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JUAN CHÁVEZ
La maltrecha oposición va, con método similar al de Morena, tras su candidato presidencial para 2024.
Los tres partidos de la Alianza, en lugar del coordinador para la defensa de la 4T que enfila a los seis que andan en la (no) precampaña, le llaman constructor del Frente Amplio por México.
Pero es la misma gata revolcada.
Al anunciar este lunes su “forma” de encontrar a su candidato, la Alianza va por México del PAN, PRI y PRD, anunció que con ellos, según sus líderes, irán 150 mil representantes de la ciudadanía que le darán fortaleza al grupo opositor para ser competitivo en la justa por la Silla del Águila.
La convocatoria está abierta para los que quieran inscribirse y participar en las tres etapas en que ha sido presentado el método opositor.
En el caso, lo lamentable es la exigencia de 150 mil firmas (digitales, nomás) que ya ha sido cuestionada por Xóchitl Gálvez y Lilly Téllez, las senadoras panistas que hasta ahora están apuntadas en la “gran jugada” de la oposición.
Xóchitl ha declarado que no tiene los recursos que Sheinbaum tiene para crear el equipo que le ayude a recabar las firmas. Menos “tengo dinero para montar los espectaculares que Claudia mantiene en todo el país”, señala.
Y esa es la cuestión de Perogrullo. Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, ofreció cinco millones de pesos a cada uno de los seis (no) pre campañistas que andan tras la nominación de la candidatura presidencial.
En el caso de la oposición no se hizo alusión al tema. Como que dejo que los que tengan ganas de aventarse al ruedo, se rasquen con sus propias uñas.
En ambos casos de pre selección del buenazo por la disputa de la Presidencia de República, los partidos, oficialistas y opositores, parecen estar olvidando que en la jornada electoral de 2024, lo trascendental no es la Presidencia, sino el Congreso de la Unión.
No importa, en realidad, quién sea el próximo presidente o presidenta. Lo importante, es ganar la mayoría calificada en el Senado y en la Cámara de Diputados.
¿Por qué razón?
López Obrador la requiere (la mayoría constitucional), para la postrera reforma a la Carta Magna que deposite en su cerebro el poder del Maximato, para gobernar al país desde la comodidad de su rancho por el tiempo que le quede de vida.
La reforma constitucional que AMLO pretende, sería la de elegir a los once ministros de la Corte por votación ciudadana popular. De esa forma, sumaría el poder de los tres poderes de la Unión en el supremo y único poder que ha pretendido enchaquetarse en su cuerpo, sin el simbolismo de la banda presidencial, que le ha importado un carajo en su gobierno destructor del México democrático e institucional.
