SINGLADURA/ Ola de calor taco y sin hielos

ROBERTO CIENFUEGOS J.

Un alerta hecha por una amiga sobre el riesgo inminente de que en estos días de calor intenso habría de sobrevenir la escasez de agua embotellada y hielo, la consideré francamente desproporcionada, incluso alarmista e inducida casi seguramente por comerciantes voraces, de esos que nunca faltan en tiempos difíciles, y más aún en México, donde si bien la inflación ha cedido en parte, muchos expendios hacen de las suyas sin que la o las autoridades de la Procuraduría Federal del Consumidor estén en condiciones óptimas de impedirlo.

Así que desdeñé, también dicho con franqueza, la voz de alarma o prevención. Además, después de todo, pues queda el recurso de hacer hielo, así sea en los reducidos moldes que por años hemos usado la inmensa mayoría de los mexicanos para disponer de los cubitos cada vez que urge un refrescamiento mayor o aflora el gusto por algo helado. También quedaban a la mano los trastos plásticos o incluso metálicos de mayor tamaño para configurar hielo, por lo demás en una variedad multiforme. De hecho, juzgué excesiva la recomendación de mi amiga para comprar hielo y reservar agua suficiente para beber en estos días de calor extenuante.

Pero como decimos coloquialmente, ¡oh, sorpresa! Un recorrido largo por diversos expendios de conveniencia, según se dice, confirmó las alertas de mi amiga. “Agotado, agotado, no hay, se acabó, ayer voló la última bolsa de hielo”, escuché una y otra vez en diversos comercios. Tampoco había un solo cubo de hielo en varias gasolineras y ni hablar de pequeñas tiendas de barrio. “Hielo no hay”. ¿Y cuándo habrá? Nadie daba razón. Algunos comerciantes, suavizaban la notificación de la escasez con: es que el calor está del … Otros se encogían de hombros y algunos más, pintaban un rostro con la expresión de “ufff” y donde las cejas quedaban al alza o con forma de arco, como recordando en algunos casos aquellas que popularizaron los famosos Polivoces.

¡Lo qué nos faltaba en México! Con temperaturas por encima de los 30 grados, y sin un solo cubo de hielo. ¡Caray! Supuse un complot de los conservadores que todos los días se la pasan urdiendo, tanto como lo hace la 4T para desbaratar maquinaciones funestas en su perjuicio. En el medio, uno sin un solo cubo de agua congelada para mitigar la sed, el soporífero calor, la sensación térmica, la pegajosidad en el cuerpo hirviendo.

Por allí, alguien me alentó con una buena noticia: “mañana me surten”, anunció. Propuse de inmediato el pago anticipado del codiciado bien congelado, pero la propuesta quedó congelada de inmediato con el argumento del desconocimiento del precio con el que llegaría el tan preciado bien en estos tiempos precaniculares. ¿A qué hora te surtirán el hielo? Pregunta sin respuesta. En algún momento del día, deslizó el expendedor de todo tipo de bebidas en un negocio de medio pelo. Ah, entonces habrá que estar a la caza del hielo con incursiones y oteos constantes, imaginé. Ni siquiera quiso compartir un número de teléfono y mucho menos el apartado como recursos últimos, pero clave, para hacerse de una bolsa o más en caso de abrirle un espacio especial en el congelador, repleta de los cubitos congelados.

Después de semanas de calor, la Profeco reaccionó la víspera con un tuit al anunciar que emprenderá una campaña de verificación en establecimientos de agua embotellada y hielo, para vigilar que no haya abusos de precios. Bueno, mejor ahora que nunca.

Mientras tanto, el meteorólogo estadounidense Jeff Berardelli difundió una gráfica del domo de calor extremo en México y Estados Unidos, pero concentrado en suelo mexicano.

«Cuando miro esta corriente en chorro, me viene a la mente la palabra ‘loco’. ¡Es aún más sorprendente cuando consideras que estamos a mediados de junio! Esta configuración, probablemente acelerada por el calentamiento climático, está alimentando un domo de calor récord tan extremo que incluso los expertos están asombrados», dijo Berardelli en su cuenta de twitter.

El mapa deja ver a México, cubierto totalmente por color rojo y morado, así como la parte sur de Estados Unidos, en un fenómeno que ya otros expertos han descrito como la ´ola de calor taco¨, que está más allá de su categoría 5 en 7.

En México, el Servicio Meteorológico Nacional está pendiente de informar si ya se batió algún récord por la tercera ola de calor, que complica el abasto de electricidad, hielos e incluso, de ventiladores en el país. ¡Habrase visto! Mi amiga tuvo razón. Me quedé sin hielos.

@RoCienfuegos

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