ROMPECABEZAS/ Símbolos que aún siguen

ABEL LUNA ESPINOSA. EL REGRESO A los hechos pasados nos dan las posibilidades para la evaluación del presente. En la prensa nacional quedaron asentadas la veintena de manifestaciones en la Catedral Metropolitana -en la Ciudad de México- que ocurrieron allá por noviembre del 2007 por parte de grupos perredistas, quienes azuzados por su caudillo (Andrés Manuel López Obrador) aseguraban que la iglesia católica había apoyado al panista Felipe Calderón Hinojosa en la campaña electoral de 2006.

De acuerdo con las versiones periodísticas de ese momento, quien intervino para aquietar las aguas fue Marcelo Ebrard Casaubón, entonces Jefe de Gobierno, apoyándose en Raymundo Collins, director de la Central de Abasto, logró que se llevara a cabo una misa en esas instalaciones, y aunque se buscaba la presencia del cardenal Norberto Rivera, él estaba en Roma.

Los grupos sediciosos, encabezados por Rosario Ibarra, condujeron a que quienes asistían en ese tiempo a la catedral fueran sujetos de revisión en las puertas del recinto, para evitar mayores altercados en el interior.

A final de cuentas López Obrador nunca aceptó que perdió las votaciones de julio de 2006 por solamente 0.56 por ciento de diferencia ante el michoacano Calderón Hinojosa.

Al simbolismo de acusar a Rivera Carrera de haber apoyado al candidato panista en el trasfondo de las cosas (confundiendo la realidad y planteando verdades a medias) estaba el apoyo lopezobradorista a sectores radicales de la Iglesia, inclinados a la derecha e inspiración yunquista. En esos pormenores podría verse, en el pasado reciente, la constante ausencia de los prelados católicos en las ceremonias presidenciales.

En otro sentido, como podrá inferirse, desde esos grupos facciosos hoy encontraríamos la inspiración de algunos que se han integrado, por la fuerza en múltiples manifestaciones callejeras, distinguiéndose por sus vestimentas en negro y los rostros cubiertos.

Desde estos grupos de choque han surgido quienes han agredido, en años recientes, a reporteros y camarógrafos durante esas movilizaciones y que no han sido siquiera detenidos por agentes policiacos para deslindar sus responsabilidades, quedando sus identidades en el anonimato.

Como puede verse Ebrard Casaubón, pretendido candidato a la presidencia del país para el próximo sexenio, ha cubierto en múltiples ocasiones las acciones del tabasqueño para evitar mayores repercusiones políticas como consecuencia de sus decisiones intempestivas y ocurrentes. En otras palabras,personalmente ha sido muy eficaz en el “control de daños” y ello seguramente tendrá sus resultados en el corto plazo.

Y SIGUIENDO CON los símbolos, de él, me comenta un personaje que lo acompañó en sus giras al extranjero, que es disciplinado en extremo, muy puntual en sus reuniones, y siempre lleva a la mano una libreta para tomar apuntes constantemente, o en caso de no hacerlo en público en el momento de la privacidad va al papel.

Con esta disciplina, aunada a su lectura cotidiana y tempranera de los periódicos, Ebrard tiene apuntes y anotaciones de muy diversa índole que en su momento pueden permitirle la memoria de datos frescos y constantes.

Además, en sus pretensiones presidenciales, desde hace varios años ha contado con el apoyo de diversos grupos multidisciplinarios al grado extremo de tener claramente perfilados, por distrito electoral, por ejemplo, cuáles han sido los números en las votaciones de esa localidad.

Ello sin dejar de lado sus experiencias en la diplomacia internacional, que en el pasado reciente han permitido al principal ocupante de Palacio Nacional descargar en su persona los temas delicados en ese sector.

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