MARTHA CANSECO GONZÁLEZ (SemMéxico, Pachuca, Hidalgo). Como les he platicado tengo ya varios años leyendo sobre el Tao sexual. Sí, está basado en el taoísmo, esa filosofía china que tiene por lo menos 5 mil años. Creo que su principal característica es que es totalmente opuesto a la visión occidental que tenemos de la sexualidad.
El Tao sexual, reconoce la enorme importancia que tiene una sexualidad sana para la trascendencia personal, hace mucho énfasis, además, en que una relación sexual, es una avenida de doble vía, se recibe en la misma medida en que se da.
Otra característica es que reconoce el formidable alcance del potencial sexual que tienen las mujeres y qué, en consecuencia, para que un hombre pueda ser considerado un buen amante, habrá de saber complacer a su compañera, así entonces, es muy importante que administre su eyaculación.
Por otra parte, qué les puedo decir, que desde hace 5 mil años en China se sabe lo fundamental que es el clítoris en el orgasmo femenino. En occidente, hace apenas 24 años que la uróloga australiana Helen O’Conell fue la primera persona en el mundo científico que describió con todos sus elementos la anatomía completa del clítoris.
Aquí, aclarar que no existen varios tipos de orgasmo en la mujer, el clítoris es el único responsable de todos ellos, porque de forma directa o indirecta, se le estimula con las distintas técnicas sexuales, por una simple y sencilla razón, rodea toda la cavidad pélvica, no hay espacio que se salve de su presencia.
Hace algunos años, con el Instituto Hidalguense de las Mujeres, hicimos una campaña para prevenir el embarazo no planeado a un grupo de estudiantes de nivel medio superior y de distintos planteles de la entidad. Les enseñamos a hacer mensajes al respecto, con su teléfono celular, resultaron productos de comunicación formidables.
Era imposible no terminar hablando con ellas y ellos de sexualidad en esos talleres creativos. En uno de los grupos, unos cuantos hombres jóvenes se me acercaron, me pidieron en específico que les explicara dónde se encuentra el clítoris y la manera de estimularlo sin hacer daño a su compañera sexual.
Era la primera vez que me ocurría, fue una muy agradable sorpresa que esos jóvenes de un lugar remoto del estado se interesaran por conocerlo y saber cómo funciona.
Lo cierto es que muchos hombres no saben de la existencia de ese órgano humano cuya única función es otorgar placer a su feliz poseedora, o no tienen la información científica y laica sobre su funcionamiento y se quedan con lo que les dice su compadrito, quién tampoco la tuvo, en consecuencia, la desinformación se transmite como papa caliente.
Pero también hay mujeres en la misma situación, lo entiendo, se supone que nosotras no debemos saber nada sobre el sexo, que ellos nos van a enseñar y nos van a hacer ver estrellitas, digo, ¡pues sólo que te den un codazo en el ojo!
Es comprensible que carezcamos de esos conocimientos, somos simples mortales que nos debatimos en una sociedad mojigata, doble moral y llena de mitos en torno a la sexualidad. El sistema hegemónico y patriarcal no nos quiere plenas y plenos.
Pero que la comunidad médica esté en su mayoría en las mismas condiciones, eso sí resulta criminal. El viernes pasado he leído un fantástico artículo en The New York Times sobre el tema. La cabeza dice así: “Medio mundo tiene clítoris, ¿por qué los médicos no lo estudian?”
La pieza está escrita por Rachel Gross, platica de dos casos de mujeres que fueron intervenidas médicamente de manera equivocada y las dejaron sin la posibilidad de sentir orgasmos. Muchos médicos no tienen ni idea de la cantidad de nervios y ramificaciones que tiene el clítoris y lo delicados que son, entonces un corte mal hecho o una presión brusca o a lo menso, puede dejar a esa mujer anorgásmica.
También entrevistó a la médica Rachel Rubin, uróloga especialista en salud sexual que atiene a las afueras de Washington D.C., Rubin dice ser la principal clitoróloga de la capital norteamericana.
“Ella enfatiza que la anatomía del clítoris no es magia, sólo biología”, pero no se sabe porque, señala: “el clítoris está íntimamente ligado al placer femenino. Y hasta hace muy poco, esos temas no figuraban en la lista de prioridades de la medicina, no se consideraban adecuadas de investigación médica.
Incluso en campos como la urología, donde el placer sexual y el orgasmo masculinos se consideran integrales, la salud sexual de la mujer “se considera histeria, la caja de Pandora, todo psicosocial, no medicina real”.
El artículo de Gross vale mucho la pena, no tiene desperdicio.