CHANEKE VERDE/El regreso del Capitán Planeta/Capitulo 24. Por los animales

ANGEL CANO. El resto del día, Gaia les permitió descansar, sabía que el equipo no se encontraba bien, Steve había recibido una gran dosis de cruda realidad, demasiado para un alma tan joven, después de todo, era sólo un niño. Linka, por su parte, no recuperaba, del todo la fé y aunque Wheeler, volvía a creer y apoyaba al equipo al equipo, éste no estaba tan unido como se supone que deberían estar después de haber tenido su primera gran misión.  A la mañana siguiente, se reunieron todos para desayunar. Todos, incluyendo a la familia de Barkhit, Wheeler y Nan-ki. El desayuno fue completamente vegetariano, lo cual dio pauta para que Yi comenzara la conversación, intentando romper el hielo del triste ambiente que se respiraba.

– ¿Sr. Robinson, decidió usted empezar la dieta? – preguntó sonriente a su antiguo compañero.

– ¡Pues sí! – respondió alegremente él- creo que es tiempo de retomar el buen camino, ¿Cómo va a ser posible que sea yo el único gordo del equipo? . Ahora que apareceremos en muchos videos, tengo que cuidar mi imagen. Jajaja

Todos rieron, menos Nan-Ki. Quien se encontraba sumamente triste, recordando lo que había escuchado de Ma- Ti el día anterior.

– Simplemente no entiendo, ¿porque se quedó a luchar, si sabe que no hay más allá? .  ¿Si tampoco lo hizo por mí, entonces por quién? – se preguntaba entre murmuros, sin pensar que sería escuchada.

– Lo hizo por los animales- le respondió Steve, quien estaba frente a ella, atento.

– ¿Qué  dijiste?

-Ma- Ti se quedó para pelear por los animales, anoche, después de lo que platicaron ustedes, tuve una charla con él y con Mané.

– No entiendo.

– Verás, Mané como todos los animales, quiere vivir, quiere estar libre, tener un gran espacio para correr, un hogar donde vivir. Él lo tiene, pero muchos de los animales salvajes, no, lo han ido perdiendo. Y por eso sufren. Los animales no piensan en el más allá, no esperan recompensas ni quieren trascender; creo que es porque no piensan tanto como los humanos sobre la existencia y la eternidad. Mané no pudo entender ésas cosas por más que se lo expliqué anoche. Y me di cuenta que ellos, al igual que nosotros los niños, solo quieren pasarla bien, pero a diferencia de nosotros los humanos, no buscan modificar su entorno para estar más cómodos, no quieren lograr nada ni vivir para siempre,  simplemente aceptan las cosas como son, no se cuestionan nada. Es por ello que Ma- Ti, se quedó, él me lo dijo, para hacer que los animales puedan estar, vivir felices. Él que si pudo platicar con tantas especies animales.

– ¿Y tú que has decidido?- le peguntó Gaia, quien , en una silla cercana le miraba con atención.

-Seguiré siendo planetario, por Mané y por los otros animales, aunque nadie me de premios ni me espere una eternidad feliz.

– Sabia elección pequeño, ojalá lo hubiera entendido así antes- Agregó tristemente Wheeler- Si lo hubiera aceptado así, jamás hubiera dejado al equipo. Pero aquí estoy, a sus órdenes para terminar lo que algún día empezamos.

– ¡Vaya forma de empezar un desayuno!.  ¿Siempre son así de dramáticos?- preguntó Barkhit, en tono de broma, buscando volver a crear el ambiente ameno que había empezado con el asunto de la dieta de Wheeler.

– ¿Todo esto lo planeaste así, Gaia?- preguntó inquisitiva, como siempre, Linka.

. Tal vez…- respondió ella, dejando que la frase se dispersara en el aire, a la vez que su comisura labial derecha dibujaba una tenue sonrisa en su rostro.

– ¿Oye Gaia, te ha gustado comer como los humanos? ¿ Los Dioses comen?¿ Que se siente saborear? ¿Lo has hecho antes?¿ Has estado “viva” antes?¿Cual ha sido tu comida favorita?¿ Hay algo que odies de tener un cuerpo humano? Anda dinos- preguntó Wheeler, con la picardía de aquel joven bromista que alguna vez fue.

– Jajajaja, es curioso que lo preguntes, Wheeler. Los Dioses no comemos, no lo necesitamos porque no tenemos cuerpo. Pero, de las pocas ocasiones que he sido humana, he “ vivido”, en otros tiempos y lugares. El cuerpo que ocupo siente hambre y puedo saborear, mejor dicho, los cuerpos humanos que ocupo, saborean lo que como y lo disfruto, es como una especie de instinto primario que permanece en ellos, me gusta, aunque evito a toda costa comer carne, animales. Luego entonces, los sabores de mi menú vegetariano, no varían mucho con los siglos. Pero te diría que mi comida favorita es la oriental, ya sea china, coreana o cantonesa, precisamente por la gran cantidad de vegetales que contiene. Y si, hay algo que odio de tener un cuerpo humano y es… ¡ir al baño! ¡Qué sustancias tan desagradables! Sobre todo cuando enfermo. Menos mal que en ésta época moderna se procura mucho la higiene personal, en otros tiempos, el olor me duraba días. ¡Realmente apestaba, era asqueroso! También puedo percibir olores cuando tengo cuerpos humanos, es otra especie de instinto primario que disfruto cuando se trata de flores, pero no cuando se trata desperdicios. Jajajaja. Por cierto, reír es lo más maravilloso de ser humana, siento un inmenso placer que no experimento en mi forma incorpórea de ente sobrenatural.

De nuevo, la alegría volvió a la mesa. Lo cual fue sumamente gratificante para la diosa, su equipo se volvía a unir. Todo gracias a la risa.

-Bueno muchachos, otra nueva misión nos espera, ahora en el norte de Europa, en el círculo ártico. Un grupo de científicos realizan experimentos para controlar la atmósfera, así que, ¡vámonos! Pero ahora iremos en tu Jet Wheeler. Esta vez, viajaremos en transportes humanos convencionales. Linka tiene razón, no debemos llamar tanto la atención.

Continuará…

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