SINGLADURA/ México en vilo

ROBERTO CIENFUEGOS J. @RoCienfuegos1

De las primeras decisiones que tome Claudia Sheinbaum, virtual presidenta electa de México, -de las primeras, remarco- dependerá la suerte del país y del gobierno que asumirá el uno de octubre próximo. Esas decisiones dirán si la flamante presidenta está dispuesta a tomar distancia de su progenitor, el presidente saliente -sí, saliente, aun cuando le pese- Andrés Manuel López Obrador, o si, por el contrario, y en perjuicio del país todo, seguirá la huella del obradorato para complacer a un solo hombre, y poner en vilo a toda una nación, integrada por sus simpatizantes y seguidores, pero también por muchas mexicanas y mexicanos que según ella misma dijo la noche del domingo dos de junio no coinciden plenamente con el proyecto, aún éste haya conseguido el respaldo abrumador, que no total ni absoluto, en las urnas.

Cito de nuevo cuenta el primer discurso de Sheinbaum porque es clave para discernir entre la verdad y la mentira. “Concebimos un México plural, diverso y democrático. Sabemos que el disenso forma parte de la democracia y aunque la mayoría del pueblo respaldó nuestro proyecto, nuestro deber es y será siempre velar por cada una y cada uno de los mexicanos sin distingos”. Eso esperamos, no por complacimientos personales o grupales, sino por México.

Sheinbaum ratificó que aun cuando “muchas mexicanas y mexicanos no coincidan plenamente con nuestro proyecto, habremos de caminar en paz y en armonía para seguir construyendo un México justo y más próspero”. De acuerdo, otra vez. Sin paz, sin armonía, México no será jamás justo ni próspero. Ya lo vimos los últimos años.

Sabremos muy pronto si la virtual presidenta electa se conducirá como promete y anuncia, porque -insisto- nada diferente sería aceptable para un país en estado cismático que deja López Obrador.

De nueva cuenta, es por las primeras decisiones, las más críticas, las que más se aguardan de Sheinbaum, que se conocerá lo qué podemos esperar los mexicanos para los siguientes seis años. Digo esto sin exageración alguna. Esas decisiones y/o determinaciones, críticas y clave todas ellas, sellarán el rumbo nacional, pero sobre todo precisarán con absoluta claridad la confiabilidad y el respeto a la palabra de Sheinbaum. Es mucho lo que está en juego, entonces. Por su experiencia pública y aún personal, la virtual presidenta debe saber esto, aquilatar el valor de la palabra, pero sobre todo el respeto a ésta.

Al margen y de hecho superadas las controversias y aún los dimes y diretes en torno a los resultados de las elecciones del primer domingo de este mes, algo que no debería ya consumir energía nacional ni mucho menos el tiempo de los adversarios que ahora lloran lo que fueron incapaces de defender, Sheinbaum enfrenta una enorme suspicacia y el nerviosismo de actores económicos, financieros y aún bursátiles.

Un artículo en The Economist alertó hace pocos días la posibilidad de que la coalición de Morena pudiera obtener la super mayoría en el Congreso, aun cuando -dicho por expertos- incurra en la ilegalidad constitucional de la sobre representación.

Según The Economist “esto significa peligro: aun antes de que Sheinbaum asuma la presidencia el primero de octubre próximo, su partido podría moldear a México, incluso a través de los cambios constitucionales”.

De prosperar este intento, la máxima aspiración del presidente López Obrador, Sheinbaum quedaría en segundo término y confirmaría los peores temores de amplios sectores, entre ellos los asociados con el capital y las finanzas, de que el poder conferido a Sheinbaum en las urnas y el país mismo serían engullidos por el presidente saliente.

Esa incertidumbre, que sólo podría sofocar la propia Sheinbaum con sus decisiones y acciones, es lo que están reflejando la Bolsa Mexicana de Valores, el peso en su tipo de cambio ante el dólar y aún los socios comerciales del país, con Estados Unidos a la cabeza.

Gabriela Siller, directora de análisis económico en Banco Base, expuso: “ya no es el riesgo de lo que pueden hacer, es una reacción anticipada a lo que van a hacer. El alza del tipo de cambio está relacionada con las reformas constitucionales”.

Así entonces, y salvo lo que este mismo lunes trascienda del encuentro entre Sheinbaum y López Obrador convocado en Palacio Nacional, podría ocurrir que comparta una mesa en la que los alimentos ya se hayan servido y los encuentre fríos. Hoy mismo, en unas horas, podremos verlo.

Pd: Este lunes abro un paréntesis a Singladura. Agradezco a mis anfitriones con su generoso espacio y por supuesto a los lectores que me abrigaron con su interés y lectura. Gracias, muchas gracias a todas las personas que han hecho posible este encuentro. Será un breve espacio que abreviaremos si el tiempo, las circunstancias y la vida lo permiten.

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