BOTELLA AL MAR/ La Criada

MARTHA CANSECO GONZÁLEZ (SemMéxico, Pachuca, Hidalgo). Hola queridas y queridos lectores, retomo en esta columna el informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA) que se dio a conocer el pasado 30 de marzo y según el cual concluye que cerca de la mitad de todos los embarazos que se registran en el mundo no son deseados.

¡El dato, por sí mismo es asombroso!

El organismo señala que él estudió evidencia el estrepitoso fracaso en el respeto a los derechos humanos de las mujeres, las adolescentes y las niñas. La UNFPA indica que al año se registran 121 millones de embarazos, eso quiere decir que casi 50 millones de mujeres no querían embarazarse, pero que de una u otra manera se los impusieron.

Esos embarazos no deseados que se registraron, no son sólo aquellos productos de una violación, abuso sexual o engaño, también porque no se les permite a las mujeres usar métodos anticonceptivos modernos y seguros.

Así también, y hago énfasis en ello, porque una cuarta parte de las mujeres en el planeta, se sienten incapaces de decir que no a las demandas de sexo y sobre todo de sexo seguro. Otros factores son la falta de atención médica sexual y reproductiva.

La UNFPA enfatiza en las normas dañinas que rodean a las mujeres y controlan sus propios cuerpos, la coerción reproductiva y el sentimiento de vergüenza en los servicios de salud.

Y yo añado aquí un fenómeno que va al alza: los vientres de alquiler. También hay que contabilizar aquí a aquellas mujeres en situación de vulnerabilidad a quienes no les queda de otra más que gestar un bebé para que se lo apropien quienes pueden pagar.

Por su puesto no quieren embarazarse, pero quedan cooptadas tanto ellas como sus hijas e hijos por el crimen organizado. Claro que la riqueza que genera este crimen sólo una pequeña cantidad va para las madres, la mayoría de las ganancias se las quedan principalmente aquellos que han hecho de esto una industria totalmente deshumanizada, el negocio de moda.

Convertir a las mujeres y sus bebés en mercancías, es totalmente inhumano y criminal, es quitarles su estatus de seres humanos para que pasen a ser cosas, productos con las cuáles algunos se enriquecen.

Vean lo que ocurrió en Ucrania ante el estallido de la guerra, decenas de bebés que quedaron desamparados en las “granjas” donde encierran a las mujeres embarazadas para que den a luz. Porque por supuesto nadie se ha hecho cargo de ellos, los criminales ya están perdiendo dinero ante la imposibilidad de entregar la mercancía, esa es la lógica del mercado.

Con lo que pasa en Ucrania queda totalmente descubierta la triquiñuela y falso argumento de que las mujeres que alquilan sus vientres lo hacen de manera altruista. Al haber intercambio de dinero para ellas o para otros, eso lo hace en automático un negocio, no nos engañen.

Ante esta cruel verdad no me queda más que pensar en la distopía que escribió Margaret Atwood y que aterradoramente se está convirtiendo en una realidad.

En este marco, la semana pasada la Corte Superior de España al resolver un caso consideró que los vientres de alquiler entrañan “una explotación inaceptable” para el niño y la madre.

El tribunal rechazó que una mujer que contrató la gestación de un bebé en México lo pueda inscribir en el Registro Civil como su hijo, pero admite la posibilidad de que lo adopte, aunque advirtió que lo hace para proteger “el interés superior del menor”, que consideran ya se ha visto seriamente “dañado” por el contrato de gestación subrogada, que “cosifica” tanto al niño como a la madre biológica.

¡El eurocentrismo en todo su poder! Personas de aquellos lares, cual conquistadores pueden venir a violentar los derechos de un no nacido y su madre, en territorio mexicano ¡porque se puede! Y aquí están los resultados.

Ese bebé, debió haber sido concebido en Tabasco o en Sinaloa, los dos únicos estados que permiten esta barbarie. Pero bien podría haber nacido en cualquier lugar de la República Mexicana, porque el dinero, es el dinero y acá con eso, ¡todo se vale!

Los magistrados de la Sala Civil hicieron notar que “Ambos son tratados como meros objetos, no como personas dotadas de la dignidad propia de su condición de seres humanos y de los derechos fundamentales inherentes a esa dignidad”.

Por cierto, ojalá que los senadores mexicanos tomen esto en cuenta y no se convierta en cómplices del crimen organizado. Estoy segura que por supuesto les han ofrecido dinero y prebendas para legalizar en todo el territorio nacional los vientres de alquiler, ¡que las y los senadores no se vendan!

Deseo sinceramente que el congreso de este país no les niegue su condición de seras humanas con derechos a las mujeres y a los bebés por nacer, que tomen el ejemplo de España.

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