ROBERTO CIENFUEGOS J. @RoCienfuegos1
El problema del agua en la Ciudad de México y aún en la mayoría de los municipios del país no es nuevo, pero si es cada vez peor.
Una expresión del recrudecimiento del problema de suministro de agua fue el punto de acuerdo que hace sólo unos días presentó la diputada del Congreso de la Ciudad de México, Lourdes Paz, para exhortar a las y los titulares del Sistema de Aguas capitalino y de las alcaldías Álvaro Obregón, Azcapotzalco, Benito Juárez, Coyoacán, Cuajimalpa de Morelos, Cuauhtémoc, Iztacalco, Iztapalapa, La Magdalena Contreras, Miguel Hidalgo, Tlalpan y Venustiano Carranza, a fin de poner en marcha acciones que mitiguen los impactos en esas demarcaciones en los próximos cinco meses, esto por el mega corte en el suministro de agua ante los bajos niveles del sistema Cutzamala.
Se trata de 12 de las 16 alcaldías que resentirán, algunas ya lo resienten, las consecuencias de la falta del líquido. La escasez y/o ausencia de agua en la Ciudad de México y en muchos municipios del país constituye el preámbulo de una tragedia anunciada porque implica la cancelación de vida y futuro para millones de mexicanos.
Esto, como muchos otros problemas del país, no están recibiendo la atención adecuada y coordinada de las autoridades en los tres niveles de gobierno, lo cual agrava la situación. Suponen los gobernantes, a juzgar por sus actuaciones, que no pasa nada, o peor aún, que no ocurrirá nada en el país por la falta de agua, y sin embargo si está pasando y cada vez será más crítico este problema.
Cito los siguientes datos que recientemente me proporcionó la investigadora Sandra López del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), un centro de investigación apartidista y sin fines de lucro fundado hace dos décadas: la sequía en México escaló hasta seis veces entre 2003 y 2021, un fenómeno que deriva en una muy buena parte del incremento de la temperatura media anual y aún del cambio climático.
La mayor parte de los municipios que más resienten el problema se encuentran en el centro y norte de México, donde ha recrudecido el problema de escasez de agua, con afectaciones numerosas y, peor aún, severas, para la industria y el sector energético.
López advirtió que “De seguir este fenómeno, habrá impactos muy importantes en la producción de energéticos, y numerosos daños para la población y la economía”.
Por ello consideró preocupante que el gobierno haya renunciado a su tarea de actualizar los programas creados hace más de una década, para a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) enfrentar la gestión y el suministro Del agua en el país.
Es de anotar que 2011 resultó un año crítico en el que repuntó la Sequía. Por ello el gobierno federal otorgó entonces a la Conagua las facultades para atender las consecuencias del fenómeno, esto a través del seguimiento de indicadores hidrometeorológicos y del estado de los recursos hídricos.
De esta manera, la Conagua asumiría la tarea de monitorear la sequía por municipio, unos dos mil quinientos en todo el país. Además, establecía en diversos programas las medidas preventivas y de mitigación de la sequía y la manera en que el gobierno enfrentaría el fenómeno. Las medidas de respuesta buscarían en consecuencia una reducción de la demanda de agua, privilegiando los usos en este orden: uso doméstico o público, uso agrícola y ganadero, utilización industrial, y uso ambiental y recreativo.
Ahora se requiere una evaluación específica para actualizar esos programas, considerando el alza y las nuevas especificidades de la sequía, el aumento poblacional y la ampliación de la mancha urbana.
López me dijo que es crítica una actualización de estos programas luego de más de una década de su creación. Admite que la Conagua tiene otros factores en su radar, importantes sí, pero falta llevarlos a nivel federal.
En cuanto a la Ciudad de México y aún la zona metropolitana, la diputada Paz hizo ver que aun y con todas las inversiones hechas en la presente administración por más de 4 mil 700 millones de pesos en obras de abastecimiento y distribución de agua potable, el problema del agua es crítico.
Recordó que, si bien se ha recuperado un caudal importante del recurso del sistema Cutzamala, éste se encuentra en su peor nivel en los últimos 27 años, con una sequía que ha escalado.
Por ello, apuntó, se hará una reducción del 25 por ciento del abastecimiento del agua, por lo menos hasta abril próximo. Dijo que esta baja, de 9.2 metros cúbicos por segundo, fue acordada de manera tripartita por la Conagua, el Sacmex y de la Comisión de Aguas del Estado de México para impedir que se llegue al nivel mínimo de operación.
La legisladora refirió además informes periodísticos, según los cuales, en el 2021, en la CDMX se registró un consumo superior a los 255 millones de metros cúbicos, registrándose en dicho periodo más de 58 mil reportes de falta de agua en la Ciudad.
Esto mientras que el sistema Cutzamala, fuente de agua en la una amplia parte de la zona metropolitana, a junio del 2022, contaba con 41.2 por ciento de su nivel de llenado, un 18.3 por ciento menos respecto a su nivel histórico. Las fugas de agua suben y se pierde el 40 por ciento del agua potable en la Ciudad, según cifras del Sacmex.
Es útil prevenir que en lo que toca al menos a la Ciudad de México, las autoridades tendrán que darse cuenta de que el problema del agua, si bien podrá mitigarse con las medidas que toman y tomen en lo inmediato, debe abrir la discusión sobre una política de descentralización, descongestionamiento y, más aún, de límites al crecimiento de esa gigantesca urbe que todo le resulta pequeño porque lo devora casi simultáneamente como un monstruo insaciable y voraz. No será fácil acometer esta tarea, una sumamente compleja en sí, pero es claro que será mucho peor dejar de intentarla, e incluso ignorarla.
@RoCienfuegos1