MARCELA ETERNOD ARÁMBURU (SemMéxico, Aguascalientes). En 1900 nació en Manchester, Inglaterra, una niña que con el transcurrir de los años se convertiría en una novelista anglo-estadounidense prolija y famosa. Se trata de Janet Miriam Holland Taylor Caldwell, quien firmó sus obras como Taylor Caldwell, J. Miriam Reback, Marcus Holland y Max Reiner. El nombre de Taylor se usa, generalmente, para varones en los países de habla inglesa. Y hoy día, es muy conocido el truco que empleaban las mujeres en los siglos pasados, para firmar sus obras con seudónimos masculinos, con la intención de evitar la discriminación “a priori” de sus obras y su descalificación por parte de las editoriales y de los y las lectoras.
Caldwell empezó a publicar alrededor de los años 40, pero su éxito como novelista tuvo lugar en los años 60, cuando se consolidaron en el gusto del público sus novelas, principalmente las históricas. Sus editores, exigieron que no se utilizará la clásica fotografía del autor en la presentación del libro (segunda de forros o contraportada), dando lugar a que, durante años, se le considerará un hombre. Cuando se reveló que era una mujer, ya era una autora exitosa.
La señora Caldwell escribió más de 40 novelas, y cuenta la leyenda que su segundo esposo le quemó varias -muchas- inéditas, aunque a ciencia cierta no se sabe cuántas ni por qué. Dentro de sus novelas históricas más leídas se encuentra “Gloria y Esplendor”, ubicada en el siglo V antes de la era cristiana, el siglo de oro de esa Grecia clásica que todavía hoy sorprende.
La historia comienza con un personaje que impacta, Aspasia, mujer de una inteligencia tan sobresaliente como su erudición y belleza, sujeta durante años a las voluntades masculinas; traficada, vendida, rebelde, insumisa y, de cierta forma, poderosa. Las peripecias de Aspasia para lograr su libertad entretienen; su atipicidad como mujer, impacta y extraña en un mundo donde ellas eran prácticamente inservibles para algo distinto que la reproducción; y sus destacados conocimientos, así como su capacidad de observación de la condición femenina que la lleva -en la voz de Caldwell- a plantear la necesidad de establecer una escuela para niñas, hasta entonces impensable, es sobresaliente su asertividad la libera y la convierte en una mujer rica, independiente y fuerte, que le permite ser, muchas páginas más adelante, la compañera del ateniense más destacado de su época, Pericles.
La segunda parte de “Gloria y Esplendor” se centra en la historia de Pericles, su juventud, sus maestros -Zenón y Anaxágoras-, el complejo clima político de Atenas con las leyes de Solón y sus impactos en la sociedad, la inclinación del joven Pericles por la política, su matrimonio por interés con una viuda rica, su amor por Helena, su compromiso con el engrandecimiento de la “polis” y la expansión de los atenienses y su encuentro con Aspasia.
En la última parte de “Gloria y Esplendor”, se desarrolla el contexto que permitirá el cambio hacia la democracia y el surgimiento de un incipiente control del gobierno por parte de las y los ciudadanos, cambio impulsado por Pericles y Aspasia (novela al fin), salpimentada por intrigas, venganzas, desencuentros y circunstancias que provocaron que la unión de Aspasia y Pericles estuviera rodeada de la desaprobación, el escándalo y la censura.
“Gloria y Esplendor” fue la novela que presentó al gran público lector a Aspasia. Un personaje que con el tiempo ha ido cobrando mayor importancia y ha incentivado la investigación de su biografía y su rescate histórico. José Solana Dueso, por ejemplo, analizó los discursos escritos por Aspasia, aceptando como premisa inicial “… la verosimilitud del informe platónico y deja[ndo]hablar a los testigos”, en total recabó 34 testimonios históricos, que aluden a los trabajos de Aspasia, a su influencia, a su inteligencia, pertinencia y pericia; centrándose en los textos que dan cuenta de la obra de Aspasia, oratoria y discursos, incluyendo los que elaboró para Pericles y conmovieron a los griegos de su época, (Aspasia de Mileto, Testimonios y Discursos, 1994). Julio Medem, publicó en 2012 más de 500 páginas de una historia novelada: “Aspasia. Amante de Atenas”, destacando su papel para dar vida y forma al esplendor ateniense del siglo V, y a su importancia como mujer independiente, culta, hábil y rebelde.
También contamos con el breve trabajo biográfico sobre Aspasia que elaboró Amalia González Suárez, con la idea de rescatar su importancia en la vida social y política de Atenas, sus ideas sobre la educación de las niñas; y su influencia en la profunda transformación a la que se comprometió Pericles. El texto de González Suárez explícitamente se propone, a pesar de las escasas referencias que hoy existen, rescatar a Aspasia de la amnesia histórica que la borró del mapa, porque su sola mención era inconcebible, desde la perspectiva de los historiadores y compiladores de la época.
Está disponible el sucinto trabajo de Celia Barrio Marcén: “Aspasia de Mileto: ¿una mujer libre en la Grecia clásica? Que, a pesar de ser un trabajo académico, aporta elementos de análisis para entender quién pudo ser esta excepcional mujer que, a pesar del olvido de la historia, se concibe hoy como una precursora del feminismo y una referencia de valor, entereza y habilidad para que, a pesar de los múltiples obstáculos, prejuicios, escarnios y mal decires, lograra hacerse de un lugar en la historia.
Y para quien desee aventurarse en un panorama mucho más amplio, el libro de Sarah Pomeroy publicado a finales de los años 80: “Diosas, rameras, esposas y esclavas. Mujeres en la antigüedad” es, sin duda, un gran complemento que, aún hoy, más de 30 años después, mantiene su vigencia.