JUAN CHÁVEZ
En la conferencia matutina de este jueves 20 de febrero, la presidenta Sheinbaum, muy probablemente se acercó a lo que en realidad hay que defender ante la obscena y escabrosa posición de Trump al endilgarles el calificativo de terroristas a seis cárteles mexicanos de la droga.
Ella dijo:
«Frente a esta designación es que nosotros no negociamos la soberanía, como lo dije ayer: ésta no puede ser una oportunidad por parte de Estados Unidos para invadir nuestra soberanía».
Con el verbo “invadir”, para mí, está claro que se refirió a territorio, concepto que da miedo manejar a los altos niveles del gobierno.
Y es que soberanía y territorio, no son sinónimos, aunque el problema de la Soberanía en el Estado resulta ser el problema esencial de la teoría del poder, de acuerdo a la definición que da el Diccionario de Política y Administración Pública.
Más claro sería que la Presidenta reafirme lo que ya ha dicho de no permitir “invasiones del exterior”.
La Presidenta ha señalado, que en el caso de que a pretexto de que los cárteles sean atacados con drones, como lo ha presumido el millonario del mundo Elon Musk, ella cuenta con el respaldo del pueblo, en actitud de defensa de la soberanía.
Desde el punto de vista de la ciencia política conviene centrar el concepto. Por ser el Estado la comunidad humana mejor organizada y más solidaria cuenta con una supremacía de hecho sobre otras comunidades de menor rango (que no es el caso, porque EU es la potencia).
En este sentido, Duverger afirma que “la supremacía es una noción de hecho, sin juicio de valor: la soberanía es el elemento de un sistema de valores en el que la supremacía del Estado es considerada como buena: así la teoría de la soberanía es una justificación de esa supremacía”.
Es decir, es razonable el concepto de la Presidenta sobre la defensa de la soberanía, aunque no se atreva a citar el concepto de territorio… por temor al significado mayor que la palabra tiene en los discursos cruzados que han establecido Trump y Sheinbaum.
Señalar una defensa del territorio nacional podría ser interpretada como un rompimiento del discurso por muy cruel, feroz y brutal que aparezcan sus tremoladas y muy guerrilleras amenazas discursivas, como son las del inquilino de la Casa Blanca, que se ha convertido en ajonjolí de todos los moles, en una pretensión imitativa del Führer de la Segunda Guerra Mundial, Adolfo Hitler.
Designar terroristas a cárteles “No puede ser oportunidad para invadir soberanía”, ha dejado claro Claudia Sheinbaum.
Y en contra respuesta, informó que se va a ampliar la demanda contra productoras y distribuidoras de armas que vendan arsenal a grupos de la delincuencia organizada.
Colaboramos, nos coordinamos, trabajamos juntos, pero no hay injerencismo, no hay violación a la soberanía, eso es lo que queremos que quede claro en esta definición que han decidido el gobierno y Senado de Estados Unidos para el nombramiento de grupos terroristas a los seis grupos de la delincuencia organizada que nombraron.
Y como la venta de armas a los grupos criminales de México sigue con el consentimiento del gobierno de Trump, hay que decidir que en tal forma, Trump, Musk y sus otros adláteres son cómplices del crimen organizado en México.