Ciudad de México, 06 de junio (entresemana.mx). La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) proyectó que la pobreza en México aumentará 2.3 puntos porcentuales este 2022 -al pasar de 34.9 a 36.2 por ciento-; es decir, 2.5 millones de mexicanos más estarán en pobreza, debido a los altos niveles de inflación, así como de un reducido crecimiento económico.
Y no sólo eso, sino que los altos niveles de inflación y el bajo crecimiento de la economía “le cobrarán factura a México” en cuanto al tema del combate contra la pobreza, indicó el más reciente estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En el informe “Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania: ¿cómo enfrentar esta nueva crisis?”, el organismo regional también incluye en este panorama poco alentador a Colombia, Paraguay y Brasil. Según sus cálculos en estos cuatro países tendrá lugar un fuerte retroceso de la lucha contra la pobreza”, por la carestía y el bajo crecimiento de sus economías, señaló el documento.
En este sentido, las proyecciones de la CEPAL colocan a México como el cuarto país de la región que cerrará el año con la mayor tasa de pobreza, con un porcentaje de 36.2%, mayor a la tasa de 34.9% que se observó el año pasado. Sin embargo, si se llega a un nivel aún mayor de inflación a lo estimado, la pobreza en territorio mexicano podría llegar hasta a 37.2 por ciento de la población.
El secretario Ejecutivo interino de la CEPAL, Mario Cimoli, externó su preocupación por los altos niveles de inflación que se registran en la zona, cuyo impacto es mayor en los hogares de los sectores con ingresos más bajos.
Por ello, señaló que en lo inmediato se necesita cuidar el bienestar de los sectores más pobres, así como darle prioridad a la seguridad alimentaria.
“La región de América Latina enfrenta contextos internos caracterizados por una fuerte desaceleración económica, aumentos de la inflación y una lenta e incompleta recuperación de los mercados laborales, lo que aumentará los niveles de pobreza y pobreza extrema. Así, 7.8 millones de personas se sumarían a los 86.4 millones cuya seguridad alimentaria ya está en riesgo”, precisó Cimoli.
“La tendencia de un crecimiento de los precios de los alimentos superior a la inflación general en la mayoría de los países perjudica no solo a las personas extremadamente pobres, sino también a los hogares de las partes media y media baja de la distribución del ingreso.
Esto se debe a que la participación de los alimentos en la estructura de consumo de los hogares aumenta a medida que disminuye el ingreso”, se lee en el documento.