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MARTHA CANSECO GONZÁLEZ
SemMéxico, Pachuca, Hidalgo. Sólo algunos datos para dar contexto: La antropóloga argentina Rita Segato, asegura que el patriarcado, ese que da sustento al machismo, es tan antiguo como la humanidad misma. El movimiento organizado de mujeres, que ahora conocemos como feminismo tiene aproximadamente 300 años, cómo verán son miles de años la diferencia entre uno y otro.
Esto quiere decir en pocas palabras, que la lucha de las mujeres a favor de la igualdad y la equidad, apenas está empezando, hemos avanzado muy poco, porque el patriarcado se revuelca antes que ceder espacio.
En México, 22 mujeres son asesinadas al día, ya sea por su pareja o por hombres conocidos. Las violaciones y abusos sexuales contra mujeres, adolescentes y niñas se cuentan por miles cada mes, la trata aumentó exponencialmente.
Las cifras que da a conocer el INEGI respecto a la pobreza, falta de educación, diferencia salarial, menores oportunidades, pobre acceso a la salud, etcétera, dejan muy en claro que son las mexicanas las más afectadas.
Los datos y cifras que manejan los organismos internacionales con respecto al poco avance de las mujeres en todo el mundo también son contundentes, vamos esa realidad indiscutible propició que se crearan instituciones específicas para impulsar mejores niveles y calidad de vida para las habitantes de todo el planeta.
¡Es una verdad verdadera, la discriminación, violencia e inequidad contra las mujeres en este mundo patriarcal que les pertenece solo a ellos!
Pues adivinen ¿qué?: El presidente municipal de Ajacuba, Hidalgo, Francisco Basurto Acosta, creó el Instituto del Hombre en esa población. Pero además este despistado cree que ha sido una gran “ideota” y hasta tiene pensado placearla por todo el país.
En su eslogan del adefesio Basurto Acosta asegura que la violencia no tiene género, ese es el clásico argumento de la ultraderecha, por ejemplo, VOX en España. Lo que Basurto no se ha puesto a pensar es que, a las mujeres las matan principalmente los hombres, mientras que a los hombres los matan otros hombres.
Por supuesto, a petición de grupos feministas, la comisión de género e igualdad del Congreso, lo mandó llamar para hacerle ver su tremenda estupidez. Él respondió que ya lo platicó con la directora del Instituto Hidalguense de las Mujeres, Bertha Miranda Rodríguez, quién, aseguró, está de acuerdo.
No me extraña, es tremendo el chasco que nos hemos llevado las hidalguenses con la llegada de MORENA a la gubernatura. ¡Jamás nos imaginamos que el machismo más rancio, primitivo y cerril, llegaría de la mano de los hombres, que dizque son de izquierda, esos que nos llaman compañeras, camaradas!, ¡puras mentiras!
Respecto a Bertha Miranda Rodríguez, resulta doloroso incluso, observar cómo su partidización morenista, la ha llevado a abdicar de todos los principios feministas, o al menos ella así se vendió como feminista, pero lo cierto, es que ya no queda ni rastro de ella.
Es increíble su mansedumbre y docilidad ante el poder patriarcal. Cuando fue designada al puesto por dedazo de Julio Menchaca, la defendí entonces ante la crítica, ahora reconozco razonable, de los grupos feministas. Es así de simple, su ausencia ante los casos de violencia, ante el desmantelamiento de todo lo que empujamos para que el IHM, fuera una institución de peso, me puso un esparadrapo en la boca. Pero ante tanta estulticia es imposible quedarse callada.
La ineptitud de Bertha me recuerda tanto los casos de la magistrada Olga Sánchez Cordero y de la doctora Nadine Gassman, a quienes reconocíamos feministas incrustadas en el gobierno de la 4T y las dos resultaron un verdadero fiasco. Por lo menos Sánchez Cordero tuvo la decencia de renunciar, ante la imposibilidad de imprimir un sello feminista a su gestión como secretaria de gobernación.
Por cierto, no se pierdan la última entrevista que Olga Sánchez otorgó al diario español El País, ahí habla muy claramente del tremendo machismo que impera en el gobierno morenista de la 4T.
¡Bertha, por qué no sigues el ejemplo de Olga Sánchez Cordero y renuncias de una buena vez!, ¡eso sí, no para brincar como los grillos políticos a otro puesto!
