PULSO/ Fuenteovejuna y el pinche neoliberalismo

EDUARDO MERAZ

El llamado de auxilio del habitante temporal de Palacio Nacional en favor de la acción directa de la población para defenderse a sí misma, simboliza la rendición del gobierno ante el avance del crimen organizado y la inutilidad de los abrazos y no balazos.

El casi grito presidencial, “a todos” los ciudadanos, para contribuir a su propia seguridad, revela el fracaso de la estrategia seguida, pues no solo registra escasos resultados en los homicidios dolosos, también ha favorecido la diversificación de la actividad criminal.

Es la aceptación, clara y evidente, por parte del mandatario palaciego de la incapacidad de su administración para evitar el dominio y control del territorio nacional en manos del crimen.

Los acontecimientos en Texcaltitlán, en el estado de México, pusieron de relieve la fuerza de “Fuenteovejuna” para sacudirse a los delincuentes y sus organizaciones criminales, ante la ausencia o permisividad de las autoridades.

Si es necesaria la intervención de la sociedad, como pide el presidente sin nombre y sin palabra, no es por culpa del “pinche neoliberalismo”. En realidad, obedece a las “pinches” condiciones de vida prohijadas por el cuatroteísmo en seguridad, educación, salud y casi todos los servicios públicos.

A la fecha, en el presente sexenio han sido asesinados más de 174 mil mexicanos y otros 43 mil desaparecidos.

A causa de la pandemia y retroceso del sistema de salud pública -hoy en pésimas condiciones-, murieron cerca de 800 mil mexicanos; están desamparados, sin seguridad social, otros 50 millones; la falta de medicamentos, con 45 millones de recetas sin surtir, e instalaciones en ruinas, México está a años luz de aproximarse a Dinamarca en este rubro.

En materia educativa, la reciente evaluación de PISA reveló una gestión ineficiente a más no poder, traducción ida en un retroceso cercano a dos décadas en los aprendizajes en matemáticas, lectura y ciencias. De hecho, estamos reprobados.

Si a ello, sumamos la entrada en vigor de la “Nueva Escuela Mexicana”, en donde se menosprecia el conocimiento en estos campos, el analfabetismo funcional será la característica de las futuras generaciones.

Y no sólo son esos “pinches” resultados de un gobierno de ocurrencias y caprichos, sino que al interior del propio gobierno han copiado el modelo de trabajo de los delincuentes, disfrazándolo de “aportaciones al movimiento”, lo mismo entre la burocracia que en sus tratos con otros sectores, particularmente en las compras públicas.

Las lacras neoliberales de amiguismo, influyentismo, nepotismo y corrupción perviven en el cuatroteísmo y ni el manto de invisibilidad de la investidura presidencial logra ocultar.

Fuenteovejuna está, como ya se ha visto, dispuesta no sólo a velar por su seguridad, sino a reconstruir las condiciones de vida que le han sido arrebatadas en este sexenio.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

Cuando uno observa a los candidatos a las alcaldías y municipios más importantes del país, sólo queda exclamar: pobre México, tan cercado por los partidos políticos y tan lejos de la democracia.

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