EL OTRO DATO/ México, urgido de líder opositor

JUAN CHÁVEZ. Dice el presidente consejero del Instituto Nacional Electoral (INE) que no sea el rencor la base de la reforma electoral.

Lorenzo Córdova, con esa declaración, parecería estar de acuerdo con la propuesta de reforma electoral delineada por el presidente López Obrador en el púlpito de sus mañaneras.

No hay rencor en tal propósito; lo que hay es la aviesa intención de apoderarse de todo el control político y sumir en el olvido los actuales órganos electorales para asumir el Maximato muy al estilo de aquel PRI que perfiló Plutarco Elías Calles bajo su primer nombre Partido Nacional Revolucionario (PRM)

El Maximato fue una época dentro de la Historia de México en la que el que gobernaba Plutarco Elías Calles imponía presidentes que él manipulaba a su antojo y por ello la historia los consagró como “títeres” o “peleles” en las manos del Jefe Máximo de la Revolución. Con él surgió el llamado “dedazo”

Ese Maximato fue ejercido por Calles en el período que va de 1928 a 1934 y que comprende los gobiernos de Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez y termina en 1936 cuando Lázaro Cárdenas del Río, en el primer año de su mandato presidencial, expulsa a Plutarco Elías Calles del país.

La reforma electoral, que AMLO amplió este jueves, contempla la desaparición de los diputados plurinominales con el fin de generar una representatividad más acorde a la composición política nacional de Morena y que propiciaría que Don Mañanero pueda ejercer su Maximato a placer y con sus ocurrencias que tanto daño hacen a México.

AMLO, no hay duda y lo reiteramos tal como se percibe en su propuesta de reforma electoral, sin necesidad de leer entre líneas, va por todo el control político.

Además de la elección directa de consejeros y magistrados del Tribunal Electoral, que había comentado hace un par de días, también dio a conocer que buscará eliminar, o al menos reducir, el número de diputados plurinominales.

Este hecho puede cambiar de manera muy importante el balance político nacional.

Y si se mira al fondo de las ambiciosas pretensiones de Don Mañanero, hay que mirar también hacia la debilidad de los partidos opositores y concluir que México está urgido de un líder opositor que aglutine la débil fuerza de los partidos PAN, PRI, PRD Y MC y sume además el activismo de una clase media que hay que despertar por necesidad.

De otra forma veremos en el timón la instalación de AMLO en su Maximato y volveremos a la época de los “presidentes títeres o peleles”.

Si en la Cámara que hoy está en funcionamiento se hubiera integrado exclusivamente con los diputados de mayoría relativa, Morena y sus aliados tendrían 62 por ciento de los legisladores.

En contraste, considerando a los plurinominales, ese porcentaje hoy está en 55.4 por ciento.

De no existir tales legisladores, una fuerza política como la de Morena y sus aliados, que obtuvieron en conjunto 44.3 por ciento de los votos en las elecciones del año pasado, podría llegar a tener hasta 18 puntos adicionales en su representación en el Congreso.

Para Morena, sin plurinominales, es la posibilidad que le permitiría, aun con un resultado como el del año pasado, tener el control del Congreso.

Total: el control total de la política nacional.

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