayad, Gobernador de Hidalgo y Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI, es la mejor coyuntura para arrancar al grupo hegemónico hidalguense las riendas de la entidad, aprovechando el conflicto entre ambos actores, por disputarse el derecho de imponer al candidato de origen priista como el abanderado de la alianza electoral con el PAN y el PRD.

Pero, a pesar de un convencionalismo electoral al interior de la Coalición partidista, es decir, quien es gobierno, es el partido que postula al candidato aliancista, en esta ocasión, la regla no se respetó, al dejarle ese derecho al PAN, para que éste nombrara al candidato.

Un candidato ajeno al Gobernador Fayad.

Bajo el argumento, de que su conducta obsequiosa con el inquilino de Palacio Nacional, le restaba competitividad al candidato del PRI, si el aspirante tenía la venía del Gobernador, en otras palabras, entregar la plaza a favor de Morena.

En este juego de vencidas entre Omar Fayad y Alejandro Moreno, se da la postulación a favor de Carolina Viggiano Austria, Secretaria General del CEN del PRI y esposa del Diputado Rubén Moreira, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de diputados, a través de las siglas de Acción Nacional.

Sin embargo, no todo lo que brilla es oro.

Lo que significa, que Alejandro Moreno y Rubén Moreira, actúen en esa lógica política, para mover sus fichas de acuerdo a su conveniencia y descarrilen a su candidata si la moneda de cambio les llena la pupila: la Reforma eléctrica, a discutirse y, en su caso, aprobarse, en San Lázaro, en el periodo febrero-abril, previo a la fecha de la elección de Gobernador a realizarse el 5 de junio, teniendo como excusa la injerencia de Omar Fayad en el proceso electoral a favor del candidato de Morena,  y en perjuicio de Carolina Viggiano.

En ese contexto, cómo dice el refrán: “para que la cuña apriete, debe ser del mismo palo”, y en esa línea está: Julio Ramón Menchaca Salazar, actual Senador por Morena, ex priista, y conocedor del “Grupo Hidalgo”, al ser parte de él, desde 1980, hasta el 2015.

Ganar la entidad, le daría al inquilino de Palacio Nacional, no solamente colorear de guinda Hidalgo, sino rompería con una hegemonía partidista añeja en tiempos de alternancia electoral, dejando a Coahuila y al Estado de México, con ese traje rancio en el mapa del país.

Oaxaca y Tamaulipas, representan otra visión de país, es decir, ganar las contiendas electorales en ambas entidades, le daría al inquilino de Palacio Nacional, tener el control absoluto de los litorales del Pacífico y del Atlántico, es decir, tendría todas las entidades bajo su tutela, dándole un margen de maniobra discrecional, sin ataduras.

La decisión de Morena a favor de los senadores Salomón Jara Cruz, en Oaxaca y de Américo Villareal Anaya, en Tamaulipas, tienen un mismo objetivo: Ganar, Ganar.

El Senador Jara, apostando a su liderazgo social, para salir victorioso. Por su parte, el Senador Villareal, su divisa electoral estará: en el historial de su padre como Gobernador, a su empatía con los tamaulipecos como médico, al respaldo del inquilino de Palacio Nacional, por su cercanía con su padre, así como de apoyarse en los programas sociales de la federación, en la marca Morena y en la popularidad de López Obrador, como factores electorales para triunfar el 5 de junio.

Ya se verá.

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