EDUARDO MERAZ. En estos tiempos pre consulta de revocación de mandato, además de ser temporada de tramposos, también es de zopilotes y judas, que asumen posiciones de fuerza y, subrepticiamente y de facto, pretenderían desaparecer al Poder Judicial, al quitarle la facultad de interpretar las leyes.
Las irregularidades en los procedimientos sobre cómo se dio el debate y aprobación del decreto de interpretación de parte de Morena y aliados -independientemente de su validez jurídica-, deja ver la intención no sólo de eliminar a las minorías, sino caminar con paso firme hacia el absolutismo presidencial.
Con base en las interpretaciones de la interpretación, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República, se deja abierta la rendija por la cual las normas pierdan valor y vigencia, pues existiría la posibilidad de que cualquier legislador o grupo parlamentario arguya y sienta ser el único y verdadero conocedor de los ordenamientos legales.
Al amparo de esta premisa, todo el entramado jurídico del país, empezando por la Carta Magna, podría quedarse en sus actuales términos y, vía reinterpretaciones, hacerse todas las modificaciones jurídicas que se quiera, sin necesidad de contar con la aprobación de dos terceras partes de diputados y senadores.
Bastará y sobrará, por el momento, la mayoría simple, pues al validar las interpretaciones que haga el legislativo, no se requerirá de cambios constitucionales. Y ya encarrilados, también carecería de sentido la existencia del Poder Judicial.
La simple interpretación de los ordenamientos existentes, haría innecesaria la presentación de controversias constitucionales o la denuncia de actos violatorios de la Constitución, al hacer nugatoria la facultad de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de ser el intérprete de las leyes, para garantizar el Estado de derecho.
Así, la consulta sobre si debe concluir su sexenio el mandatario sin nombre, sin estatua y sin gracia, además de termómetro para medir la popularidad presidencial, estaría implicando la revocación de atribuciones del poder judicial.
Y como la mayoría en el poder legislativo está subordinada al ejecutivo, estaríamos ante la posibilidad de que esa única voluntad y autoridad, se encarne en el poder, pues bastaría la “reinterpretación” del concepto de no reelección, para que pueda permanecer en forma vitalicia.
En fechas recientes, desde el teatro en atril mañanero y en el propio Congreso de la Unión empiezan a predominar las voces que claman por una actitud más fuerte, menos condescendiente de la mayoría hacia los opositores y han hecho del agandalle su principal modus operandi.
Rudeza que se viene incrementando en forma directamente proporcional a la falta de resultados gubernamentales, pues el trillado discurso de culpar al pasado -después de 40 meses de ejercer el poder-, ya nadie lo cree.
El pretendido juicio político que Morena y aliados en la Cámara de Diputados quieren aprobar hacia los consejeros del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova y Ciro Murayama y haber reventado en el Congreso de la Ciudad de México la sesión para impedir que se aprobara la licencia que solicitaría la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, confirmaría la intolerancia y soberbia del oficialismo.
Esto nos comprueba que estamos en tiempos de zopilotes, tramposos y -por temporada de cuaresma-, de judas, capaces no sólo de buscar más y más prebendas a costa del bienestar de la población, sino de hacerse de algunas monedas, pero en efectivo para que no quede huella.
El número de votantes en la consulta nos dirá si nos encaminamos hacia el callejón sin salida del autoritarismo, o bien tenemos oportunidad de caminar hacia una democracia desencarnada de falsos profetas.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
El expresidente de México, Ernesto Zedillo Ponce de León, participó en la conferencia digital “Perspectivas económicas y el futuro de la tecnología en Latinoamérica”, organizada por NTT Data, donde señaló que la región sufre una “ola de gobernantes populistas e ineptos”; también definió a la gestión de la pandemia en la región como “el desastre latinoamericano”.
@Edumermo