EDUARDO MERAZ
Videos y documentos dan cuenta de cómo la candidata de Morena a la Presidencia requiere de un fuerte acarreo de personas para arrancar su campaña, pues también da por perdido el bastión de la Ciudad de México y no desea se repita la “cruzazuleada” de hace unas semanas.
Es, tal vez, en la capital del país, donde las diferencias en el cuatroteísmo se están haciendo más notorias. Mientras el presidente totalmente Palacio Nacional sostiene la “derechización” de la CDMX, en el Palacio del Ayuntamiento se rechaza el “hamburguesamiento” de los chilangos.
Diferendos surgidos a partir de la designación de Clara Brugada como aspirante a gobernar la Ciudad de México, a pesar de haber perdido la encuesta ante Omar García Harfuch; disputas continuadas en la designación de los abanderados a las alcaldías y diputaciones locales, haciéndose evidente la “rebelión” de tribus morenistas.
La guerra intestina entre miembros del partido guinda en la CDMX es reflejo inequívoco del hartazgo ciudadano por los malos resultados de gobiernos durante más de un cuarto de siglo, en especial en materia de seguridad, movilidad y transporte, así como servicios públicos deficientes.
Pero por encima de la “grilla” y la “politiquería” entre morenistas de la Ciudad de México, sus habitantes -como ocurre en muchas partes del país- se encuentran desencantados y enojados porque las “inversiones históricas” en obras fueron desviadas a espectaculares, pinta de bardas y publicidad.
El viacrucis de viajar en Metro, donde ya se registraron 26 muertos y decenas de heridos, además de padecer diarias descomposturas y retrasos; la falta de seguridad en varias alcaldías, Iztapalapa y Gustavo A. Madero de manera significativa; la desdicha de pagar a precio de oro el agua por la falta de abasto y un largo etcétera son las verdaderas razones del rechazo hacia Morena.
La cacareada unidad guinda en la capital del país, es una quimera. Hoy, la ambición se ha impuesto a convicciones y principios, alentada desde oficinas federales y locales, lo mismo que desde las dirigencias partidistas. El pueblo bueno y sabio capitalino que se joda, total ya está acostumbrado.
Los relevos y nombramientos en el aparato gubernamental, tanto a nivel federal como en la CDMX se están usando para acallar inconformidades y ver si de esa manera logran evitar un mayor rompimiento no sólo al interior de sus filas, sino con los ciudadanos capitalinos, hartos de no ver posibilidad de elevar su calidad de vida.
El tándem Batres-Brugada, cobijado por los autodenominados “duros” del morenismo, si bien parece haber obtenido una buena tajada de posiciones políticas, carecen de cercanía con amplios sectores de la población, que descreen de sus promesas engañosas.
Es decir, el “bastón de mando” cedido por el mandatario palaciego a la chica de la cola de caballo se ha convertido en una pieza decorativa más, como lo confirma la conformación del “equipazo” de campaña de Claudia Sheinbaum, la gran mayoría impuesta por el habitante temporal del palacete virreinal.
Atada de pies y manos y forzada a repetir las locuras y diatribas de su mentor y guía, así como obligada a aceptar el legado presidencial, la bastonera de Morena sabe que el “desmorenamiento” de la Ciudad de México, que ya se visualiza en Palacio Nacional, incidirá directamente en sus posibilidades de triunfo a nivel nacional.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Significativos los cambios constantes en Aduanas y el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en el presente sexenio. Algo debe andar muy mal en esas áreas.
@Edumermo