JUAN CHÁVEZ. Con una devaluación al punto y la incontenible alza en los precios de los alimentos, además de la galopante inflación, la economía mexicana andará arañando el suelo en 2023.
Su panorama es totalmente gris para el año próximo.
La economía mexicana tendrá serios retos para seguir creciendo en 2023. Luego de un 2022 complicado en materia económica, el panorama no luce tan prometedor para el próximo año, de acuerdo con las proyecciones tanto de organismos internacionales y nacionales.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Banco de México (Banxico) son algunos que han ajustado a la baja su estimación para la economía mexicana, con un 1.5% y 1.6%, respectivamente; mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) mantiene su expectativa en 1.2%.
La secretaría de Hacienda y Crédito Público estima que en 2023 el PIB tenga un repunte de 3%, sin embargo esa cifra parece optimista, pues duplica las expectativas de organismos como la OCDE y el FMI.
La recuperación económica no ha alcanzado los niveles prepandemia, como otros países.
El FMI anunció un ajuste a la baja del crecimiento de Estados Unidos, pasando de 2.9% a 2.3% para el cierre de este año. Además, analistas ven una recesión en el vecino del norte, el principal comprador de mercancías mexicanas y si la recesión le cae al vecino del norte, nos llevará en las espuelas, pues nuestra economía está amarrada en un 80 por ciento a la Gringa. .
Otro aspecto tiene que ver con cualquier fricción o escalamiento de conflictos en el T-MEC.
Recordemos que los tres socios comerciales de Norteamérica están en medio de las consultas en materia energética por la política del gobierno de López Obrador.
El encarecimiento de productos y servicios ha sido un dolor para el bolsillo de los mexicanos este año, particularmente de los que menos ganan, y no se ve que el índice de precios al consumidor baje a la meta de 3% del Banco de México (Banxico) los próximos meses.
El banco central ha endurecido la tasa de interés de referencia, llevándola a un histórico 9.25% en la última decisión de política monetaria, para tratar de bajar la inflación.
El mundo vive un escenario de altos precios y bajos crecimientos económicos, y México no será la excepción.
La semana pasada, Moody’s Analytics advirtió que una depreciación del peso mexicano frente al dólar estadounidense “se ve inminente”.
En el análisis la depreciación que viene, alerta de “una depreciación de la paridad cambiaria de alrededor de 20 por ciento”, corrección que “podría suceder entre finales de 2022 y a lo largo de 2023, pero podría incluso retrasarse a 2024 (…)”.
Asumiendo que, en números redondos, el tipo de cambio cotiza en 20 pesos por dólar, una depreciación de 20 por ciento significa un ajuste de 4 pesos, que llevaría la cotización del peso frente al dólar a 24 unidades, sólo superada por los 25 pesos de marzo de 2020, al inicio de la pandemia.
Moody’s Analytics anticipa que “el peso mexicano estará sujeto a una corrección depreciatoria significativa en los próximos meses”.
Estará también, para poner de espaldas totalmente a la economía, la pérdida del poder adquisitivo a de los trabajadores que no alcanzarán en el 2023 un aumento superior a la inflación que rondará en 8.7%, dada la fijación anual, de hace casi medio siglo de conceder, con prestaciones incluidas, hasta el 5% de aumento a la clase laboral.
¡El golpe para el consumo, motor de la economía, será moral!