BELLAS Y AIROSAS/ Y diversa de mí misma entre vuestras plumas

ELVIRA HERNÁNDEZ CARBALLIDO

SemMéxico, Pachuca, Hidalgo. Se dice que cualquier fecha y cualquier lugar son propicios para celebrar la vida y la obra de Sor Juana, es así como Y diversa de mí, entre vuestras plumas ando, un libro publicado hace ya 31 años, le sigue haciendo honor, el paso del tiempo no le ha afectado, al contrario, como la figura de la última gran poeta de los Siglos de Oro, entre más años transcurren mucho más la admiramos, la comprendemos y la hacemos eterna.

Nuestra décima musa falleció el 17 de abril de 1695, a los 47 años de edad, breve tiempo en que nos dio tanto, cada texto escrito por ella sigue provocando análisis, debates e interpretaciones.

Por ello, Y diversa de mí, entre vuestras plumas ando en una obra de consulta constante, de descubrimientos gozosos, de admiración infinita. Presenta 32 escritos de hombres y mujeres intelectuales de México y otras partes del mundo que de esa forma hicieron un homenaje a Sor Juana.

Fue editada por El Colegio de México y coordinada por Sara Poot Herrera,

El primer ensayo que la integra es de Georgina Sabat, quien hace un recuento de las mujeres notables que rodearon a esta célebre monja. La autora asegura que “Sor Juana es una gran poeta por su enorme talento; celebremos que su nombre haya llegado por la habilidad gracianesca de la prudencia que supo ejercer en su trato con los poderosos del tiempo. Tenemos la suerte de leer su obra, por el fiel reconocimiento que encontró en sus amigas virreinas, Leonor Carreto primero y María Luisa Manrique de Lara después, quienes, en aras de lealtad, devoción y solidaridad femeninas, enlazaron y difundieron su nombre a través de los mares y territorios de dos mundos”.

Margo Glantz reflexiona sobre la tarea de las monjas de la época colonial y destaca como una más de sus labores de manos la escritura. En este texto se recupera una carta de Sor Juana que le preguntaba a su confesor por qué era pecado hacer versos, y con ironía advierte que le dijeron tener letra de hombre y que no era decente, por lo que la obligaron a malearla adrede para no causar escándalos o no provocar rechazos.

Por su parte, María Dolores Bravo considera que “algo que no puede escapar al entorno de Sor Juana es el reconocer en ella una naturaleza mundana y una inteligencia cuestionante; asimismo, saber que si está confinada en el claustro es no por elección, sino por las limitaciones de su época, que no le permiten vivir en otro espacio. No obstante, la escritora traspasa las paredes del claustro; con la imaginación y el arte que la rebasan y exceden.”

En el ensayo titulado “Sor Juana: monstruo de su laberinto”, José Pascual Buxó, inicia con un párrafo letal su reflexión: “La protesta que, rubricada con su sangre, hizo Sor Juana de abandonar los estudios humanos para proseguir, desembarazada de este afecto en el camino de la perfección es un documento que aflige e indigna, por cuanto que ese texto escrito el 5 de marzo de 1694 era la confirmación de que había triunfado contra ella una temible aunque imprecisa conjura eclesiástica que la obligó a renunciar a su precoz y sostenida voluntad de dedicar su vida al estudio de las letras humanas para entregarse a la penitencia y a la mortificación”.

Beatriz Mariscal, afirma que pocas escritoras han dejado una explicación más apasionada del porqué escribe como lo hizo Sor Juana en su “Respuesta a Sor Filotea”, donde argumenta con gran maestría su derecho a pensar y a escribir como mujer de su época.

El libro también presenta detallados análisis de los versos de Sor Juana, por ejemplo, Nina M. Scott que advierte en muchos de ellos la crítica social y eclesiástica, la gratitud y el amor hacia las amigas como tema central de sus expresiones poéticas, y hasta el erotismo latente en algunas de sus frases. Algunos otros, como Luis Leal descubren elementos mestizos en la obra de Sor Juana. Y Elías Trabulse afirma que en los villancicos hay dos niveles: el obvio, donde Sor Juana defiende los derechos intelectuales femeninos, y el secreto, donde describe las cualidades espirituales de las mujeres.

De igual manera, se presentan estudios para confirmar su feminismo. Marta Gallo titula su artículo “Masculino/ Femenino: interrelaciones genéricas en El divino Narciso de Sor Juana”. Y en la misma obra, otra investigadora advierte una fuente hermafrodita. Se afirma que la base fundamental de su obra es el reconocimiento de la construcción social del género o una teología feminista.

Otros investigadores detallan en el teatro de Sor Juana, algunos ubican su obra en la Alemania de Hitler, mientras que uno más hace un recuento de todas las recreaciones literarias, filosóficas y hasta psicológicas en torno a la décima musa.

Es así como este libro presenta reflexiones desde diferentes disciplinas, perspectivas y convicciones sobre Sor Juana Inés de la Cruz, quien seguramente adivinaba estos debates y por eso en un romance advirtió:

No soy yo la que pensáis

Sino que es allá me habéis dado

Otro ser en vuestras plumas

Y otro aliento en vuestros labios

Y diversa de mí misma

Entre vuestras plumas ando

No como soy

Sino como quisisteis imaginarlo…

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