JOSÉ GARCÍA SÁNCHEZ
Es necesario que los funcionarios púbicos, legisladores y miembros del gobierno federal y estatal que no realizan su tarea por la que les pagamos y siguen a los precandidatos a la candidatura de Morena, renuncien.
No atienden las tareas con las que se comprometieron cumplir, pero siguen muy de cerca a su precandidato favorito. Ni dejan a su suplente ni cumplen con su trabajo, en lo que bien puede calificarse de fraude.
Este es el caso de la senadora de Morena y mano derecha del ex canciller en materia de proselitismo, Martha Lucía Micher Camarena, quien sigue a Marcelo Ebrard a todos lados, sin importar si hay sesión en la Cámara o tiene asuntos que atender en una tarea que exige de tiempo completo.
Una de las más activas organizadoras de la campaña del ex canciller, distrae sus actividades por el proselitismo hasta el grado se traicionar a sus compañeros de partido y grabar conversaciones en reuniones privadas para luego sacarlas de contexto y confundir a la sociedad y a la militancia sobre las palabras de quienes asistieron a esa reunión.
Una de las más airadas defensoras, con y sin razón, de todas y cada una de las palabras de Marcelo Ebrard, a veces se brinca los niveles y organiza por su cuenta actos y grupos que luego debe explicar como errores graves en su impulsivo apoyo al ex secretario de relaciones exteriores.
Malú Micher lo mismo asiste a eventos fuera de la Ciudad de México, que a la inauguración de oficinas de Relaciones Exteriores en el sur de la capital, siempre al lado de Ebrard.
La intervención ilícita de Micher es una muestra de cómo quiere hacer ganar a su gallo la encuesta, y no es por méritos propios sino por los errores que pudieran cometer sus contrincantes. Se saben lejos del primer lugar y aseguran que en la guerra todo se vale.
Esta vez que grabó y llevó, nada menos que a Latinus las palabras grabadas del secretario de Gobernación para desprestigiarlo, en una reunión privada, fue el colmo de la trampa, la mentira y el fraude. Primero ella provocó el enojo de adán augusto, diciendo que había golpeado injustamente a Ebrard con el asunto de los migrantes quemados en Ciudad Juárez, cuando le explicó con toda calma, Adán Augusto que era un decreto del Presidente que era responsabilidad de relaciones Exteriores, estalló en ira y decidió sacar a la luz pública una reunión cuyo contenido debió quedarse en casa.
ENCUESTA CON OTROS PARTIDOS
Más allá de berrinches y trampas, la senadora debe pedir licencia para acudir a los actos de su candidato, antes de que su desprestigio implique al partido, que no tiene la culpa de su desleal comportamiento.
De por sí no son pocas las alteraciones del orden del propio precandidato quien pareciera nunca estar conforme con lo que hace el partido, porque ha pedido, desde el principio piso parejo, encuesta consensuada, debates, financiamiento privado, no rebasar los límites económicos de las visitas al país, etc. Pareciera que desde el inicio de la contienda interna no encaja con los lineamientos del partido y considera que es necesario corregirlos y lo hace públicamente como buscando testigos de lo injusto que es Morena con él y buscando puentes para otros puertos.
Los días pasan y Malú Micher sigue dobleteando chambas sin cumplir cabalmente con ninguna porque las distracciones la hacen comete errores como el de publicar un tweet del canciller bajo las siglas de PRI, PAN, PRD y MC.
Ahora es la encargada de denunciar a los contrincantes de Marcelo ante las instancias de Morena, por excederse en gastos de campaña. Es decir, está al servicio de Ebrard y no de la población que representa en el senado, de ahí que deba renunciar de inmediato a su curul.
Si no quiere cometer más indiscreciones o errores, como quieran llamarle, que pida licencia.
Twitter: @Josangasa3