“Te regalo la sal de mis historias / Te comparto mi fuerza y mi debilidad / Te muestro el cielo al que también llamamos gloria / Te regalo mi voz, mi libertad…/ Te regalo mis fotos preferidas / Te comparto mi humana condición / Te llevo más allá del límite y medida / Me convierto en tu amiga, la mejor. (Mi playa)”
ELVIRA HERNÁNDEZ CARBALLIDO (SemMéxico, Pachuca, Hidalgo). Me conquistó de inmediato porque en sus canciones expresa lo que yo creo y anhelo, porque en sus letras encontré un espejo y en su voz a una amiga. Ella se llama Elizabeth Guerra Vázquez (1972), pero prefirió ser Ely Guerra. Y en este mes de febrero cumplió 51 años.
Su primer disco se dio a conocer en 1992 pero fue con su segunda producción cuando fue reconocida como una gran representante de rock femenino en México. En sus composiciones destaca que además del amor y el deseo, hace referencia al reconocimiento de sí misma, de su finitud y de su propio cuerpo, así como da a conocer su postura ante cuestiones más sociales que impactan en la vida cotidiana. Es así como una rockera también ama, se enamora de manera ideal pero también de una forma que busca claridad, que la sorprende y que la pone alerta para amar con pasión, sin perderse a sí misma. Reconoce la imposibilidad del amor, pero intenta comprometerse con la persona amada, con promesas y advertencias, con generosidad y sin tragedia:
En su amor ideal, la autora promete, pero también reconoce que huye de ese sentimiento para protegerse, se sorprende cuando advierte que se ha enamorado, y reconoce que la pasión y el deseo hacen posible que el amor sea la razón más fuerte para sentirse viva. Pero este reconocimiento lo hace basándose en el deseo y en la pasión, en una entrega compartida:
Quién si no yo, para abrazar tus alegrías / Quién si no tú, para abrazar mis alegrías / Quién si no yo, para lamer posibles heridas / Quién si no tú, para cuidarme noche y día. (Pa’ morirse de amor)
Y en su canto el hombre amado es amado, pero también muy deseado, es cuerpo y erotismo, representa la posibilidad de aceptarse o de cambiar, la oportunidad de sentir y de transformarse, lo llama ángel o demonio, lo reconoce como poeta o hechicero, y metafóricamente representa la sensualidad que siente, que le hace sentir y que representa:
Ángel que del fuego naces / Déjame acercarme a ti / Dos rojas lenguas de fuego / Ya no pueden resistir / Líbrame del mal que llevo en mi ser…/ Es su belleza de hechicero que me llama / Y en esa imagen cuelgo toda mi esperanza / Consuélame con tu amor / Límpiame el alma. (Ángel de Fuego)
Su discurso delata su pasión, describe su deseo, detalla la pasión que le inspira el deseo, no solamente el amor. Es una mujer que disfruta su sexualidad, que manifiesta alegremente su sensualidad, que provocativamente confiesa la pasión que el otro le despierta y con una honestidad envuelta en erotismo:
Sentí de momento su piel y su aliento / Me voló el sentido no te miento / Lo vi alejarse pensé olvidarme / Pero fue tan fuerte que no puedo / Tengo el corazón herido, solo pienso en tus cariños / Ojos claros, labios rosas déjame que te haga cosas / Tu mirada me lo ha dicho, soy deseo inadvertido / Ojos claros, labios rosas creo mi fuego te provoca / Soñé con su boca, pensé en su boca / Morí por su boca/ Créemelo. (Ojos claros, labios rosas)
Gusta de expresar en sus composiciones, revelándose como una mujer que siente, que sabe expresar lo que siente y que le gusta sentir el amor, el deseo, la pasión, su cuerpo, el cuerpo del otro y cualquier representación amorosa o erótica que recree el momento de gran entrega apasionada. Y ella es capaz de tomar la iniciativa, algo no muy común de hacer y de declarar por una mujer:
Y atrévete / Atrévete y entérate / De lo que haría por ti / Atrévete y pruébame / Que me tendrías hasta el fin/ Mézclate en mi intensidad / No lo dejes al azar / Y búscame en la oscuridad / Hablaré tu vanidad / En la furia de mi mal / Y dejaré que me ames más / Piénsalo / Y atrévete / Atrévete y entérate / De lo que haría por ti. (Atrévete)
Un aspecto destacable del discurso musical de Ely Guerra es la referencia al cuerpo, un cuerpo que goza y que se entrega, que seduce y provoca, que se arriesga y no espera siempre la eterna promesa de amor, sino que disfruta el momento en que se reconoce, lo disfrutan, disfruta y se entrega con todos sus sentimientos y sensibilidad.
Y al olvido de los días / Imagino tus caricias / Y te pido guárdate / La aventura que posiblemente sea una más / Pero como siempre he sido muy intensa / Pienso que te quedarás / Y en el éxtasis de un beso imaginario / Mis tragedias forman parte del pasado / Me guardo la visión maravillosa en la piel / Y en el éxtasis de un beso / Imagino más que eso y te pido juégate. (Peligro)
El deleite que ella delata en sus composiciones hace referencia a un cuerpo satisfecho, un cuerpo erotizado y un cuerpo que siente. Lo declara abierta y alegremente, confiada en las sensaciones de su erotismo y de su sensualidad. La satisfacción de ser y sentirse deseada no deja fuera la posibilidad de reconocerse a sí misma como espacio del deseo y de la satisfacción:
Tienes labios de saber besar / Pero es que en ti es difícil / No imaginar / Y a veces me quedo quieta en mi utopía / Me dejo, me dejo y sudo de alegría / Te dejo, me dejo y siento tu venida / En la solitaria bella oscuridad / Voy quitándome el deseo por ti / Me consuela la serena inmensidad / De las cosas que yo puedo sentir / Y si acaso ves mi luz o mi señal / No des vuelta. (Tu boca)
Pero además de hacer suyos los temas del deseo, del amor ideal y de la pasión, Ely Guerra explora y escribe sobre otras cuestiones que también forman parte de su inspiración. Es así como se autodefine, se autodescribe y hasta se autodelata. Da pistas para aceptarla y delata detalles para atisbarla.
Yo quiero ser del Buda / Lo gordo y lo feliz / Yo quiero de la duda / Crecer y persistir / Yo quiero de otros labios comerme la verdad / Y ser fruta madura que cae / Yo quiero ser del gato / El ronroneo sutil / Yo quiero de los días lo bueno para mí / Yo quiero de mis poros la purificación / Y ser la bienvenida del sol cuando viaje por otros mundos… Yo quiero de la noche, toda sexualidad / Yo quiero del instante, saber bien explotar / No quiero a la costumbre ni por casualidad / Prefiero ser honesta y vulgar. (Hedonista)
En un número representativo de las composiciones de esta autora mexicana hay una fresca y honesta conciencia de finitud, pero humildemente también hay un reconocimiento a sus limitaciones, restricciones, miedos y dudas, los cuales confiesa con decoro, belleza y modestia. Canta a su grandeza humana pero también a su reconocimiento de ser una gente con dudas e incertidumbres, una mujer que busca reconocerse y aceptarse. Irónica y atrevida, consiente e inconsciente, honesta y descarada, apasionada y cachonda, amiga y aliada.
En 2019 presentó su producción “Zion”, una obra totalmente vocal, donde su voz se pone a prueba desde los acordes más altos hasta los tonos más profundos, fuerza y blanda, tranquila e inquieta. De esta producción, declaró:
La realidad es que dije sí a una propuesta personal, que como siempre, es tirarse al vacío y es empezar a desmenuzar la experiencia, vivirla y acatar sus resultados, porque no siempre fue agradable, no todo el tiempo fue una experiencia luminosa sino todo lo contrario, me puse en una esquina muy incómoda. ¿Por qué aceptar el reto? Porque no me queda de otra, porque así estoy congeniando con una voz que se alza contra… “Zion” fue obedecer al instinto creativo, obedecer al instinto del músico que soy, obedecer a continuar el legado de todas esas voces que tú mencionaste de un subcomandante insurgente galeano o de un Sócrates o de una Sor Juana Inés de la Cruz, pues sí, somos un hilo conductor, tenemos grandes maestros de lealtad, de libertad; cómo no perseguir esa libertad a través de nuestro trabajo.
En la pandemia me hizo su amiga Facebook y la he seguido con cariño, a veces le escribo algún comentario, y hace poco me dieron una insignia de fan destacada y hasta puntos por la forma de interactuar con ella. Y hoy, escuchando la voz de mi amiga, le digo con cariño: ¡Feliz cumple, Ely Guerra!