BOTELLA AL MAR/ De terror en México

MARTHA CANSECO GONZÁLEZ (SemMéxico, Pachuca, Hidalgo). No entiendo como no están paralizadas todas las actividades en nuestro país, ni los medios de comunicación con el tema como nota principal, ni todas y todos marchando en las calles de México en protesta por el asesinato, desaparición forzada, acoso sexual y violación de tantas mexicanas.

No entiendo como no estamos rompiendo y pintando todo, cuando la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes está alcanzando cifras increíbles. Según datos de la colectiva feminista 50+1 Chiapas, en los últimos 7 años se incrementaron 58.4 % los homicidios dolosos de mujeres, lo que equivale a 17 mil 624 homicidios; mientras que el delito de feminicidio aumentó 134. 5 %. Van hasta el momento 5 mil 519 feminicidios en ese lapso.

Tenemos tres semanas continuas enterándonos de casos de feminicidio en distintas partes del país, Fernanda, Citlalli, Lidia Gabriela, Ariadna, Jazmín, se han convertido en una más y ¡no pasa nada!

Debido al caso de Lidia Gabriela, quién se aventó de un taxi en marcha para evitar ser secuestrada y eso le causó la muerte, sabemos ahora que el crimen organizado está poniendo precio a la cabeza de las mujeres.

En redes sociales, donde se estaba comentando lo ocurrido con la joven, una mujer comentó que un taxista le enseñó los mensajes que en Whatsapp se enviaron algunos trabajadores del volante para dar a conocer la tarifa según edad que se paga por secuestrar niñas, adolescentes y mujeres adultas. Por supuesto las niñas son las más cotizadas.

Subí la nota a mis redes sociales y desde Granada mí querida María Martín Barranco, fundadora de la primera escuela virtual de empoderamiento feminista, me escribió: “Cuando ayer lo leí quería creer que era mentira porque temía que fuese cierto. Qué dolor, hermana.”

Es también evidente que aquellas que no logran ser rescatadas terminan siendo prostituidas, tratadas, vendidas, utilizadas para la pornografía y es ahí donde muchas de ellas ya no salen con vida debido a la violencia extrema de esas prácticas totalmente inhumanas, que a tantos hombres agradan.

No tiene que ver con el placer sexual, eso es demasiado humano, tiene que ver con el placer que les da abusar del poder, violentar, humillar, agredir, violar y matar, eso es lo que tantos mexicanos están sexualizando.

Y el gobierno federal, como si nada estuviera pasando. La indolencia del Presidente, de las autoridades que deben prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia de género es criminal, pasarán a la historia por esto.

Precisamente por esto, el hecho de que el nuevo presupuesto federal asigne menos del 1 por ciento a los programas en favor de las mujeres y para prevenir la violencia de género, es un muy mal presagio. Ojalá el Congreso Nacional no deje pasar la oportunidad de enmendar este desatino.

Pero por supuesto, dinero no es lo único que se necesita. Son imprescindibles también, la voluntad política, la voluntad social y la voluntad cultural para acabar definitivamente con la violencia de género y que las mujeres, niñas y adolescentes ocupen el lugar que les corresponde en el mundo, como ciudadanas con derechos.

En éste preciso momento en México, carecemos de las tres voluntades y como todo indica que la violencia contra nosotras no va a desaparecer, ni siquiera a menguar, no hay mucho para dónde hacerse.

Yo veo como única salida, el trabajo colectivo, fortalecer las comunidades de mujeres, los grupos de defensa, la sororidad como nunca, para que seamos capaces de dejar a un lado nuestras diferencias. Que se vale pensar diferente y tener distintas opiniones, pero que nunca perdamos de vista el objetivo común que tenemos: el avance de las mujeres.

Hace algunos años que reflexioné sobre las olas del feminismo. Entendí entonces que la primera procuró que fuéramos consideradas ciudadanas, la segunda que el derecho a votar y ser electas nos abriera el camino hacia los puestos de decisión para incidir en la política, la economía y la sociedad. La tercera buscó el cumplimiento de nuestros demás derechos y señalaba entonces, que las mujeres de esta cuarta ola, estarían luchando por su integridad física y por su vida.

Nunca imaginé, que esta lucha se diera tan rápido, pero así se está moviendo el patriarcado.

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