MARCELA ETERNOD ARÁMBURU (SemMéxico, Aguascalientes). En octubre de 2021, la editorial Grijalbo publicó un libro de Viri Ríos: “No es normal. El juego oculto que alimenta la desigualdad mexicana y cómo cambiarlo”. El texto se integra por cinco capítulos que tienen la gran ventaja de leerse como él o la lectora quiera: competir, trabajar, contribuir, gobernar y ser. Una articulada introducción da cuenta de los varios porqués que enmarcan algunos de los más evidentes problemas del México actual, explica la importancia de los datos y de la evidencia empírica, en contraposición a las falacias perversas que ha tenido la narrativa de la realidad mexicana, que niega los datos, y hace una interesante “confesión de parte” sobre sesgos, prejuicios, preferencias, inclinaciones y, por supuesto, maneras diversas de acomodar las piezas de una compleja realidad.
No es fácil que las personas reconozcan sus propias limitaciones, mucho menos, que se den cuenta de que las tienen y se tomen el tiempo de analizarlas. Pero, con esta autora, éstas son explícitas al igual que sus sesgos. Además, son claras sus imprecisiones -lo cual no le resta mérito al texto- y sus argumentos son transparentes, al igual que sus fuentes.
“No es normal” no es un libro de difícil lectura, los temas que aborda son centrales para dilucidar la enorme tarea que debe emprenderse para que México sea un país incluyente, democrático e igualitario. En un esfuerzo analítico, Viri Ríos propone una “guía de lectura por ruta” que permite elegir un camino diferente al que marca la secuencia de las páginas. Así, se pueden ver los abusos legales e ilegales, los ingresos por hogar, la propuesta de soluciones o los datos, entre otros temas, con independencia de la secuencia que sigue el libro en sus cinco secciones.
Ante este tipo de libros, es importante tener cuidado y detenerse en los datos. “No es normal” contiene información que proviene de muchas y diversas fuentes; información seleccionada para apuntalar o fortalecer los argumentos. Pero, además, la autora tuvo la generosa idea de acomodar datos, indicadores y metodologías en un GitHub (un repositorio que permite a cualquier persona utilizar los archivos en él depositados, verificar como se construyen los indicadores y consultar las metodologías utilizadas).
“No es normal” presenta un México añejo, clasista, excluyente; sin mecanismos que permitan ni el ascenso ni la movilidad social con base en esfuerzos personales o familiares. Tampoco el desarrollo de talentos o la movilidad económica. Ríos ejemplifica como “empresalandia” ha enriquecido bestialmente a unas cuantas empresas, empobreciendo a todas los demás. Da cuenta de una banca voraz, de empresas pequeñas que apenas sobreviven, de miles de trabajadoras y trabajadores explotados, mal pagados o semi esclavizados. De la desprotección en la que se encuentran millones de trabajadores/as y del muy limitado acceso a servicios de salud, pensiones o reparto de utilidades.
El libro describe un México donde las y los ricos no contribuyen con lo que les toca, eluden el pago de impuestos y propagan la fantasía de que el gobierno gasta mucho y mal porque el gobierno está invadido de personas corruptas que roban a manos llenas, cuando la realidad es que los ricos evaden el pago de sus impuestos porque la normativa tributaria se los permite y cuentan con despachos de abogados y contadores especialistas que lo facilitan. Pueden deducir hasta los cacahuates que regalan y así evitar su responsabilidad social de compartir la riqueza que el país les permite generar con una regulación laxa que los favorece.
Un México donde los ricos creen que el gobierno debe hacer lo que ellos quieren, necesitan, o proponen, porque son ellos los que mueven al país y ven a las y los funcionarios públicos como sus empleados. Un México donde el dinero garantiza los privilegios de los cuales disfrutan porque creen que ellos son la base fundacional del país y que el gobierno tiene la obligación de gobernar y legislar para salvaguardar sus intereses. Un México donde dejar de ser rico es tan imposible como dejar de ser pobre.
En contraposición, Viri Ríos propone un México en el que las políticas públicas sean las responsables de reducir las brechas de desigualdad, garantizar la inclusión y posibilitar el ascenso social. Que sea el gobierno el que haga posible un piso básico para toda la población y que construya los ejes que permitan la movilidad y la igualdad.
En esta argumentación no podía faltar una sección sobre la corrupción y Ríos agrega la de “Los 87 ladrones” y la del “Gobierno de cuates” que tantas personas han documentado hasta la saciedad, sin que nadie en los gobiernos (ni federal, ni estatal, ni municipal) haya emprendido alguna acción contra ello. Todo esto lleva a un triste panorama: una democracia desigual, constantes y amplias brechas entre mujeres y hombres, una sociedad excluyente y discriminatoria en donde las mujeres siempre se llevan la peor parte, ya se trate de vivir tiempos normales o de enfrentar crisis, pandemias y otros desastres; donde permanecen sólidos los techos de cristal, las escaleras rotas y los pisos pegajosos.
Hacer propuestas para enfrentar todo lo anómalo de nuestro país es una obligación de quien elabora un diagnóstico y apuntala los argumentos con hechos y datos. Por eso, Ríos hace un conjunto de propuestas de acciones para incidir en todo eso que nos hace un país tan desigual. Se puede no estar de acuerdo con algunas de las acciones que propone, pero éstas están abiertas al debate, a que se complementen o a que conduzcan a otras propuestas. Lo que no debemos hacer es leerlas con indiferencia, pensando que su ejecución es complicada.
En conclusión, es un libro claro, didáctico, actual, de indudable relevancia para entender por qué México no logra sacar de la pobreza a millones; por qué no promueve la creatividad, la innovación o la competencia económica, y por qué permite que un muy pequeño grupo de personas detenten una riqueza exorbitante gozando de innumerables privilegios, en detrimento del México rural, de los sectores populares y de las clases medias, que son quienes verdaderamente conforman a nuestro país.