CÉSAR VELÁZQUEZ ROBLES (Sinaloa). Decía ayer que la confrontación entre el senador Ricardo Monreal y el presidente López Obrador sigue escalando, y que pese al lenguaje cuidadoso de aquél en el sentido de que no se confrontará con la “Historia”, todo indica que la trayectoria es irreversible: no hay lugar para el líder de la Junta de Coordinación Política del Senado en Morena. En tal tesitura, ¿cuál es el camino que puede seguir? ¿Qué alternativas se abren para su futuro político? Formulaba un escenario que me permito transcribir: “Monreal sale de morena. Se incorpora a Movimiento ciudadano, que lo postula como candidato a la presidencia. A esta candidatura se adhiere una parte de la militancia de morena, grupos de la sociedad civil y los activos de los tres partidos que no lograron su registro en las elecciones intermedias del pasado junio: Fuerza por México, Redes Sociales Progresistas y Partido Encuentro Solidario, que anunciaron la constitución de un nuevo partido: Fuerza Progresista Solidaria. En principio, esta coalición de fuerzas, articulada alrededor de Movimiento Ciudadano puede no tener la fuerza necesaria para ganar la presidencia, pero si impedir la conformación de una gran fuerza alternativa como lo propone el llamamiento del Frente Cívico Nacional, o la coalición de fuerzas articuladas alrededor del Partido Acción Nacional, el Partido Revolucionario Institucional y el Partido de la Revolución Democrática. En otras palabras: una ruptura como la que en morena está en curso puede no poner en riesgo la posibilidad de reeditar su triunfo, sobre todo, si la oposición va dividida a esta contienda.”
Planteé el tema a mis compañeros en la mesa de análisis de Punto Crítico Sinaloa Digi TV, que se transmite en las redes a través de Facebook martes y jueves de 5 a 6 pm, Carlos Calderón Viedas y Arturo López Flores. Calderón Viedas planteó otro escenario: que si en verdad Monreal actúa como un político demócrata, su lugar estaría más bien en la coalición opositora integrada por los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática, a lo que respondí que esta coalición difícilmente lo aceptaría incluso en el caso de que la decisión se procesara a través de una especie de elecciones primarias. Mi argumento es que un partido como Acción Nacional tendría un precandidato con una gran fuerza y pese a lo desvaído de esa organización, Ricardo Anaya es de las pocas figuras de la oposición que representa un alto nivel de competitividad política, algo a lo que el PAN no estaría dispuesto a renunciar. Pero, agregué, es un escenario que no puede descartarse. De lo torcidos renglones de la política cualquier cosa puede esperarse. A este propósito, dije a mis compañeros de mesa que en la prensa de ese día había leído un artículo de Adrián Rueda, con un posicionamiento similar al de Calderón Viedas. ¿Qué plantea Rueda?
¿Y si es candidato de la alianza Va por México?
“El senador ha dicho en más de una ocasión —y el domingo lo reafirmó— que será candidato presidencial en 2024, y que no se ve compitiendo contra Morena, sino representando esos colores. Pero eso no pasará y todo el mundo cree que, en realidad, Monreal estaría buscando, al final, ser candidato de la alianza Va por México, preferentemente para buscar la Presidencia de la República, pero que no se descartaría para ir por la Jefatura de Gobierno. Todo depende de si se mantiene el acuerdo con Marcelo Ebrard, para que, en caso de que Sheinbaum sea impuesta por Morena, el hoy canciller busque la candidatura presidencial por el PVEM o el Movimiento Ciudadano o, de plano, por una alianza amplia de la oposición.” (Como decía el clásico: “subrayados míos”).
Es cierto que, como dijo Arturo López Flores, es muy temprano para adelantar vísperas, y que faltan al menos dos años para que se abra de manera formal el juego sucesorio. Sin embargo, la sucesión adelantada por López Obrador ha tenido el efecto de abreviar el tiempo histórico y tenemos ya frente a nosotros todo el escenario del relevo y sabemos ya dónde están los dados cargados y el papel que de antemano el poder ha asignado a cada uno de los eventuales contendientes.
Si en Morena no hay lugar para Monreal, ¿dónde si lo hay? Recordemos que el Frente Cívico Nacional ha planteado una ruta crítica para llegar a la conformación de una candidatura única de la oposición a la presidencia en 2014, producto de una especie de elecciones primarias en las que cada fuerza presentaría sus eventuales candidatos. Justamente el planteamiento que ha formulado Monreal es el de la realización de esas elecciones primarias en su partido que, evidentemente, tienen el rechazo de la línea dura del morenismo y de la mayor parte de sus afiliados. Si no hay el más mínimo propósito del poder de abrir el proceso, sería muy lamentable y lastimoso que el senador siguiera en morena, con todo y la zanahoria de la eventual candidatura a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.
Hay, por supuesto, muchísimos otros elementos, hecho y datos a considerar en unos escenarios como los que aquí se han bosquejado con brochazos muy gruesos. En caso de que el desencuentro, por llamarlo de alguna manera amable, entre estas dos figuras, continúe y se profundice, una consecuencia inmediata es la cancelación de las (contra)reformas energética, electoral y de seguridad con la incorporación de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa. No alcanzaría a cerrarse el ciclo que presupone en la lógica lopezobradorista el cambio de gobierno y cambio de régimen.
En fin, veremos…