LOS TOGADOS
En cuanto adquieren la toga
se la pasan boga y boga
y ya sin pisar el suelo
toman y retoman vuelo
deseando en toda ocasión
ser vistos con devoción
por poder saltarse a un juez
a quien tienen a sus pies
como al ministerio público
ese centavero impúdico
que atrapa presas de día
pillando a la policía.
Sin patria, especuladores
corruptos muy corruptores
que alardean con sus desplantes
exigen todo como antes
pues los cambios no hacen mal
mientras todo siga igual,
donde por los desiguales
no ahuyenten los capitales,
donde todos los togados
se sientan muy respetados
y entre ellos siempre leales
muy unidos, como iguales.
Rafael López Jiménez /VI – 2024