Ciudad de México, 30 de mayo (entresemana.mx). Los peritajes de la Fiscalía de Ciudad de México sobre el colapso de la Línea 12 del metro reportaron fallas en el mantenimiento, dio a conocer el diario español El Pais, que tuvo acceso a los documentos.
Fueron cuatro peritajes los realizados, y en común señalan como causas del derrumbe problemas en el diseño de la obra y la construcción, pero también a una inexistencia de inspecciones en la línea, que debían realizarse de manera periódica, y deficiencias en el manual de mantenimiento, que no detallaba cómo tenían que hacerse esos controles.
Tres de los cuatro peritajes externos contratados por la Fiscalía General de Justicia de la CDMX México para analizar las causas del colapso de la Línea 12 del metro coinciden en reportar fallas en el mantenimiento y la inspección de la estructura.
Con base en los documentos, el último informe de la consultora noruega Det Norske Veritas (DNV), los peritajes de la Fiscalía aseguran que no hay registro de que se haya hecho ninguna evaluación detallada de la obra desde su inauguración en 2012 hasta la caída del puente el 3 de mayo de 2021, que dejó 26 muertos y un centenar de heridos.
La investigación oficial expone también que los errores que llevaron al derrumbe “podían ser detectados con un manual de inspección y mantenimiento adecuado”, se lee en uno de los documentos.
La Fiscalía de Ciudad de México anunció el pasado octubre que había contratado a un grupo de “especialistas con amplio reconocimiento por su solidez y experiencia” para evaluar lo sucedido en la tragedia. El Ministerio Público solicitó la ayuda de un experto en estructuras, uno en puentes, uno en geotecnia y otro en topografía fotogramétrica.
De acuerdo con la fiscal Ernestina Godoy, estos estudios se realizaron de forma independiente al análisis causa-raíz que hizo DNV, contratada por el Gobierno de Claudia Sheinbaum, y que dio a conocer este periódico el 9 de mayo.
El perito en topografía fotogramétrica, Arturo Palencia Rodríguez, tenía como objetivo realizar una evaluación para determinar “si hubo algún movimiento estructural de las columnas o alguna señal de las vigas metálicas que pudiera haberse advertido para prevenir el colapso”.
El dictamen de este especialista concluye “que ya existen flechamientos [deformación de las vigas hacia abajo debido al presión] y deformaciones en algunas de ellas, lo cual infiere que el fallamiento de las trabes metálicas entre las columnas 12 y 13 [punto específico del colapso] no fue un caso atípico”.
Su análisis señala que en la Línea 12 “el flechamiento y la deformación son monitoreables y detectables con estudios especializados”. El perito asegura, sin embargo, que “no se encontró evidencia alguna de trabajos especializados de inspección o monitoreo que observaran las deformaciones puntuales”. Ese peritaje tiene fecha del 23 de agosto del año pasado.
Palencia Rodríguez recomienda “realizar con urgencia una inspección y monitoreo de todo el tramo elevado que haya tenido el mismo método constructivo”, así como la elaboración de un reglamento “que regule, norme y coercione las prácticas de inspección, monitoreo y mantenimiento”.
El segundo peritaje, realizado por el experto en seguridad estructural Vicente Robles Jara, concluyó que el inicio del colapso se debió a una “fatiga por distorsión inducida”, un fenómeno que provocó agrietamientos en la estructura.
De acuerdo con el dictamen, con fecha del 26 de agosto de 2021, esta falla se aceleró a causa de la deficiencia de los pernos, que fueron menos de los que debían y estaban mal colocados, en su mayoría.
Sin señalar como única causa “un mantenimiento inadecuado”, si señala la Línea 12 debía “estar sujeta a un diagnóstico periódico sobre las condiciones de estabilidad de la misma”, y sostiene que no hay pruebas de que estos trabajos se llevaran a cabo. “No se encontró evidencia de que la estructura hubiera tenido una inspección rutinaria, ni una inspección detallada a los componentes estructurales”.
Pese a la inexistencia de inspecciones a la Línea 12, aspecto que Robles Jara califica de relevante, el especialista descarta que la causa del colapso se pueda atribuir directamente a un mantenimiento inadecuado, porque en obras bien diseñadas y construidas, “los colapsos como el registrado no son frecuentes”.
Por último, el experto hace la recomendación de llevar adelante “inspecciones y estudios detallados que permitan evaluar las condiciones de estabilidad estructural en que se encuentra el resto de la línea”.
Por su parte Alberto Patrón Solares, experto en puentes, coincide con Robles Jara en que el colapso se originó por errores en el diseño y en la construcción. Según su peritaje, con fecha del 26 de agosto de 2021, la falla se originó con la instalación insuficiente e inadecuada de los pernos y un diseño inadecuado que generó agrietamientos por fatiga, a lo que se sumó la mala calidad de las soldaduras y finalmente el pandeo de las vigas (un movimiento de lado a lado) que acabó con el derrumbe.
Observó que los disfuncionamientos antes mencionados, si bien incipientes, podían ser detectados si se cuenta con un manual de inspección y mantenimiento adecuado, que indique detalladamente los tipos de inspecciones requeridos en los diferentes elementos que componen la estructura, así como los umbrales límite de las deformaciones verticales de la misma”, señala.
Esa frase no puede verse en su totalidad en el expediente de la Fiscalía, pero sí puede leerse con claridad en una versión previa a la presentada ante los tribunales, a la que también ha accedido este periódico.
El error que no puede ser detectado con una inspección, según Patrón Solares, es “la carencia, mala ubicación y mala soldadura de los pernos de cortante”. Sin embargo, las bitácoras de construcción incluidas en la misma carpeta de investigación de la Fiscalía detallan que se reportaron en múltiples ocasiones la falta de pernos y problemas en su colocación al consorcio constructor en el momento en que se levantó la obra.
“Aunque no encontramos evidencia de la realización de inspecciones detalladas de la estructura durante su vida operativa, la ausencia de dichas inspecciones no es el origen del colapso”, señala el perito Solares.
Entre las recomendaciones que da a las autoridades está la inspección detallada de todo el tramo elevado y una inspección en profundidad de la línea antes de su reapertura, además coincide con el resto de peritos: es necesario un manual de mantenimiento detallado.
El cuarto peritaje, realizado por Walter Paniagua, especialista en geotecnia, analiza las condiciones de la cimentación de las columnas 12 y 13, que mantenían en el aire el puente colapsado. El documento, firmado por el experto el 23 de agosto de 2021, no identificó ningún problema en la cimentación que pueda ser asociado con el derrumbe.
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