MARTHA CANSECO GONZÁLEZ
SemMéxico, Pachuca, Hidalgo. Lo venía comentando desde hace años, el evidente retroceso que observaba sobre todo en demasiados hombres jóvenes, con respecto a las acciones a favor de la igualdad y equidad de género. La mayoría de ellos son ahora, más machistas que sus padres, abuelos, bisabuelos, etcétera.
No importan los avances en la tecnología, las investigaciones espaciales, médicas, científicas, o cualquier tipo de progreso, ellos insisten en regresarnos a la caverna, precisamente por eso los llamo “cavernícolas con computadora”, lo peor del asunto es que están haciendo de la violencia, su mayor arma de dominación y de control, especialmente hacia las mujeres.
En este marco y con esta reflexión quiero comentar con ustedes lo que está sucediendo en el ámbito del avance tecnológico con el lanzamiento el jueves pasado de la plataforma “Threads” la nueva aplicación de Meta que busca hacerle la competencia a Twitter.
Apenas a unas horas de haberse lanzado la nueva plataforma de conversaciones públicas, ya había captado a 10 millones de usuarias y usuarios. Es necesario recordar que Twitter es propiedad de Elon Musk desde el 2022 y la nueva, Threads, de Mark Zuckerberg el creador de Facebook.
Con la compra de Twitter, Musk busca una mayor libertad de expresión, donde se pueda hablar de cualquier tema, pero de manera sensata, madura, con contenidos de calidad y sin caer en actos criminales. Por su parte Facebook, está restringiendo cada vez más los asuntos a ventilar, ya que se ha usado, incluso, para delinquir.
Sí, entiendo, con el fin de evitar la pornografía, la trata, el secuestro y la violencia de género, entre otras cosas, Facebook ha tomado medidas a rasa tabla y se ha convertido en un verdadero censor.
Por supuesto no ha funcionado, para muestra un botón: Mientras fue a través de Facebook donde los asesinos de dos jóvenes y un adulto mayor, contactaron los servicios de varios sicarios en la Ciudad de México, yo no puedo promocionar por la misma plataforma mí taller de reflexología sexual para mujeres, que busca que ellas tengan una mayor plenitud sexual, porque menciono palabras como sexo, sexualidad, orgasmo y placer.
Pero regresando a la competencia entre Musk y Zuckerberg, hace un mes, ambos personajes dejaron ver la posibilidad de limar sus diferencias en una arena de artes marciales mixtas, estás que se desarrollan en una especie de jaula, la cual sólo se abre cuando alguno de los dos contendientes ha quedado inconsciente o muerto.
Por supuesto, esto es ridículo y resulta incluso peligroso, cuando uno de los mayores problemas que enfrenta la humanidad son los enormes índices de violencia que deja miles y miles de víctimas en todo el planeta.
Aunque sea un truco publicitario o un mal chiste de dos hombres multimillonarios, resulta que ambos son figuras aspiracionales lo quieran o no. Esto significa que hay millones de hombres que buscan emularlos, copiarles, parecerse a ellos y por supuesto el machismo que están mostrando, cuando sólo plantean la violencia como única salida para resolver diferendos, eso se torna en un mandato de género.
¡Dos cavernícolas con computadora!
Y hablando de plataformas, les platico que conversando con una amiga que tiene miles de seguidoras en Facebook, subió un post que podría resultar incómodo al lobby queer y sólo recibió un “me gusta”. Yo he pasado de tener hasta mil 800 lecturas con una columna a 20.
No me preocupa, tengo muy presente que la plataforma de SemMéxico ha sido hackeada en varias ocasiones, así que creo que el número de lecturas ya no es un buen referente para medir el impacto y mucho menos en un sitio donde escribimos sobre todo mujeres feministas.
Yo me sostengo, conque haya una sola persona que me lea además de mí familia, seguiré escribiendo como hasta ahora, diciendo exactamente lo que pienso, no dependo de los likes y no me hace mella que desaparezcan.
¡Es lo bueno de no ser nativa tecnológica!
Por cierto queridas y queridos les comento que no escribiré columna la próxima semana, cuando me tomo vacaciones lo hago en serio, me encanta estar sin hacer nada, escuchando música y viendo pasar el tiempo.