TEXTOS EN LIBERTAD/ Cuando el lenguaje se vuelve noticia (I)

JOSÉ ANTONIO ASPIROS VILLAGÓMEZ. Varios sucesos relacionados con el español, otros idiomas y las academias de la lengua, ocurrieron en días recientes y se sumaron a un historial de vicisitudes que -por lo general sólo con un impacto relativo y pasajero- han reportado los medios de información en sus secciones culturales.

Así, por ejemplo, el pasado 31 de mayo, fecha en que se prohibió en Francia el uso de anglicismos en informes y documentos gubernamentales porque están causando una “degradación” del idioma galo, en Managua fue disuelta la Academia Nicaragüense de la Lengua (ANL) y en cambio a los pocos días se celebró en ese país centroamericano el Día de la Lengua Rusa.

Entre tanto, mientras Buenos Aires acaba de prohibir el lenguaje inclusivo en las escuelas, se cumplen diez años de que la Academia Mexicana de la Lengua (AML) obtuvo el terreno para una sede propia y se quedó esperando. A la Real Academia Española (RAE) tampoco le ha ido muy bien.

Es indiscutible la importancia que, no sólo culturalmente, tiene el idioma en el mundo hispanohablante (unos 600 millones de seres de 23 países: España, América -incluido Estados Unidos-, Filipinas y Guinea Ecuatorial), donde la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale, creada en México en 1951) agrupa a las entidades respectivas.

Que digan si no, los mil millones de consultas que hubo entre febrero de 2020 y enero de 2021, a la versión digital del Diccionario de la  Lengua Española, que está en actualización permanente por tantos nuevos tecnicismos y los términos relacionados con la pandemia actual.

Pero en Nicaragua los diputados orteguistas aprobaron con carácter de urgente y sin debate la disolución de la ANL (creada en 1928), porque no se registró como “agente extranjero” según dispone una ley de 2020 aplicable a quienes reciban dinero del exterior.

Condenaron y rechazaron esa medida represiva la Asale y sus academias concurrentes, así como la Asociación Mexicana de Profesionales de la Edición (PEAC) que calificó el hecho como “una grave afrenta para quienes han resguardado el acervo lingüístico y literario” de Nicaragua y han llevado “a su más alto grado de excelencia a los escritores” de ese país, entre ellos Gioconda Belli, Ernesto Cardenal y Sergio Ramírez quien, perseguido, se exilió en España.

“Mientras la dictadura nicaragüense mantenga su infame represión, la RAE acogerá y apoyará con todos los medios a su alcance a la academia hermana”, fue a su vez la posición de la “Madre Academia”, así llamada la española con sarcasmo y un sinfín de críticas por el periodista mexicano Raúl Prieto (a) Nikito Nipongo (1918-2003), cuya columna ‘Perlas japonesas’ exhibió desde 1949 los errores idiomáticos que él y sus “coperladores” encontraban publicados.

Pasados seis días apenas del cierre de la ANL, el régimen orteguista celebró con ceremonias en Managua y León el Día de la Lengua Rusa en el aniversario natal del poeta Aleksandr Pushkin, en lo que el diario local La Prensa describió como un acto al que, según se vio en “las fotografías publicadas por los medios oficialistas, sólo asistieron siete personas, seis adultos y una niña”, por tratarse de un idioma “ajeno a la cultura nicaragüense”.

Bastante más al sur, en la Ciudad de Buenos Aires, el gobierno local prohibió usar en las escuelas el lenguaje inclusivo y las expresiones que incluyen la “e”, la “x” o el “@”, para facilitar el proceso de aprendizaje de los estudiantes. La medida, aplicable a los documentos oficiales y los materiales educativos, generó críticas a pesar del argumento de que ya existen en la lengua española opciones para establecer una comunicación inclusiva, sin necesidad de tergiversarla ni hacerla compleja.

Como parte de sus argumentos justificativos, la alcaldía bonaerense mencionó que en Uruguay se dispuso que el uso del lenguaje inclusivo debía ajustarse a las reglas del idioma español, y que en Francia las autoridades «desaconsejaron el uso de la llamada escritura inclusiva». Y sí, en efecto, en 2017 la Academia de la Lengua Francesa lo consideró una aberración y el gobierno lo prohibió en los textos y actas oficiales, mientras que en 2021 el ministro de Educación lo vetó en las escuelas por ser un obstáculo para el aprendizaje.

Y no sólo eso, este 2022, también los anglicismos como “streamer”, “pro-gamer”, “esports” y otros quedaron fuera de los documentos gubernamentales y en su lugar el Ministerio de Cultura propuso expresiones en lengua francesa. (Continuará)

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